Ander García Oñate tiene 22 años, vive en Gasteiz y es del PP. La cuestión no debería tener nada de particular, ¿verdad? Deberíamos poder cambiar el nombre, la edad, la ciudad de residencia y la militancia y no tendría que haber el menor motivo para dedicarle una línea en los medios. O no, desde luego, los motivos que sí hay para que Ander sea noticia. Por sexta vez desde 2019, el joven ha tenido que personarse en la Ertzaintza para presentar una denuncia por el acoso sistemático que sufre. En este caso, fue abordado por unos matoncetes en una discoteca de la capital alavesa. Lo obligaron a abandonar el local y lo persiguieron al grito de “¡Pepero de mierda!”.
Unos meses antes, había tenido que salir a escape de otro bar, después de que un tipo le vaciara la bebida en el rostro mientras profería gritos semejantes. No mucho después, una individua se le encaró en otro garito y le espetó a voces que era un facha, un pijo y un hijo de puta. La agresora reconoció ante la Ertzaintza que actuó por motivos ideológicos. Unas semanas más tarde, la energúmena repitió la hazaña, que se suma a una lista de acosos que incluye el envío de mensajes amenazantes por guasap y el empotramiento de su coche contra una señal de tráfico.
Después de haber perdido a su pareja porque ya no aguantaba el brutal hostigamiento, ahora Ander se plantea abandonar Euskadi. Resulta tremendo contarles algo así a estas alturas del calendario. Pero todavía es peor que no nos hayamos librado de estos comportamientos miserables. No solo porque hay quien los practica sino porque son todavía demasiados los que los justifican.
Creo que la inmensa mayoría (de la ideología que sea) sentimos repulsión ante cosas como esta.
Sin embargo, creo que es pertinente un reflexión. No se trata de acusar a nadie ni de complicidades, ni de inducciones. Simplemente…poner la reflexión encima de la mesa y es una reflexión que nos interpela a todos, que de alguna u otra manera caemos en la demonización de unos u otros.
¿En qué punto la crítica política, legítima por dura que sea, se convierte en aval para este tipo de persecuciones y acosos?
Si se lanza de forma permanente y machacona que ser del PP equivale a ser un ladrón, un corrupto, un franquista legitimador de todos sus crímenes y un fascista y que el fascismo que el PP representa debe ser combatido, expulsado, derrotado…parece coherente actuar en consecuencia y hacer la vida imposible a esos a los que consideramos fascistas…aunque sean gente de base.
Atinada y certera reflexión la de Larry.
Son las consecuencias de la generalización, tal como entiendo, desde fuera, el comentario de Larry.
El «todos son iguales»; el «todos hacen lo mismo»; el «todos piensan de la misma forma»; o el «todos creen en lo mismo «, generan odio y rechazo a colectivos concretos de personas, que luego se materializan en personas concretas.
Pero claro, aún cuando esto sea cierto total o parcialmente, luego hacen falta además, esos descerebrados que se creen más listos que nadie y que son capaces de cometer agresiones insultos, amenazas, etc, propias de actitudes fascistas que, curiosamente, son las que imputan a otros.
Me da que, quienes actuan así, no se miran al espejo ni para afeitarse. Por eso no se ven y no se reconocen como fascistas, intolerantes y despreciables, porque todo esto, son los otros, no ellos. Ellos son puros demócratas, además de «salvapatrias». Pues por favor, descansar, que sin vosotros, seguro que nos va mejor, en todos los sentidos.
Certerísimo el comentario de Larry, así es. Nada que añadir al mismo.