LOS DESAYUNOS DE LOS MARTES: » DEEESPACITO…»

La Reunión Ordinaria de la Junta Extraterritorial de los Desayunos de los Martes se ha recuperado  hoy en algún lugar de Bilbao- que no me es posible  indicar dada la indisponibilidad de la mayor parte de las sedes y subsedes, todas en labores de arduas limpiezas para eliminar lo que un probo  locutor de ETB ha denominado  técnicamente «olor a calle».

Han asistido, y por oden de llegada:  Mikel, con resaca e ibuprofenos varios tras una última cena del último día de fiestas de los primeros sesentones ; Marta, pizpireta, bronceada, recién llegada de Indonesia donde – según confesión propia- ha alternado al pollo con arroz con el arroz con pollo, de donde una su gusa de lubina; Patxi que, bajo los auspicios de su hermana-  «la vasca severa» que le dice- ya vino aburrido del Festival de Cine de Venecia y tiene la intención de acudir al de San Sebastián para aburrirse otro tanto – » Es que vaya mierda de cine que se hace ahora» ;Itzi, ni blanca ni bronceada pero muy serena y serenada pues vuelve de un paquete  duplex de meditación trascendental + curso de cocina vegana, desarrollado en la sierra de Gredos; Koldo, que se ha presentado en camiseta abandonando  sus nikis  impolutos de Indautxu , fornido y colorao hasta la calva, en habiendo compatibilizado largas y frías  nadadas atlánticas con la corrección aleatoria de un artículo sobre el exceso de antipsicóticos en las aulas de Primaria; y, por fin, Laura, bronceadísima, altísima, guapísima, que podría ser objeto- y sujeto-  de postureo, aunque ella, debido a sus orígenes de la aristocracia obrera sestaoarra, nunca lo admitiría.

Ha sido imposible desarrollar  Orden del Día alguno, ni profundizar mucho en los datos y condiciones precitadas, así que tras varios cafés dobles y toreros, y el tarareo de «Deeespacito…»  por parte de Koldo, hemos decidido dar por concluida la Reunión a las…[ no hay hora]

De todo lo cual doy fe, ante diem V Kalendas Sep. Anno MCDLXX ad Bilbao condita.

[ hay firma]

 

EL TONI: UNA VIDA DE PERRO

Cuando bajaba a la huerta de mi abuelo Vicente en la Rochapea -núcleo originario de «Semillas Huici»- durante una larga temporada siempre me estaba esperando un pequeño perro ratonero. Se llamaba Toni y ya mostraba por entonces sus heridas de guerra: estaba tuerto del ojo izquierdo que le había arrancado una rata de agua, cojo del lado derecho tras una trifulca con otros perros, y una cola bien corta por bien mordida.Toni solía acompañarme entre saltos por el camino de los rosales hasta la orilla del Arga, donde jugando con él me imaginaba ser algún personaje de Salgari.

Mi madre estaba horrorizada con este amigo que me era muy fiel y no sólo porque andaba siempre temerosa de que me pasara alguna pulga o, peor,  de que me saliera un quiste hidatídico, sino porque además para ella la distinción básica entre el campo y la ciudad consistía en la exclusión de animales en el mundo urbano al que siempre volvía embarrado . Pero yo no le hacía ningún caso y apoyado por mi abuelo (y siendo yo mismo un  Vicente Huici III )participaba con Toni incluso en la caza de ratones que se celebraba cuando cambiábamos en el almacén los sacos de alfalfa de un lado al otro.

Una tarde Toni no apareció esperándome en la puerta de la huerta. Me dijeron que, atropellado por un coche, había muerto destripado. Estuve llorando durante un buen rato y me propuse enterrarlo, pero ya se lo habían llevado.

De todo esto me acordé ayer cuando recogimos  por unos días a  Rita,  la simpática perrita de unos buenos amigos

(Esta pequeña crónica la ha transcrito al dictado- novelista ruso que me he sentido – mi hija Maite mientras íbamos con Rita y Mertxe hacia Pamplona a una comida familiar)

CAMINANDO POR EL AEROPUERTO

Siempre me ha parecido extraña la sensación general que me dejan los aeropuertos. Pues por un lado son puertos, es decir puertas, a través de las que  se pasa de un lugar a otro, acaso de nuestro continente a otro lejano, pero también son en sí mismos una conjunción de tiempos y espacios singulares.

