La pregunta del momento o, como poco, una de ellas: ¿Qué va a hacer el PP ante el balón del fin de la violencia que, por más que se empeñe en despejarlo a córner, volverá a su tejado una y otra vez en cuanto toque pelo gubernamental? ¿Tomará el regalo —un tanto envenenado, de acuerdo— y posará con él bajo el brazo para la posteridad, donde sólo quedará un gran titular y los detalles menores se irán desintegrando con el paso de las generaciones? ¿Se dejará guiar por los cantos de las hienas cavernarias para las que la sangre es infinitamente más rentable que su ausencia? Visto el proceder en los últimos años de la formación que fundó Manuel Fraga, hay más motivos para temer lo segundo que para confiar en lo primero.
A pesar de esa evidencia certificada con toneladas de palos en las ruedas, y probablemente porque ya hemos visto ocurrir acontecimientos por los que no dábamos un duro, esta vez parece que llega desde el nido de la gaviota algo que no huele a inmovilismo y cerrazón. Son apenas detalles sueltos, amplificados tal vez por nuestras propias ganas de ver lo que deseamos. Basagoiti ahorrándose dos o tres exabruptos del repertorio habitual, Oyarzábal asegurando que su partido sabrá arriesgar por la paz, Rajoy desafiando la ira del búnker al repetir que el comunidado de ETA fue una gran noticia… Y aún algo más valioso: las palabras ilusionadas y valientes en el plano corto de muchos militantes que sólo esperan una señal para pronunciarlas con luz y taquígrafos.
Decía Arnaldo Otegi que a la izquierda abertzale le costaba maniobrar porque es un transatlántico. Como apuntó Jone Goirizelaia en Gabon hace unas noches, el del PP debe de ser un barco todavía más grande. Para colmo, añado, en su tripulación hay remeros —Aguirre, Pons, Mayor Oreja— que no están dispuestos a bogar hacia el Cabo de Buena Esperanza. Todo depende, si de verdad lo es, del piloto. ¿Se atreverá a virar?
Bueno hay un antecedente. El P.P. no es «nuevo» en esta pelí. El P.P. es un partido aglutinador de muchas gentes y «razas» en la piel de toro. No olvidemos que en España no existe con representación parlamentaria más a la derecha que el P.P. y, por tanto, hay un electorado que respondería a lo que es la extrema derecha en otros partidos de Europa. Fraga es hoy, y por fortuna, una reliquia a extinguir en el P.P.
Yo me iría más a lo pasos que, en ocasiones precedentes, ha dado o ha efectuado el P.P. en estos ámbitos que aqui se tratan. PORQUE LOS HA DADO. Osea este artículo peca de olvido, ignoro si es a drede, o es porque esta situación la considera el articulista totalmente novedosa. para partir de este último postulado entonces deberiamos convenir que todas las treguas previas de E.T.A. desde Argel fueron un cuento desde el principio a su fin. Y eso es mucho decir para invalidar aquellos intentos.
En este aspecto hubo una tregua en la que el P.P. estaba en el poder con Don Jose Maria Aznar al frente. NO lo olvide el que escribe para no prejuiciar cosas como aqui prejuicia. El tal Aznar dijo «palabros» como que iban a hablar (textual) con el «M.L.N.V.» ¿O no se acuerda es autor? y de la posible generosidad del Estado, etc, etc… hablo de 1998 y la tregua de E.T.A. la cual fué anunciada a bombo y platillo como la «ultima y definitiva». Es más, como en esa ocasión, se anunció en diarios estatales como el «Marca» o el «AS», diarios cuyo tratamiento es el de que hacen unos señores en calzoncillos con una pelota. Algo parecido se ha visto, aunque fijese bien, con menor bombo en ese tipo de diarios deportivos hace unos días, con este fin, parece esta vez que si, definitivo de E.T.A.
Es verdad que al poco se empezó a indicar que aquello era «una tregua trampa» etc… y que, aparentemente donde había dicho «digo» Aznar dijo «Diego».
Pero no nos confundamos, ni nos desviemos. Lo digo por la precipitación que puede tener el autor al indicar por donde, para él, casi con toda probabilidad irá el P.P., si como todas las encuestas dicen es el Gobierno en capilla y están a la espera, para ejercer, de la «formalidad» de los votos que se emitan el 20 de Noviembre.
El autor dice si «se atreverá a virar» ya que el trasatlántico que es ese partido esta gobernado por gente «dudosa» catadura.
Al efecto y por no alargarme más diré: los mentados (excepto Pons) tuvieron responsabilidades de gobierno ( muchas e imporatantes) con Aznar. Y lo más reseñable: EN NINGUNA TREGUA, e insisto en el «ninguna», el Gobierno de turno en aquellos momentos fué más generoso que el de AZNAR, por ejemplo, para con los presos de E.T.A. en aquellos momentos que el Gobierno de AZNAR. Puede resultar increíble. Pero invito al autor del blog y a quien esto lea que repase y tire de datos y hemerotecas de la época: jamás hubo más excarcelaciones de miembros de E.T.A. que durante ese periodo, y el número de acercamientos a prisiones de Euskadi en ese periodo carece de parangón en otros periodos o presidencias de Gobierno en España. Si alguna duda genera tal afirmación al respecto, consultense los datos que no es muy difícil contrastar al respecto en internet, o en su caso en el Ministerio del Interior. Se dan paradojas como que siendo Ministro del Interior un tal Jaime Mayor Oreja fué excarcelado ANTES de cumplir la totalidad de la pena impuesta preso de E.T.A.: pues bien este individuo, hoy preso, ha sido el único que, habiendo estado preso por asesinato, una vez excarcelado durante el MANDATO de Mayor Oreja, meses después, cometió otro asesinato, de un concejal de un pueblo de Euskadi, como miembro de E.T.A. nuevamente.
Todo ello lo digo NO por tranquilizar a los intranquilos, sino para que nos vayamos acostumbrando a ver lo que veremos. Sino al tiempo.
Hola
Cuando se inauguro la autopista, acostumbrados como estabamos a la vieja carretera nos parecia un sueño, que duraria lo que tardase el asfalto en envejecer. Habia gente interesada, sobre todo los hosteleros y gasolineros. Hoy ni nos acordamos de cuando fue. Pienso que con la paz, nos pase parecido y gracias a dios dentro de unos años sea historia. Las voces interesadas con el tiempo se van callando, acuden a otras rapiñas.