Si a alguien está perjudicando el «caso Llorente» es al propio equipo que se haya en una situación cada vez más asfixiante deportiva y clasificatoriamente hablando. Los malos humos de los aficionados para con el de Rincón de Soto hacen que en San Mamés se viva una situación irrespirable. Los leones necesitan coger oxígeno. La guerra es un castigo tanto para el victorioso como para el vencido.