Así, al ser puertas, son motivo de expectativas, y no sólo respecto de los destinos a los que se va con la ilusión- nunca mejor dicho- de lo novedoso o de lo novedoso en lo repetitivo; o de  los destinos de los que se viene ya con una nostalgia leve; pero además son motivo de expectativa   como tales, ya que , en el tráfago de gente en el que nos movemos, una mirada , un escorzo, una voz pueden llegar a constituirse en la ocasión perdida para siempre.

Y, por otro lado, es el tiempo aeroportuario una duración ambivalente y  , a veces, contradictoria pues oscila entre la espera  desesperada y el descanso merecido aunque sea en un asiento incómodo.Y el espacio…¡ que no se podría decir del espacio! Desde el cubículo casi troglodita de un pequeño aeropuerto perdido que invita a no moverse hasta esas grandes avenidas de los macro-aeropuertos,  pobladas  de todo tipo de reclamos para comer,beber y comprar, que impulsan  a caminar hasta que duelan los pies.

El antroprólogo francés Marc Augé clasificó en 1993 a los aeropuertos, junto con los supermercados o a las  habitaciones de hotel como no-lugares, ya que , desde su punto de vista analítico, eran espacios de transitoriedad circunstancial que no tenían suficiente importancia para ser considerados como «lugares». Pero en este mundo en el que nos está tocando vivir en el que todo se presenta transitorio y circunstancial , balizado lo fisico por lo virtual, yo no lo tengo tan claro…

«OTRA NOCHE SIN F…»

“ Otra noche sin follar” he escuchado de madrugada . La curiosidad, como se suele decir, ha podido conmigo y me he levantado. A través de la ventana entreabierta he visto a dos  veinteañeros  mirando desde la esquina a dos chavalitas que  les saludaban despidiéndose desde la esquina.

Cuando los dos chavales han desaparecido de mi ángulo de visión, he ido a la cocina y me he preparado un té. No sé si por la condición de cuasi vela  en que me encontraba o por qué otra razón, he experimentado algo parecido a lo que los fenomenólogos denominaban epojé y me he visto privado de todos los filtros   de familia ,municipio , sindicato y género   para recordar con un a modo de crueldad a lo Schopenhauer el espíritu de la voluntad , la  condición  de la naturaleza,  y, acaso, la llamada de la selva…

Y me he indignado porque las cosas  fueran a la vez tan sencillas y tan complicadas, porque el ur- objetivo de estas fiestas, como el de casi todas, sea la reproducción social aleatoria  y cada vez más democrática – bueno no tanto si comparamos al personal de Indautxu saliendo de la corrida de toros  con los de la txosna de , por ejemplo, Hontzak – porque , al cabo,  entre  campañas y manifestaciones varias que reconducen lo anterior hacia otro tipo de plusvalías políticas o ideológicas, alguien pueda exclamar a las seis de la mañana «Otra noche sin follar».

Y he vuelto a  la cama con un leve sentimiento de piedad…

MOROKIL

Como andaba despistado, me he ofrecido a ayudarle: «Cuando aparezca su  número  en la pantalla debe acudir a la ventanilla que le indiquen».

«Más vale que  hay gente como usted, que mis hijos ya ni me llaman. Eso sí,  se van a quedar sin heredar porque acabo de vender el piso y me voy a casar con una amiga de Tarragona. Ya me he casado tres veces y esta será la cuarta… Y a mi hija, con la que sí me habló, le parece muy bien que me vuelva a casar. Y ya no es por el sexo, no, es por la compañía. Porque a mi lo del sexo siempre se me ha dado bien y nunca he tenido que ir a las Cortes, usted ya me entiende. Pero lo de vivir solo es muy duro a los ochenta y  cinco años.He trabajado desde crío , primero en el caserío , luego en la fábrica. Y todavía me siento fuerte…Pero todo se lo debo al morokil  que tomo cada mañana. Compro la harina de maíz a las aldeanas de la Ribera y la mezclo muy bien con azúcar y leche en la batidora…»

