Después de una búsqueda de días por tierra, mar y aire, a las diez y media de la mañana del lunes cerramos una entrevista con quien acaba de ser designada para un cargo de nueva creación en el Gobierno vasco. Ella misma se puso en contacto con una de las tres personas que la habíamos tenido en caza y captura y confirmó, toda amabilidad, su presencia. Lo celebramos como la ocasión requería: con un cruce de sms entre triunfales y desconfiados. Apenas dos horas después, quedó demostrado que teníamos razones para recelar. Una vez más en carne mortal, la interfecta llamó para desconvocarse. Le había salido —¡ja!— un compromiso ineludible. ¿Y a otra hora? No. ¿Otro día? Tampoco. ¿Y…? Que no, que ya os llamaré yo.
No hace falta ser adivino para saber qué ocurrió en el lapso entre el OK y las calabazas. Seguramente sin sospechar que estaba a punto de cometer un pecado mortal según el catecismo de Nueva Lakua, nuestra fallida invitada comunicó la cita al cancerbero de turno. Ahí a alguien se le pararon los pulsos y comenzó a echar espumarajos. ¿Una entrevista, y encima, la de estreno, en esa casa donde habita el mal? ¡Vade retro! Antes pasará una manada de rinocerontes por el ojo de una aguja que dejará escuchar su voz en Onda Vasca el más insignificante de los centuriones de López.
Me gustaría haber contado una anécdota, pero por desgracia, es una categoría. Si en los primeros meses de vida de la emisora caía de Pascuas a Ramos un consejero o consejera, desde hace mucho no tenemos un mal subalterno que echarnos a la boca. Inasequibles al desaliento, seguimos llamando y llamando. Cuando hay suerte, recibimos una excusa atrabiliaria o la avergonzada confesión en confianza de que cualquiera que rompa la fatwa lo pagará muy caro. Y ya cansa, estomaga, aburre y revienta algo que va más allá del boicot de unos alevines enfurruñados. Es un delito contra la libertad de información. Así de claro.
Supongo que habréis probado la vía «Rafaela».Hablando de «centuriones de López» y su desgobierno.Lo de su insignificancia o no en la «legión» se me escapa,pero que sigue las consignas es evidente.
Puedes preguntarle el próximo lunes si a ella le parece un «delito contra la libertad de información» esta actitud de López y su desgobierno.O sea,de ella misma.
Por cierto,muy buenas las declaraciones de LóPPez diciendo a Garitano (por lo de los príncipes) que «el cargo institucional está por encima de las apetencias personales».Podríais preguntarle (aunque sea en alguna rueda de prensa y a traición) si eso vale también para que los oyentes de Onda Vasca(seremos ciudadanos vascos?,o algo peor….????) tengamos la oportunidad de deleitarnos con sus respuestas,aunque a él no le apetezca mucho.