Los rojiblancos esperan romper el maleficio que les ha impedido triunfar en el feudo del Espanyol desde 1998. Para ello deben abstraerse de todos los temas extradeportivos y centrarse en saltar la valla que más le interesa a los de Bielsa en estos momentos: la valla periquita. Ojalá que la vuelta de Llorente sea positiva, y que termine de sonar este estribillo en el Athletic: «Valla, valla…aquí no hay playa».