«Mire, ya ha salido su número…»

UNOS RICOS (CHINOS)

En la cola del control policial formaban una larga sub-cola. Los mayores no rebasaban la cincuentena y los menores iban de los cinco o seis años a los veinte. Todos los varones iban con el pelo cortado al uno y las chicas con melenitas muy cortas ( una, incluso, rubia. Predominaban las bermudas, salvo en el caso del que parecía algo así como el cabeza de familia que llevaba un pantalón discreto aunque de raya  impecable.

Sobre las bandejas azules de la cinta habían extendido numerosas bolsas con ropa y complementos de Gucci, Prada o Michael Kors, grandes smartfones y un par de pequeñas tablets, así como tres cámaras fotográficas Nikon y varios teleobjetivos.

Llevaban pasaportes de la República Popular China y, supongo que pertenecerían a ese diez por ciento que se tomó en serio aquello de que lo importante no era si el gato era blanco o negro  sino si cazaba ratones

Y, por lo visto ,en esa gran familia alguien había cazado muchos ratones en perfecta armonización de lo que se podría denominar un neo-confucionismo liberal-comunista de Estado…

LA INVENCIÓN DE UN ESCRITOR (SICILIANO)

Mientras el avión despega del aeropuerto de Fontanarossa , voy terminando  un libro al que le estoy sacando mucha punta.

Se trata de  L’ invenzione di Regalpetra, una recopilación de la correspondencia entre el escritor siciliano Leonardo Sciascia (Racalmuto 1921 -Palermo, 1989) y  su editor Vito Laterza, encontrado ayer a última  hora en la magnífica librería Catania Libri – en la que , por cierto, también pude conseguir el varias veces mentado Diario Romano de Vitaliano Brancati.

En esta correspondencia que ahora se publica se pueden atisbar varias cuestiones muy interesantes para lletraferits y adjuntos que resumo protocolariamente, como por ejemplo:

1) Para escribir sobre algo hay que disponer de un algo. ( En este caso  una infancia bajo el fascismo.

2) La escritura sobre algo para que pueda ser publicada, precisa de un primer reconocimiento previo de un ( o una ) igual ( en el caso de Sciascia, de Italo Calvino.

3) Un editor no es un impresor – que además frecuentemente cobra la impresión – sino un agente activo que discute la obra exhaustivamente  con el autor ( en este caso el editor es Vito Laterza.

4) El editor ( o editora) puede proponer inclusiones o exclusiones en el texto o incluso hasta un nuevo título ( en este caso Las parroquias de Regalpetra en vez de » de Racalmuto».

5) Si todo lo anterior va bien, se tiene suerte  y algún otro algo que decir, un maestro de escuela se puede convertir en un escritor de » reconocido prestigio» ( al menos siciliano, como Sciascia.

Así que si no se tiene un algo sobre lo que escribir, si no se desea someterse a la crítica previa al menos de los ( y las) iguales, si se confunde al editor  ( o editora) con el impresor – y luego no se quiere pagar…lo mejor es dejarlo cuanto antes…

HISTORIA DE LUIGI

Ayer fue día de despedida y Luigi y Paola nos llevaron a cenar unas magníficas lubinas a la Trattoria al Mulini.Tuvimos así ocasión de desvelar el pasado que le permitió a nuestro colega absolver in artículo mortis al viejecito de Taormina

Pues bien. Luigi – que ahora tiene 66 años – fue sacerdote capuchino desde su juventud en Palermo. En los años setenta , junto a varios colegas, colgó  los hábitos y se integró en un grupo de la izquierda revolucionaria denominado Lotta Continua. Tras un breve periodo de actividad, la mayoría de las células del grupo fue disuelta por la policía y sus dirigentes encarcelados . Luigi se trasladó entonces a la península y reanudó sus estudios universitarios bajo la dirección de Toni Negri. Estuvo en Turín de profesor y tras jubilarse volvió a Sicilia donde, en una fiesta, conoció a la Florio.

