A qué llaman crecimiento

Menudo festín para los heraldos del apocalipsis y acojonadores compulsivos en general. Según el FMI, la economía española se va a pegar en 2013 un morrón todavía mayor que el de este año. Sobre 105 estados, este del que somos súbditos por imperativo ocupa el puesto 104 en el cuadro de crecimiento mundial. Sólo Grecia, ese infierno en la tierra, saca peores notas. En los puestos inmediatamente anteriores del pelotón de los torpes, Portugal, Chipre, Italia y Eslovenia, cuyas cifras vienen precedidas de un vergonzante signo negativo. Vengan unas orejas de burro y una motosierra para seguir recortando derechos a los zotes del planeta.

¿No sienten curiosidad por saber quiénes son los alumnos aplicados, el espejo donde debería mirarse la escoria internacional a la que pertenecemos? Pues vénganse a la parte alta del gráfico y admírense del pedazo 15,7% que va a crecer Mongolia, del 14,7 que medrará Irak o del 11 de escalada que le aguarda a Paraguay. Son los supercampeones del PIB ascendente. Tras ellos vienen Kirguistán, Mozambique, China, la República Democrática del Congo, Ghana, Turkmenistán y Costa de Marfil. Ya ven qué curioso. Con alguna leve salvedad, los Cuarenta Principales de la supuesta prosperidad son todos esos países de los que generalmente sabemos por sus guerras, hambrunas, matanzas de civiles indefensos, mafias instaladas en el poder, conculcaciones de derechos a tutiplén y, en general, injusticias sociales sin cuento.

Conclusión: cuando Lagarde y el resto de los señoritingos del FMI hablan de crecimiento, en realidad quieren decir desigualdad extrema, explotación impúdica y regreso a la edad media. El capitalismo cabrón del siglo XIX se antoja un paraíso en comparación con los modelos propuestos. Para dar el estirón y salir guapos en sus clasificaciones de comportamiento económico ejemplar hay que comer sin rechistar toda esa mierda doctrinal. ¿Estamos dispuestos a hacerlo?

4 comentarios en «A qué llaman crecimiento»

  1. Hombre, que Mongolia o Mozambique tengan crecimientos disparados (disparatados puede que también) es lógico, a nada que hagan, como son cifras porcentuales, siendo su PIB mega canijo, pues salen cifras de 2 dígitos. China e India como escepciones, eso son caballos desbocados.

    No hay prisa para crecer, pero sí para cambiar y hacer las cosas bien. La solución no es el capitalismo, ni lo es la izquierda o el socialismo. Nadie tiene la varita, pero todo reside en pensar más en ser mejores personas, en más capacidad de sufrimiento, en valorar cada euro que se genera, en no despilfarrar (algo tan de izquierdas como de derechas)…

    Hay que cambiar el modelo, pero antes debemos cambiar todos y cada uno de los indivíduos. Y olvidarnos de:

    De que no somos iguales. La igualdad es un juego irreal y socialmente mortal. El low cost y el consumismo son los elementos igualadores del capitalismo y el falso bienestar social y el intervencionismo del estado en nuestras vidas el de la izquierda ¨social¨ (cágate lorito)…

    De que no somos tan víctimas inocentes como nos creemos de ningún sistema. Y sí, soy de los totalmente convencidos en cuanto a la existencia del nuevo orden mundial y los mega lobbies judíos. Pero todo empieza en uno mismo y acaba en la manada para volver a uno mismo y de vuelta a la manada…

    Joder, no proyectemos todo en el sistema… hagámoslo cuando cambiemos nosotros, que nos hemos vuelto tan low cost, como el entorno que nos succiona.

    Agur Iparretik

  2. Hola
    El concepto “crecimiento” (o “incremento”) hay que considerarlo con precaución; tanto en valor absoluto como en relativo. Por ejemplo, si yo voy paseando por la calle cargando con mis cuitas y mi precaria economía, y me encuentro un billete de 50 euros (eurazos), pues resulta que multiplico por dos la cantidad que destino a sobrevivir entre semana; dicho de otra forma, crezco el 100%. Ahora bien, si eso le ocurre a Florentino Pérez, pues resulta que no notaría incremento alguno… y eso suponiendo que se dignara a agacharse para recogerlo del suelo. Pero en ambos casos estamos hablando de 50 euros.
    (En el mundillo de las matemáticas existe la expresión dX/X, que significa la “variación de un parámetro con respecto al valor previo de ese parámetro”. Si montamos en un avión, vemos que en el instante de despegar, el suelo cae bajo nuestros pies •muy rápido”, pero conforme ascendemos, sí que vemos el suelo cada vez más abajo, sí… pero cada vez de manera menos perceptible. Y eso ocurre porque el incremento de altura -que es constante hasta alcanzar el techo del aparato- cada vez es más pequeño respecto a la altura de referencia.)

    Abandono esta vía de rollo patatero, y concluyo: Tanganika puede que crezca un 60% en un año -¡mientras que Alemania sólo alcanza un mísero 1,7%!- pero ello puede ser debido a que ha llovido más en junio, y la cosecha de cacahuetes ha mejorado. Así y todo 1º) con ese 1,7% de incremento que ha experimentado Alemania podría comprarse todo Tanganika 2º) La mayoría de gente que conozco preferiría vivir en Alemania, a pesar de su modesto crecimiento.
    Pero hay un truco.
    Supongamos que somos un grupo potente (que podemos negociar a alto nivel), que somos unos mugres (que no tenemos escrúpulos), y que tenemos varios millones de euros para invertir (estamos forrados). ¿Dónde invertiríamos? Pues en Tanganika, porque la tasa de revalorización de la tela es espectacular; y gracias a nuestro poder político-militar-económico –y a pólizas de seguros- seríamos capaces de defender el patrimonio en caso de golpes de estado, expropiaciones o cosas así.
    En estos momentos, la tela está saliendo de Europa en estampida, porque Europa está exhausta, y determinados países hundidos (Hispanistán, entre otros) Pero la tela no descansa, y va en busca de esos países que aparecen en los listados de “países con más crecimiento previsto”, porque es ahí donde se gana. (De efectos colaterales tales como corrupción de políticos, cambio de costumbres locales, envilecimiento de amplias capas de la sociedad, devastación medioambiental… etc, hablaremos otro día.)
    Caso práctico: conozco personalmente a gente de Bilbao que está invirtiendo en empresas colombianas, y comprando deuda de distintos estados/provincias latinoamericanas y asiáticas, y el año pasado obtuvo rendimientos superiores al 85%. (Ochenta y cinco por ciento)

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