Tres días después de la vergonzosa derrota ante el Cádiz, el Athletic de Garitano demuestra la gravedad de su crisis futbolística ante el Alavés mostrándose un equipo blandengue, inconsistente y sin solidez. El Athletic es un dulce para cualquier equipo y Garitano no termina de dar con la tecla, se le acaba el crédito. Se encienden todas las alarmas.