Ayer fue día de despedida y Luigi y Paola nos llevaron a cenar unas magníficas lubinas a la Trattoria al Mulini.Tuvimos así ocasión de desvelar el pasado que le permitió a nuestro colega absolver in artículo mortis al viejecito de Taormina
Pues bien. Luigi – que ahora tiene 66 años – fue sacerdote capuchino desde su juventud en Palermo. En los años setenta , junto a varios colegas, colgó los hábitos y se integró en un grupo de la izquierda revolucionaria denominado Lotta Continua. Tras un breve periodo de actividad, la mayoría de las células del grupo fue disuelta por la policía y sus dirigentes encarcelados . Luigi se trasladó entonces a la península y reanudó sus estudios universitarios bajo la dirección de Toni Negri. Estuvo en Turín de profesor y tras jubilarse volvió a Sicilia donde, en una fiesta, conoció a la Florio.
«Él dice que todavía puede absolver porque posee la marca indeleble de los consagrados, pero no sé qué diría su hipotético ordinario…» terció Paola para terminar.
El caso es que esta historia de Luigi me recordó a muchas de mi generación. Estuve a punto de comentarlo y de contar dos o tres muy parecidas, pero había bebido demasiado boticcella grillo y no quería desbarrar ni indisponerme ante mis amigos el último día.
Así que dejé que los dos grandes pedruscos volcánicos que veía frente a mí en Aci- Trezza fueran testigos de mi silencio como lo fueron en el rodaje de La tierra tiembla de Luchino Visconti en 1948…En fin…»Nihil novum sub sole»…Tan sólo la inevitable sucesión de las élites en la inexorable evolución de las sociedades…( lampedusiano que me pongo cuando bebo.