Indignarse

Caprichosa actualidad. El domingo nos fuimos a la cama con la certidumbre reconfirmada de que hay repúblicas bananeras que no tienen nada que envidiar al reino de España y ayer al levantarnos, comprobamos que a los enemigos públicos número uno del orbe se los puede apiolar para jolgorio general. Luego, los dueños de este balón con forma de mapamundi y los ujieres que atienden en sus sucursales repartidas por la esfera nos cantan las mañanas con pleonasmos falsarios como “juicio justo” o “principios democráticos”. Ni siquiera necesitan disimular. Saben que por encima de ellos sólo están los intocables Mercados, que no se meten en menudencias como la legalidad o la libertad, salvo que crean que un euro suyo está en juego. A partir de ahí, hay barra libre, tanto para que el líder del mundo fetén liquide iconos creados por el mismo, como para que un tribunal de las colonias fulmine con un auto prefabricado doscientas y pico candidaturas impolutas.

Junto al teclado en el que me rasco estos picores tengo desde hace unas semanas un ejemplar de ¡Indignaos!, del nonagenario Stéphane Hessel. Contando el prólogo de su coetáneo, José Luis Sampedro, son apenas sesenta páginas que hacen inventario de algunos de los motivos que deberían llevarnos a una cabreada concienciación previa a plantar cara a quienes nos toman global o localmente por el pito de un sereno. ¿Y? Y nada.

Me gustaría escribir otra cosa, pues simpatizo con el autor y el prologuista y he asentido ante casi todas las razones para la rebelión que van detallando. La teoría, los motivos para el encabronamiento, los tenemos absolutamente claros. Falla, como siempre, la puesta en práctica.

Tomemos como ejemplo cercano y doloroso el pateo del Supremo a Bildu. ¿Qué va a venir después de la torrentera de mala sangre que nos hemos hecho en Twitter y Facebook? Poca cosa. Esperar a ver si hay suerte y el jueves el Constitucional está de buenas.

7 comentarios en «Indignarse»

  1. Javier, cada vez quedan menos resquicios en los que las ideas puedan ser debatidas, menos espacios donde el librepensamiento vuele y se expanda por el viento, como diría Alvarez Solís. No se dan cuenta de hasta donde puede llegar ese «cabreo»; desde la impotencia, la indignación, la persecución, se pueden crear nuevas aptitudes que rocen o caigan de lleno en la violencia…da la sensación de que es eso lo que quieren. Yo creo que no debemos dejarnos caer en el odio que, seguro, no nos traería nada bueno, pero, aviso a navegantes, hay sensibilidades que no ven con malos ojos la vuelta a posturas en donde la pólvora sería el perfume del dolor y la sangre.

  2. ¿Si un estado es capaz de asesinar a un ser humano y arrojarlo al mar y celebrarlo en las calles, porque no matar a cuantos millones de personas le sean ingratas o se encuentren en busca y captura? Recordemos que en muy pocos años es el segundo dirigente asesinado por los estados unidos de américa. Un estado que no reconoce la Seguridad Social, derecho promulgado en la declaración de derechos universales del ser humano. Pero claro tampoco aprobó la declaración de derechos universales del ser humano. Para mi Osama Bin Laden solo es un nombre, quizás el de un asesino en masa, pero si no somos capaces de ser justos con nuestros enemigos ¿Cómo pretender ser justos con nosotros?. Yo si estoy indignado.
    Sobre lo de Bildu «Hay que ser israelí para calificar de terrorista a la no-violencia» Stéphane Hessel.

  3. Javier, totalmente de acuerdo en todo.
    Pero el que estemos cabreados e indignados muchos miles, implica que somos muchos también los que estamos dándole vueltas a la forma concreta, práctica, de echar a andar local y globalmente contra la injusticia, que es lo mismo que decir contra la raiz misma del sistema que, y nosotros somos de los muy, muy afortunados, nos oprime.
    Ánimo.

  4. Gaur herri guztietan kalera.
    Ostegunean Moyua gure Thair enparantza izango da!

  5. Y hablando de tomaduras de pelo…
    Se sabe ya si Martin Garitano interpondrá denuncia contra Jose Bono por injurias al llamarle «testaferro de ETA», porque manda cojones!

    Hay que espabilar… y a la mínima se les zumba una en toda la cresta, que se están acostumbrando a soltar por esas bocas bien negras lo que les da la puñetera gana.

    Agur!

  6. ¿Bono? ¿El hijo de cargo falangista?

    Esa es la prez de la intelectualidad española. Uno que estudió en Deusto gracias al dinerito que su padre cobraba del regimen de Franco y que lo único que aprendió (y muy mal aprendido por cierto) es que «los vascos creían que provenían de Noe».

    ¡Hay que ser «intelectual ejpañol» para soltar bataratadas como esa que soltó Bono Sancho de la Panza.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *