Wishful thinking, también llamado de un modo menos snob pensamiento ilusorio: dícese de la formación de opiniones y toma de decisiones basadas en lo que sería más placentero de imaginar en vez de fundamentadas en la evidencia o racionalidad. Si le ponen rostro a esa definición de la socorrida wikipedia, verán que se parece una barbaridad a la jeró del huésped provisional de Ajuria Enea. Cierto que lo de no distinguir los deseos de la realidad está muy extendido en la especie humana en general y en la raza política en particular, pero pocos han llevado tan lejos esa forma de caminar entre las nubes como lo ha hecho Patxi López. El penúltimo ejemplo, el viernes en el Parlamento vasco, cuando decretó, porque él lo vale, que el conflicto vasco se había terminado. Despipórrate tú de la asamblea de majaras meteorólogos de la canción de Kortatu.
Pues sí, desde que ETA envió su carta de semidespedida, sol y buen tiempo. Si había un contencioso, una cuestión, un problema o un asunto por solventar, olvídense. Se ha diluido como un azucarillo en una queimada y a los vascos y vascas no nos queda nada sobre lo que debatir, discutir o contender. Si acaso, si es mejor el txakoli de Getaria o el de Bakio o si Rontegi debe pronunciarse como palabra llana o esdrújula. Lo ha dicho Patxi, punto redondo. Y mañana, si tiene cuerpo de jota, promulgará el último parte de guerra contra la crisis y anunciará el fin de los atascos en la A-8. Menudo es el comandante López mandando parar.
Seguro que no va a ser nadie de su legión de adoradores con cargo al presupuesto, pero alguien debería tratar de explicarle a su excelencia jarrillera lo de Olentzero. El mejor dotado para esa empresa es —cómo no— Jesús Eguiguren, que hace tres años publicó un libro titulado “El arreglo vasco”. Me lo lea y me lo subraye, señor lehendakari, que ahí está bien clarito que, con o sin ETA, aquí queda conflicto para un rato.
Yo voy a hacer una interpretación de lo que nos vienen diciendo desde el Gobierno Vasco.
«Rendido y desarmado el malvado ejército rojo-separatista de la ETA, el conflicto en el norte de la PATRIA ha terminado. ¡VIVA EJPAÑA!»
Firmado: Excelentísimo señor don Francisco Javier López. Presidente de las muy españolas vascongadas. Luz de los demócratas. Ejemplo para patriotas. Grande entre los grandes.»
También lo llaman «ceguera perceptual»,que básicamente se trata de actuar e interpretar en la dirección que menos «dolor emocional» nos causen los hechos que ocurren a nuestro alrededor obviando,si es preciso,la objetividad y la realidad de los mismos.Evidentemente,el recorrido de este proceder escapista e infantil tiene fecha de caducidad.
PPatxi y la banda de secuaces del aparato del PSE que detentan el poder autonómico en la actualidad, llevan en esas toda la legislatura.Personalmente tengo serias dudas de si el proceder en este sentido de esta chusma se trata,en realidad,de alguna de estas «patologías» o se trata,simplemente,de que esta banda tiene una jeta de cemento,convenientemente fomentada y estimulada por la legión de palmeros mediáticos que en aras a salvaguardar el bien mayor,la España una,rien las gracias (y hasta las desgracias e idioteces varias) a la patética banda de paletos resentidos que nos desgobierna.Por aquello de que a pesar de ser unos imbéciles,son «nuestros imbéciles»,supongo.
De todas formas,y para que no se diga y nadie me tache de sectario,debo reconocer (y no me duelen prendas) que PPatxi se está esforzando en su empeño por preocuparse de los «problemas reales» de la gente,en luchar de forma efectiva contra las dantescas cifras de paro que nos abruman.Prueba de ello y último y claro ejemplo de esto es la «colocación» en Eusko Tren de una tal Alaitz Iruretagoiena,octava en las listas del PSE en Bilbo.Una parada menos,y PPatxi sigue avanzando en su encarnizada lucha contra el paro,en silencio,sin meter mucho ruido pero inexorablemente,hasta que no quede ni un parado en las casas del pueblo.Después,tocará el turno a los demás,todo llegará.
Gracias,PPatxi.
«Wishfull thinking» yo lo traduciría por pensamiento deseoso, más que ilusorio. Esta gente, desearía que la realidad no fuera la que es, y de hecho siempre, no solo en sus mítines sino en sus estrategias, análisis y sesudos debates, han identificado el conflicto vasco con la existencia de la violencia, es decir, como los médicos antiguos, han identificado el mal con los síntomas. Por eso están obsesionados con la disolución de Eta. Creen que desapreciendo la fiebre desaparece la infección.
También creían que quitándose de en medio a Iberretxe eliminan el soberanismo, el derecho a decidir. Pero todo eso es porque su lógica deforma la realidad (lo mismo que achacan al nacionalismo el distorsionar la historia pasada, ellos lo hacen con la presente).
Bueno el artículo, Javier. En el clavo, como siempre.
Un periodista opinaba que en la actualidad el hecho de que el problema palestino encontrase una solución, ya no trae la paz a Oriente Medio, cosa que pudiera haber funcionado en otro tiempo como altamente estabilizador.
Visto desde la Meseta, y de una forma personal, (los colgados de una grande libre existen realmente), tengo mis esperanzas puestas en que el conflicto deje de producir sufrimientos evitables.
El final de ETA, no nos libra de los Mercaderes, ni a nosotros, ni a ustedes.
Un abrazo.
«Chusma» «paletos resentidos» «imbéciles»…qué pasada.