Prensa amarilla cañí

Una vez más, lo de la paja o la viga según en qué ojo. Los dignísimos periódicos españoles del ultramonte diestro se hacen los escandalizados ante el tiberio indecente de las escuchas ilegales promovidas por una publicación británica que ha pagado con el cierre su vergonzoso pecado. Como si tuvieran el armario y el escaparate limpio de cadáveres, columneros y editorialistas de esa prensa de choque que tan bien conocemos por aquí arriba están secando el diccionario de sinónimos -intolerable, abominable, repulsivo, execrable- para calificar el comportamiento del libelo ya difunto.

En el mismo ataque de decencia de cartón-piedra, caen con quinquenios de retraso en la cuenta de que el dueño del invento, Rupert Murdoch, es un tipo carente de escrúpulos que ha construido un imperio mediático a fuerza de juego sucio. Ni media palabra, por supuesto, sobre el ilustrativo hecho de que uno de sus asalariados -a razón de 150.000 euros anuales- sea el paladín de la pureza e icono de la caverna patria, José María Aznar.

Eso, mejor callarlo, no sea que atemos cabos. Y mejor también pasar por alto que News Of The World, la cabecera que se ha ido al desguace, era solamente una versión una gota más audaz y con mayor éxito popular del tipo de periodismo (de alguna forma habrá que llamarlo) que perpetran los que ahora se mesan las rotativas con mohínes de beata.

Si por estos pagos no se pinchan teléfonos con la misma asiduidad que en las islas, es simplemente porque sale bastante más barato inventarse directamente los titulares. Quince años de espeleología en esas catacumbas me han procurado un archivo rebosante de ejemplos que demuestran que la verdad es un ingrediente perfectamente accesorio de lo que se publica. Lo triste es que nadie parece echarla en falta y que las víctimas de los linchamientos de tinta ni se molestan en querellarse porque saben que tienen casi todos los boletos para palmar.

La dieta milagrosa de Eider Gardiazabal

A la europarlamentaria socialista Eider Gardiazabal la han pillado con el carrito del helado o, para ser más exactos, con el de transportar las maletas en el aeropuerto. Veinticuatro minutos después de fichar en la cámara de Bruselas para echarse al coleto -«bolsillo de cristal», diría su conmilitón López- los 305 euracos de dieta, la veloz diputada ya estaba en suerte de subirse al avión para regresar a disfrutar de su viernes moscoso. Sendas fotografías publicadas en el periódico News of the world han dejado vergonzante constancia de este trile en dos tiempos que, según la desparpajuda culiparlante, “es una práctica generalizada y legal”. Ahí nos duele: como son los posibles cobradores de viáticos los que hacen los reglamentos, resulta que la sisa semanal está amparada por la legalidad, y a ver quién es el guapo que les echa un galgo a sus señorías de dedos largos y morro de mármol. Lo ético y lo estético ni están ni se los espera en la casa de los Juan Palomos que se fuman un puro -mínimo, Cohiba- con nuestras papeletas de voto. Y si alguien levanta la voz para protestar, se aplica la doctrina Pastor: esto no es más que otro chismorreo interesado.

Nos la tienen jurada”

De hecho, eso es casi tal cual lo que ha venido a decir Gardiazabal, que en lugar de agachar las orejas, reconocer que había sido cazada con las manos en el frasco de Nocilla y prometer que no lo iba a volver a hacer, se ha hecho la ofendida con hedionda teatralidad. De saque, achaca el sofocante episodio a la persecución de una convecina de covacha parlamentaria no muy proclive a este europeísmo de cucuflú que nos han encalomado. Joroba, claro, que alguien rompa la crematística omertá de los escaños ocupados, con honrosas excepciones, por una mezcla de meritorios, mindundis y material de desecho de las respectivas políticas interiores de los 27 estados adheridos a la cofradía. Mayor Oreja, Iturgaitz, Vidal Quadras, López Aguilar… No hace falta seguir, ¿verdad?

No contenta con esa pobretona manera de llamarse andanas, la eurocobradora de dietas obtusas ha añadido que su celérico y temprano viaje post-embolso aquel 28 de enero estaba motivado por una reunión de trabajo. No vayan a la hemeroteca. Ya les cuento yo de qué se trataba: el primer acto de celebración del 125 aniversario del PSE, presidido por Patxi López y con la presencia estelar de Alfredo Pérez Rubalcaba. O sea, que los 305 euros que Eider Gardiazabal Rubial apañó en Bruselas fueron en pago por hacer bulto en un sarao de su partido. ¿Cómo se consigue un curro así?