El robo de bebés recién nacidos fue una de las formas de represión más sangrantes durante el franquismo.
Esta práctica silente y oculta, legitimada por el psiquiatra Antonio Vallejo Nájera desde un planteamiento eugenésico, comenzó con la segregación de las hijas e hijos de las mujeres presas en las cárceles franquistas y se extendió durante al menos seis décadas, hasta bien entrada la democracia, afectando a un número incalculable de mujeres.
Fue, según recientes investigaciones, una actividad coordinada entre las autoridades civiles y ciertas clínicas privadas y hospitales públicos que posteriormente se presentó como una operación que pretendía que los niños y niñas no se educaran en familias sin recursos suficientes, si bien se aplicaba fundamentalmente a aquellas de condición ideológica contraria al Régimen.
Un encuentro casual con una víctima del robo de bebés, llevó a Cristina Gutiérrez Meurs, artista y escritora afincada en Bilbao, a escribir su primera novela Lo que no me quisiste contar (2016).
Desde entonces su trabajo literario y plástico se ha centrado en esta cuestión tan sangrante, alternando diversas exposiciones con una segunda obra , Eva no fue la primera ( 2018) , una historia centrada en la violencia contra la mujer.
El Museo de Arte e Historia de Durango acoge hasta el 19 de marzo, una nueva muestra de Cristina Gutiérrez Meurs, EGITEKE DUGUNA- CUENTAS PENDIENTES,en la que se combinan delicados grabados, ingeniosas instalaciones y sugerentes textos sobre esta temática todavía pendiente de resolución jurídica y social.
(c) by Vicente Huici Urmeneta
!qué cosas pasaron don Vicente, qué cosas! Lo que pasa es que no sé si esas cuestiones tuvieron recorrido en los juzgados.¡
La mayor parte de los implicados ya ha desaparecido. No obstante, hay una iniciativa parlamentaria en Comisión ad hoc…Gracias por el comentario.