Hello, New Hampshire

Si hoy vuelve a ser martes y todos nos hemos hecho tan sobrinos del Tío Sam como parece, toca aplicarse en New Hampshire, allá en la esquinita superior derecha del mapa del Imperio, concretamente en la región de Nueva Inglaterra. Su capital es Concord, con unos poquitos miles de habitantes menos que Portugalete y unos cuantos más que Errenteria. Como en USA cualquier ente animado o inanimado debe tener un apodo, lo llaman “el estado del granito”. Además de por eso, es conocido porque en las matrículas de sus coches se puede leer el lema “vive libre o muere” —una exageración como otra cualquiera— y, sobre todo, porque es el trocito del paraíso de las oportunidades que abre las primarias en año electoral.
Vaya, veo manos levantadas. ¿Eso no era en Iowa, donde los dichosos caucus que nos metieron desayuno, comida y cena la semana pasada? Pues no, aquello fue, digamos, el aperitivo o si lo prefieren, el ensayo general. Las primarias, lo que se dice primarias con todos sus sacramentos, arrancan hoy en este lugar donde en enero el termómetro está siempre en negativo. Luego vienen Carolina del Sur, Florida, Nevada, Maine, el supermartes a primeros de marzo y todo un no parar hasta agosto, que es cuando los partidos —en este caso, sólo el Republicano— nombran al verdadero candidato y ahí empieza la segunda parte de la chapa, que será el cuerpo a cuerpo entre el designado y Obama.
No se preocupen si se han se han perdido. Hasta el 6 de noviembre tienen diez meses por delante para sacarse el cursillo con sobresaliente. Y ahí es de donde partía y adonde quería llegar yo. Por alguna razón que no termino de explicarme, a los medios de comunicación nos ha dado cansina con lo de las elecciones en Estados Unidos. ¿Acaso no hay asuntos más urgentes y, desde luego, más cercanos a los que dedicar los menguantes recursos informativos de que disponemos? Parece que no y así nos luce el pelo.