Vaya, parece que tengo que pasar a limpio lo que quería decir con ‘lo del viernes’. Como supongo debí anticipar, me han caído airados pescozones de esa parte del patio de butacas que no necesitaría ir al cine porque ya tiene la película en la cabeza. Aunque sea de romanos, te porfiarán que es de vaqueros y cualquier intento por razonar se zanjará con el argumento definitivo: ¡Fascista! Bueno, mucho más divertido en este caso, porque el escupitajo por atreverse a señalar que el género en cuestión era la comedieta bufa consistía en apostrofarte como “enemigo de la paz”. De miccionar y no echar gota, que te suelte eso un tipo que hasta hace dos días ha tirado de pipa u otro más cagueta que, sin haberla llevado, aplaudía con las orejas a los que daban matarile o silbaba a la vía.
Lo bueno y a la par triste del caso, como he anotado tantas veces, es que estas vainas solo nos ocupan a unos cuantos entusiastas. Y mejor que eso es que el debate se queda en cuatro yoyas dialécticas. Todos, desde COVITE a Etxerat, tenemos la certeza de que los días del plomo no volverán. Salvo para una pequeña minoría que sí ve en riesgo su presente y su futuro, el debate es de fogueo.
No tiene sentido alargarlo innecesariamente. De ahí mi mal cuerpo por ‘lo del vienes’, cuando se dio una curiosa paradoja: si bien el desarme que vimos fue de chiste, lo cierto es que ETA entregó toneladas de munición… a la otra parte. Munición argumental que, entre otras consecuencias, sirvió para continuar la chirigota con la lisérgica llamada a declarar de los verificadores en la Audiencia Nacional. Y mientras, la casa sin barrer.
Me parece que en este asunto nos hemos quedado con la paja y se nos ha escapado el grano. Me explico:
Los verificadores deberían haber anunciado que la entrega era un acto simbólico debido a las dificultades logísticas de ETA; a nadie se le escapa que en las condiciones actuales les es muy difícil alquilar un camión (evidentemente no pueden robarlo) ir hasta algún zulo (que puede estar controlado), cargarlo con unas toneladas de armas, munición y explosivos y transportarlos hasta un lugar seguro, donde puedan examinarlo e inventariarlo los verificadores, montar un escenario y hacer una película con director de postín incluido, y posteriormente destruirlo. Evidentemente la opción de llevar a los verificadores al zulo todavía sería mas arriesgada. ¿Os imagináis el festín que se hubiesen dado el beato ministro del opus dei cogiendo a los “etarras” junto con sus “compinches” (mediadores) en un zulo controlado por la benemérita?. La única opción, mas o menos razonable, es entregar las armas que tenían a mano y fáciles de mover. Como digo, los verificadores, o sus colaboradores aquí, deberían haber explicado esto para no crear unas falsas expectativas. Lamentablemente nos hemos quedado solo con la foto de las cuatro pistolas.
Pero dicho esto, vayamos al grano. Mi impresión es que lo que los mediadores les han contado a los agentes políticos es de mucho alcance. No me explico de otra manera la implicación tan notoria del Lehendakari con los mediadores si esto no fuera así. Además hasta el partido socialista que siempre ha sido reticente con ellos, esta vez ha sido mucho mas optimista. Es mas, diría que la propia reacción extremadamente beligerante de la caverna va en esa dirección. Y esto es lo realmente preocupante. Si como todo parece indicar, el asunto estaba bastante maduro, y estoy seguro que Urkullu así se lo manifestó a Rajoy, ¿cuales han sido los motivos para torpedear a los verificadores?, ¿quizás reventar la reunión que próximamente se iba a celebrar en Donostia?. Si ese era el motivo, ¿Qué se iba a anunciar en esa conferencia?. A lo mejor es hora de que el lehendakari hable y sin pelos en la lengua, porque me temo que al tío Pepe no se le puede esperar. Lo grave de este asunto, como ha dicho uno de los mediadores, es que es el único caso conocido en que a una organización que quiere desarmarse, se le ponen todas las dificultades posibles.
Está claro que la gente de ETA se merece unas cuantas collejas (siendo suave), pero también creo que lo están pagando bastante caro. Desde luego mucho mas caro que sus colegas hispañistanís, y desde luego yo no entraré en otras cuestiones éticas, cuando se me revuelven las tripas cada vez (y son muchas) que la OTAN, con el dinero de nuestros impuestos (revolucionarios o no) y en nuestro nombre, asesinan semana si, semana también a personas inocentes a veces familias enteras y sin ningún pudor las califican de errores o mucho mas repugnante como “daños colaterales”, eso claro, cuando nos enteramos. Y tampoco creo que seamos tan duros con ellos (OTAN), por lo que no pediré cuentas a los demás. Pero este es otro asunto.
Un saludo.
Hay un tema que me llama la atención en todo esto.
Me parece incoherente tener en tanta consideración y alta estima a los verificadores, tenerlos por tan relevantes y respetables personalidades, a ellos y a otros intervinientes como Powell, como asesores de Clinton, como, en su día, Kofi Annan…y a la vez echar pestes de la Otan, de los asesinatos de miles de civiles inocentes como daños colaterales.
Pero…¿Quiénes creemos que son todos estos que nos visitan y a quienes hacemos la ola? Pues son los mismos que en sus gabinetes en su momento han organizado esos bombardeos en Iraq, Afganistán, los que avalan en sus políticas a Israel…etc.
Son puritito «establishment» internacional, puritito «orden mundial» o lo que otros llamarían imperialismo tanto económico como militar.
Yo respeto a labor de esta gente en lo que nos pueda ayudar pero me hacia gracia la gente que en la página X de Internacional del periódico sobre el conflicto de Palestina, de Afganistán, de Siria…les llama de todo…y en la página Y, de Euskal Herria dice que son personalidades de primer orden respetabilísimas y gente de bien y quiere sacarse una foto con ellos.