Uno de los mil afluentes del ya archicomentado soplamocos que le atizó Will Smith a Chris Rock en la ceremonia de los Oscar desemboca en el proceloso mar de los límites del humor. Una parte de los justificadores a medias de la galleta sostiene que, por feo que esté arrearle un mandoble a un congénere, hay que consignar como eximente el hecho de que el agredido hubiera hecho méritos para que le untaran el morro. Méritos que aluden, claro, a la indignidad de hacer un chiste sobre una enfermedad (en este caso, la alopecia) ante decenas de millones de espectadores. La argumentación de este sector es que lo menos que se merece alguien que se casca una gracieta tan miserable es un galleta. Y luego están los que llaman al boicot, la cancelación o la denuncia en el juzgado de guardia.
Como esto va de banderías extremas e irreconciliables, enfrente se sitúan quienes sostienen que no hay ningún asunto sobre el que no se puedan hacer chanzas. Según ellos, no hay nada que objetar a las bromas sobre el cáncer, las violaciones, los atentados terroristas mortales, el holocausto, la discapacidad o las patologías mentales. Incluso, como hemos visto no hace demasiado, se defiende a un tipo (de nombre, David Suárez) cuya especialidad son las chacotas sexuales sobre mujeres con síndrome de Down. Lo tristemente gracioso, valga la paradoja, es que al tiempo que se defienden estas demasías en nombre de la sagrada libertad de creación y expresión, se pretende cerrar la boca a los que, justamente en uso de esa libertad de expresión, y sin ánimo censor alguno, nos ciscamos en la puñetera calavera de los despojos humanos que se ríen de la desgracia ajena.
Yo soy miope como un topo. Y con ciertos añadidos que hacen que operarme sea delicado. Así que toda la vida con gafotas. Así que toda la vida aguantando gracias. Cuando voy a la playa a bañarme y al volver a la toalla me pierdo porque no la veo…la coña dura todo el día.
¿Y? No me supone ningún problema. ¿Es un exceso de madad o crueldad? Yo no lo veo como tal. Como siempre…todo depende de la intencion.
¿Qué es más grave? ¿Tener alopecia o una vista precaria?
Yo cambiaría mañana mismo mi moqueta (para mi edad, no está mal) por unos ojos eficientes.
¿Tenía intención de herir u ofender Chris Rock? Pues no parece. Estas galas están trufadas de alusiones chistosas a gente que está en el auditorio y entonces les enfoca la cámara y se ríen y listo.
¿Qué le ha dicho tan grave? ¿Que se parece a la teniente O’neil? Pues no veo la ofensa. A mí por las dichosas gafas me han llamado Mortadelo, Scorsese, Woody Allen…y no me he liado mamporros con el personal.
Y repito que creo que algo que afecta a la vista es más jodido que la alopecia.
A los calvos siempre les ha caído lo de Kojack, a los bajitos Torrebruno…¿somo malvados por ello? Puede. Pues no abramos la boca y listo.
Si en vez de ser su mujer es su hermano y es calvo y están ahí sentados juntitos y hace el mismo chiste….los dos hermanos se descojonan de risa y no pasa nada.
Pero…es una mujer. Y es un drama una mujer con alopecia. A lo mejor ahí tenemos un problema distinto.
Y…sobre todo que es Su mujer. Y ahí hay otro problema.
Vaya por delante que sigo pensando que fue y sigue siendo una pantomima que para eso son actores.
En el caso de que no lo fuera, me parecería muy mal, no porque una persona no pueda defender el honor de un miembro de su familia, si no porque en esos eventos todos los años hay chistes o gracietas de mejor o peor gusto sobre los asistentes. Y esos chistes o gracietas no se los inventa el presentador, si no que el tiene un guión que se tiene que aprender antes de la gala y no creo que pueda salirse de él. Si el chiste, gracieta o insulto está aprobado por los directores de la gala, los asistentes saben a quién quejarse y no es al que está en el escenario.
Javier, ¿te imaginas si en un mitin cada vez que un político dice algo que alguien puede considerar ofensivo, se subiera al escenario y le atizara?. ¿No, verdad?. Pues esto lo mismo.
Para mí el summum del sentido del humor es considerar las acciones y declaraciones de VOX como motivo de risa, chistes, memes y tal.Por debajo de ese suelo ético del humor poco queda.
A mí me sobran unos 40 kg, y todo kiski me llama gordo. ¿Oye gordo, quédamos? ¿Gordo a qué hora sales de currar? Esta mañana he visto a tus padres gordo… ¿Y? ¿Dónde está el problema? Si eres gord@ eres gord@, si eres alt@ eres alt@, si eres calv@ eres calv@ y lo mejor es reconocerlo. Os lo digo porque ofendido se vive muy mal.
Yo creo que no es al HUMOR a quien se pone límites, es al mal gusto, a la ofensa por la ofensa, al insulto por el insulto, y todo ello queriendo darle categoría de HUMOR.
Que no, que eso no es Humor, es falta de inteligencia, respeto y buen gusto, además de falta de empatía con aquellas personas a costa de las cuales quieren que nos riamos.
Pasaron los tiempos en los que nos reíamos de los diferentes, de los que tenían defectos físicos o mentales. Afortunadamente estamos en otro tiempo. Un tiempo en el que defendemos la igualdad de todas la personas en cuanto a Derechos y Dignidad.
Ya no es tiempo de reírnos de las desgracias ajenas.
Por eso, limitar que se siga haciendo, no es poner límites al HUMOR, es poner límites a los que se «creen humoristas», cuando en realidad son «otra cosa».