Menudo descubrimiento, las redes sociales están tachonadas de cenutrios que, desde lo que los muy pardillos presumen impune anonimato, se dedican a evacuar la peor mierda a diestra y siniestra. Los hay, como estos que han servido al ministro Fernández para montarse el penúltimo show, que vomitan bravuconadas nauseabundas sobre Miguel Ángel Blanco o Irene Villa, pero no escasean los que se vienen arriba deseando la muerte de Otegi, Mas, Urkullu, Cayo Lara o cualquiera de los enemigos oficiales de la patria. Sin ir más lejos, el otro día, en una cuenta de Twitter llamada Foro Guardia civil se lamentaba que Martín Garitano no se hubiera quedado en el sito cuando se desvaneció en la izada de la ikurriña XXL en Donostia. Yo mismo, siendo un mindundi que no ha empatado con nadie, me he visto dos docenas de veces en un paredón imaginado por garrulos de dedo fácil y masa gris ausente.
Sería el primero en celebrar que esta quincalla cobarde desapareciera para siempre de la faz del ciberespacio o, como poco, que sus gañanadas no les salieran gratis. Lo que no trago es que el modo de conseguirlo sea una redada refulgente como la que los guasones bautistas del ministerio español de Interior dieron en llamar Operación Araña. Hemos visto los suficientes espectáculos de luz y color verdeoliva para saber que lo único que se ha buscado con el escarmiento público de un puñado de bocachanclas era seguir exprimiendo la nutricia teta de la serpiente. Eso de saque. En el mismo viaje, acojonar preventivamente a cualquiera que no escriba como dicte la autoridad competente. Una triste coma podría ser enaltecimiento.
El que a estas alturas no sea todavía consciente de que la popularización de las TIC tan rápido, fácil y barato, ha sido gracias a los ardorosos deseos del «sistema» de saber como pensamos, con quien hablamos, qué consumimos, cuantos estamos al loro, es que es de una ingenuidad preocupante. Antes le decíamos una confidencia a alguien y si al dia siguiente lo sabía todo el barrio, ya sabíamos quien era el chivato. Ahora no lo sabemos, y, lo que es peor, él sabe que no lo sabemos.
…Pero si sabemos, Julian, que las guerras de Occidente hoy en dia no se libran en ninguna trinchera de tierra, sino en el dia a dia.
Por eso podemos hacer todos los chistes que nos de la gana sobre las operaciones mediáticas de los picolos a las órdenes (suponemos) que del ministro de Biblias y Fustas.
Pero no debemos dejarnos amedrentar por estas ni por otras operaciones que van mas destinadas a echarle un ordago al resto de formaciones politicas no tan «manchadas» por la disidencia politica de todo signo que a darle un tirón de orejas a tanto desalmado o directamente liofilizado que pasta en Internet y se cree ingenioso porque pare un chiste malévolo contra una víctima concreta y se cree la hostia en verso.
La operación «ocupa por unas horas» de la sede de EA hace unos meses en Bilbao tb por los beneméritos cuando se equivocaron de planta y tal…¿qué era, s no una amenaza tan sutil como una bota campera?
Tb habria que mencionar lo de la vara de doble uso y esas cosas de eso que llaman Administracion de Justicia en el reino bodbónico, pero resulta ya taaaaan cansino!.
Vizcaino Jn, te estás columpiando muchísimo: mira que hablar de la ubre de la serpiente cuando todo el mundo sabe que estas son ovíparas.
Estás haciendo enaltecimiento de los mamíferos!