Tras una trayectoria cadavérica de tres partidos consecutivos perdidos y este último de dolorosa derrota frente a los txuriurdiñak…¡¡¡se han encendido todas las alarmas!!! La sangría goleadora en defensa sigue erosionando la salud de los leones siendo presa fácil de cualquier depredador. Urge rectificar para volver a ser grandes: no hay más que permanecer como están para seguir siendo pequeños. El infierno amenaza; aunque el auténtico infierno es perder la esperanza.