Aladino Valverde frota una y otra vez la lámpara mágica rojiblanca pero no se le cumplen los deseos. El Athletic no termina de hacer aparecer su genio mágico y sigue en puestos de descenso. Contra el Eibar fue un ejercicio de impotencia y mediocridad. La esperanza es el calmante que concede la naturaleza al hombre en momentos como este. ¡Aupa Athletic!