Edipo en la política

Si algún día se escribe la Historia universal del resentimiento, debería incluir en sus apéndices la reproducción de la entrevista que le hizo un diario de la acera de enfrente a Miguel Sanz. “El 20 de noviembre iré a votar, pero no voy a decir a quién, el voto es secreto”, proclamaba el de Corella en un titular que bien podía traducirse por “Ahora, de la rabia, votaba a Amaiur o, como poco, a Uxue Barkos”. Ni el cargo de regaliz en Audenasa graciosamente concedido por la ahijada que le salió rana parece bálsamo para su amargura por haber criado y alimentado a la cuerva que, a la primera de cambio, le sacó los ojos y lo negó setenta veces siete. Es probable que en el Ipod del expresidente ya no suene “Y nos dieron las diez”, de Sabina, sino “Una bofetada, Yolanda”, de la Chula Potra.

Con los años que lleva en la arena pública, el de la chupa de cuero tendría que saber en la política Edipo no es un mito, sino la guarnición obligatoria de cada proceso sucesorio. Son excepcionales los hijos predilectos que no acaban dando matarile metafórico a sus mentores, que inevitablemente se quedan con cara de César mirando a Bruto. Ley de vida en un oficio donde el factor humano (principalmente en la parte que toca a miserias) tiene más influjo del que le concedemos.

Ejemplos recientes, mil. Gerardo Iglesias, producto del dedazo de Santiago Carrillo, reventó el carrillismo en el PCE antes de volverse a picar a la mina. Jorge Vestrynge, flecha y pelayo de los ojos de Fraga, se la lió a Don Manuel y anda ahora de maoísta tardío. Sin llegar a tanto, el mismo Rajoy por el que Aznar sacrificó a Rato y a otros de sus fieles centuriones, ha laminado a la chita galaica a toda la vieja guardia y si se cruza con el del bigote, le da los dedos en lugar de la mano. Qué decir de López, sujetavelas de Redondo, al que apuñaló sin esperar a que amaneciera. Los delfines, ay, acaban mutando en tiburones.

2 comentarios en «Edipo en la política»

  1. Excelente artículo, Vizcaino Jauna.
    Nada como el talento periodístico para decir tanto en tan pocas lineas.

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