«Él dice que todavía puede absolver  porque posee la marca indeleble de los consagrados, pero no sé qué diría su hipotético ordinario…» terció Paola para terminar.

El caso es que esta historia de Luigi me recordó a muchas de mi generación. Estuve a punto de comentarlo y de contar dos o tres muy parecidas, pero había bebido demasiado  boticcella grillo  y no quería desbarrar ni indisponerme ante mis amigos el último día.

Así que dejé que los dos grandes pedruscos volcánicos que veía frente a mí en   Aci- Trezza fueran testigos de mi silencio como lo fueron en el rodaje de  La tierra tiembla de Luchino Visconti  en 1948…En fin…»Nihil novum sub sole»…Tan sólo la inevitable sucesión de las élites en la inexorable evolución de las sociedades…( lampedusiano que me pongo cuando bebo.

SCIASCIA CAFÈ

Ni siquiera en la gran Mondadori de Messina donde me ha atendido una pizpireta librera, he podido encontrar referencia alguna a I PiaceriDiario Romano , de Vitaliano Brancati .

Brancati,  nacido  en Siracusa , se dedicó  en sus libros a parafrasear sardónicamente algunos de los tópicos autóctonos – empeño acaso fútil de mucha gente escribiente – destacando El bello Antonio  y Don Juan en Sicilia.

El éxito de la versión cinematográfica de la primera obra, protagonizada por Marcello Mastroiani y Claudia  Cardinale, puso de moda su obra poco después  de su muerte – fatalidad también común a mucho personal escribiente- aunque ya llevaba muchos años colaborando como guionista en el mundo del cine, sobre todo con el saleroso y descatalogado Luigi Zampa. Brancati siempre vivió entre Catania y  Roma , y entre avatares varios escribió su Diario Romano.

Pero en fin, como para compensar la imposibilidad de acceder a esta obra – que me interesa más que  sus novelas porque  soy un afiliado a la literatura autodiegética que considero, por cierto, la forma de ficción  más secreta –  en saliendo de visitar las hermosas y amplias Galerias Vittorio Emanuele, nos hemos topado con un Café dedicado a …Leonardo Sciascia, otro magnífico escritor siciliano.

Para quedarme sólo con la anécdota  – y   a pesar de la presión familiar que es consciente de mi aprecio por el autor de Las parroquías de Regalpetra, interesante bildungsroman de un joven siciliano de la posguerra – no me he atrevido a entrar, pero me he quedado  pensando que es el primer café  que conozco que lleva el nombre de un escritor…más o menos conocido…

MESSINA Y EL MANTO DE SAN FRANCISCO DE PAULA

Contemplo desde el alto campanile del Duomo el estrecho de Messina. Al fondo, casi como si se pudiera tocar con la mano, emerge Reggio-Calabria entre un sinfín de estelas blancas .

Según dice la tradición , San Francisco de Paula cruzó este estrecho navegando sobre su manto extendido, convirtiéndose así en patrón de los marinos italianos.

Hoy, sin embargo, este estrecho de no más de tres kilómetros que ha sido cabeza de puente de casi todas las invasiones de Sicilia desde que se tienen noticias escritas, es el paso anhelado por los miles de refugiafos que van llegando desde Libia a la isla mayor con escala en Lampedusa.

Esperan estos refugiados más  vivir que vivir mejor y vienen esquilmados por las mafias que los transportan, desparramándose después por pueblos  y carreteras hasta ser  recogidos por una cualquiera de las muchas policías italianas para ser conducidos a enormes campos de retención – el otro día nos dimos cuenta de que había uno cuando vimos desde la carretera unos barracones llenos de cientos de cabezas oscuras.

Por lo que se puede ver, los sicilianos, acostumbrados a ser sistemáticamente » invadidos » ( la última vez por los americanos para liberarlos de sí mismos) , se toman todo esto con una normalidad que contrasta con las declaraciones de los políticos: símplemente miran con una mirada neutra y dejan pasar.

Y  estoy seguro que, de poder hacerlo, repartirían  trozos del manto de San Francisco de Paula, como ahora regalan estampas del Padre Pío…