El poder de un voto

Quise hacer un pequeño chiste en Twitter y me salió por la culata. “Es tremendo pensar que mi voto vale lo mismo que el de Amaia Montero”, escribí. Puse ese nombre porque el día anterior la ex-solista de La Oreja de Van Gogh había vuelto a cubrirse de gloria con una bocachanclada King Size de las suyas. Ni quince segundos tardaron en empezar a llegar respuestas que me bajaron del guindo: “De eso nada. Tú vives en Bizkaia y ella en Gipuzkoa. Por tanto, su voto vale más que el tuyo”. El más, en mayúsculas, para endurecer el golpe. Tocado y casi hundido.

Sí, solo casi porque, en realidad, ya lo sabía y no pocas veces he despotricado sobre lo perverso del caprichoso y desnaturalizador 25-25-25, nuestra propia versión del café para todos. De igual modo, soy consciente del juego de trileros que esconde el reparto de cocientes —Satanás confunda al señor D’Hont—, de la parcialidad descarada de las Juntas Electorales centrales o de la arbitraria distribución de recursos que busca ponérselo en sánscrito a las formaciones pequeñas. A estas alturas, no me darán el Nobel por descubrir que lo de “una persona, un voto” tiene más letra pequeña que el contrato de mi tarjeta de crédito. No será a mi a quien sorprendan haciendo loas a la fiesta de la democracia, que bastante claro tengo que es un sarao donde se reserva el derecho de admisión.

Y sin embargo, por el posibilismo que me ha crecido junto a las canas o justamente por todo lo contrario, sigo defendiendo el poder, aunque sea infinitesimal, de depositar una papeleta en una urna. O si es el caso, de no depositar ninguna. Lo que importa es que se trate de una decisión plenamente voluntaria y meditada, un ejercicio —ahora que se habla tanto de ella— de soberanía personal. Que nos impongamos sobre la pereza, la desidia o la tentación derrotista de creer que lo que hagamos no cambiará las cosas. En más de una ocasión, un solo voto las ha cambiado.

6 comentarios en «El poder de un voto»

  1. Pues yo ya he cumplido con mi débito electoral. A ver si quitan ya las fotos de Urkullu, que parece Arthur Rowsan anunciando un método para dejar de fumar mediante hipnosis o la foto de PLL con esa cara de pena mirando al portátil que parece que dice «pues a mí no se me enciende».

    Lo de 25-25-25 habría que cambiar antes de la mitad de la legislatrura,no sé si implica un cambio en la LTH o en el Estatuto pero seguro que ni a PNV ni a Bildu (ni a los abertzales en general) nos viene bien que 20 representantes sean Vitoria. Ya me veo consumiendo radio como una loca…..

  2. ¿No estamos en EuskalHiria? ¿No somos todos igual de vascos/as? Pues circunscripción única, y a tomar por saco. Y sin ley d’Hont ni corte mínimo del 3 ó del 5%: proporcional total. Y, ya sé, ya sé que es mucho pedir, con listas abiertas y sin posibilidad de que nadie se apalanque más de ocho años en un sueldito público.

  3. Pues he amanecido con malas sensaciones,el debate del miércoles me dejó fundido,tras el Euskadi pregunta me había hecho ilusiones.El miércoles me acordé de Bielsa y de tantos partidos que he visto perder a la real:»Lo importante no es perder,lo imPportante es cómo se pierde».Un inútil,un demagogo,un mentiroso no te puede pasar por encima una vez sí otra también ni se pueden desperdiciar mil oportunidades de desenmascarar,rebatir con realidades y acabar hundiendo en la miseria y dando la puntilla política a un contrincante tan fácil mientras lo miramos con ojos de cordero degollado risueño y seguimos a lo nuestro,mejor dicho,a lo de los asesores que parecerían infiltrados de la competencia,en plan robot mal programado.
    A pesar de todo,sigo con la camiseta puesta,he ido a votar.Y que rece el que se acuerde,que falta nos va a hacer.A los del PNV,digo.Saludos a todos,ójala mis sensaciones sean equivocadas.

  4. Pues estoy de acuerdo con Fernandomh en lo de la ciscunscripción única, pero sólo para la elección del Lehendakari, que debería ser directa y con 2ª vuelta, es decir, a la francesa (evitaríamos posibles frentes anti-lo que sea). Es decir el ejecutivo elegido por el pueblo. Y el elgislativo, es decir el Parlamento Vasco, ya es otra cosa. Si vamos a ciscuncripción única, se vizcainaría (palabro nuevo) Euskadi: somos el 50% de población, con un 33 % de guipuzcoanosy un 17 de alaveses. El 25-25-25 (parece una marca de puros) es poco representativo pero proporciona un poco de proteccion a las minorías. Yo encantado, soy vizcaino, pero cuidadín, no estría de más algun factor equilibrador. Y sobre todo: No borar de un plumazo al representación de la abstención, si hay un 34 % de votantes que no lo han hecho, que se vean representados por quienes ellos han elegido: nadie. Si no, el ganador, sobre todo cuenta con sus votantes y con los que no votan a nadie. (Por ejemplo Rajoy gobierna con mayoria absoluta, contando sólo con el 30,5 % de posibles votantes del censo, Si los abstencionistas dieran escaños vacios en el Congreso de Madrid, Rajoy no tenía mayoría absoluta ni de coña, fíjate) O sea que la estrategia de no votar es tan anti-sistema como el Cardenal Gomá vendiciendo bombarderos en 1937, o Botín hablando con Felipe Gonzalez en 1994 antes de la adjudicación de Banesto intervenido.

  5. Evidentemente mis sensaciones eran equivocadas.No sabéis lo que me alegro,pero no me retracto de lo escrito:Bochornos semejantes no se pueden repetir.
    Ánimo Urkullu!.

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