Vibrante derbi en San Mamés, con dos equipos muy necesitados que se dejaron el alma hasta el pitido final. Fue un partido trepidante, sin pausa, lleno de paradones del portero rojillo y con tres postes de Osasuna. Decidió Aduriz con un balazo de esos que guarda en su revólver. Ya lleva cuatro en Liga. El Athletic recuperó su identidad…y la alegría.