Tras las dos victorias milagrosas ante el Osasuna y Valencia los de Bielsa volvieron a recibir ayuda divina para ganar un partido que fue un calvario. Los leones estuvieron insolventes y terminaron pidiendo la hora. La resurrección en el marcador llegó por obra y gracia de Aduriz que se reencontró con el Santo Grial del gol. Tres puntos que ahuyentan los fantasmas del descenso…¡Vade retro Satanás!…Uuffffffffffs