Se me pasa el arroz catalán. Desde la convocatoria de las elecciones del domingo, hace casi dos meses, tenía en la cabeza escribir unas líneas sobre la cita con las urnas del país en el que tantas veces hemos querido encontrar los vascos un espejo… y viceversa. Lo fui dejando porque, lo confieso, no daba con un hilo del que tirar, más allá de la obviedad ya confirmada de que el tripartito se iba a ir al desván de los juguetes políticos rotos. Tampoco eran necesarias grandes dotes de análisis para vaticinarlo. Quienes lo habían montado y mantenido vivo fueron los primeros en bajarse en marcha del invento que hace seis años parecía el hallazgo definitivo para unir progreso y sentimiento nacional de diferentes graduaciones y calibres. No eran pocos los que por estas latitudes fantaseaban con algo parecido, aún sabiendo que, por distintos motivos, carecíamos de los ingredientes para versionear el combinado.
Y por ahí me viene la percha que me faltaba, que en realidad es un verbo y una tentación inevitable tras cada proceso electoral: extrapolar. Por si no fuera suficientemente complicada de interpretar la realidad sobre la que pisamos, nos gusta enredar más el juego probándonos trajes de tallas y hechuras que nunca hemos llevado y que es altamente probable que nunca llevemos. Reconozco que es entretenido tratar de adivinar lo que nos va a pasar a partir de lo que les ha pasado a otros, pero en este caso me parece imposible la traslación.
Pocos parecidos
Por más vueltas que le he dado, la única similitud, muy matizable por lo demás, que he encontrado es la que puede existir entre CiU y el PNV. Ambas son, efectivamente, formaciones que, después de décadas en el poder, perdieron el Gobierno, aún habiendo ganado las elecciones. Apurando mucho, se puede añadir como coincidencia menor que en uno y otro caso la presidencia les fue arrebatada por las sucursales locales del Partido Socialista. Y ahí mismo empieza la larga lista de diferencias, porque el PSC y el PSE se parecen como un huevo a una castaña.
Sumemos que en estos pagos hay una parte del electorado puesta fuera de juego arbitrariamente, que nuestro Parlamento tiene casi la mitad de escaños que el catalán, o que aquí la represención de cada territorio no es proporcional a su población, y caeremos en la cuenta de que no hay por dónde ni qué extrapolar. Si queremos saber cómo va a acabar este capítulo de nuestra historia que empezó en mayo de 2009, por impacientes que estemos, no hay otra que esperar los dos años y medio que restan.
Dos años y tres meses.Tic,tac,tic,tac…….
Qué relativo es el tiempo… se me está haciendo eterno el show PPSOEro, es como si estuviésemos a punto de concluir esta pesadilla y no hemos llegado ni a la mitad. Y estos, los piliymili de la política vasca, vaya si van a exprimir la naranja. No se van a ver en otra como esta en un punnado de lustros. Pero, por esa misma relatividad, no creo que a estos se les esté pasando tan lento todo esto. Hoy nos desayunamos con que tiene pendiente un huevo de trabajo y leyes por aprobar, y ha pasado ya media legislatura! Por inexperiencia dicen. Es como si me presento a una vacante de director general de la empresa más grande de Euskadi y pido tiempo por falta de experiencia! sí… como que me lo iban a dar! si accedes al puesto y te presentas como la solución a todos los probelmas, qué menos que ser experto y experimentado en lo que vayas a hacer. A estos se la sopla! son lo más fantoche que jamás he visto. Todo gracias a la ley de partidos, sus mentiras y porqué no decirlo a la izquierda abertzale y sus maravillosos votos nulos… en fin, parte de la culpa es mía pro no votar pensando que el PNV estaba desgastado. Pido perdón. Me equivoqué.
Permítame diferir. En primer lugar, si por algo se ha caracterizado el PSOE desde que llegó al poder es por su gobierno en forma piramidal; no se trata de comparar al PSC con el PSE sino de quién manda sobre ellos, el mismo y con objetivo común. Por otro lado, no es la primera vez que los resultados de unas elecciones dan mucha información de lo que acontecerá en ´próximas convocatorias. Ciertamente mucha. De hecho, pocos equivocaron el resultado, sin necesidad de hacer encuestas, escaño arriba, escaño abajo. Otra cosa es el juego político y el partido que se le saque a una realidad innegable por parte de unos y otros.
Estoy muy de acuerdo con lo que planteas.
De lo poco que tenemos en común catalanes y vascos es una sensación (en buena parte de las respectivas sociedades, dejémoslo ahí) de estar por narices, en una nación que no es la nuestra. Y en la que por si acaso, nadie nos quiere preguntar si queremos estar ni cómo.
Por cierto, ya sé que no va al hilo, pero me tiene un poco asombrado…
De un tiempo a esta parte, creo, en ETB cuando hay declaraciones de políticos en catalán, no subtitulan.
Cuando hay declaraciones en euskera, se subtitulan.
No digo que no subtitulen éstas (aunque la sensación de sentirse extranjero en tu tierra… pero es lo que hay).
Lo que resalto es que las otras no se subtitulen.
No puedo evitarlo. Seré malo.
No sé si será que como es una lengua romance como la nuestra (bueno, como una de ellas) se entiende, si será que también han echado al traductor de catalán, o por ahorrar o por participar en el complot, o si formará parte del acuerdo para el cambio (recordemos que José María I afirmaba hablar en catalán en la intimidad, más o menos como en inglés en las Universities, supongo…)
Primero porque solo nos encontramos sobre Azerbaijan y Kyrgyztan y en segundo lugar porque en la muestra utilizada para esta evaluaci n el contexto urbano y los colegios privados han tenido mayor peso. Bueno una buena manera de contrastar los resultados de PISA para tristeza del Ministro de Educaci n es revisar el informe realizado por Mary Vargas por encargo del Proyecto Observatorio de Educaci n de las Ni as y Adolescentes de reas Rurales ejecutado por el Consorcio Care Per -Manuela Ramos.