A los expresidentes —pregúntenle a Iñaki Anasagasti— les llaman jarrones chinos, aunque en la mayor parte de los casos no pasan de pongos, es decir, esos regalos o herencias que uno no se atreve a tirar a la basura pero tampoco a colocar en un lugar visible por vergüenza. Si bien la ocultación se puede hacer con los objetos inanimados, que no protestan al ser exiliados en el quinto cajón de la cómoda, resulta casi imposible practicarla con humanos de natural enredador y ego con elefantiasis como algunos de los que un día estuvieron en lo más alto del escalafón. A la larga, se aburren de sestear en los consejos de administración en que se forran sin dar golpe y van sonámbulos hacia los focos a ejercer de sabios de la tribu y, de propina, a dar mala vida a sus sucesores, que no saben dónde meterse.
Volvió a hacerlo el domingo Felipe González, cuando se dejó mesar las canas que desde hace mucho no tiene que fingir en una de esas entrevistas con preguntas de fogueo. En plena campaña electoral y con su partido haciendo filigranas para aparentar que con el PP no iría ni a cobrar una bonoloto, dejó caer la idea de lo buena que podría ser una gran coalición a la española. Apostilló que solo “en caso de necesidad”, pero de sus respuestas previas y posteriores se deducía que eso significaba hoy mejor que mañana. Palabra del recientemente comparado por la candidata socialista con Jesucristo y el Che.
Anda ahora el PSOE en pleno desmintiendo y matizando a todo trapo. Desde la acera de enfrente, a mi me da por pensar que no estaría tan mal esa gran coalición. Las cosas estarían (todavía) más claras.
Me parece que hoy te has quedado solo, todo el mundo está dando la tabarra con lo de la pepera asesinada. Te has comportado como un asceta, impertérrito. Has mantenido el tema evitando la más rabiosa actualidad. No sé si será bueno o malo, pero inusitado sí. Las redes echan humo, tanto humo que remedando al general Caster – otro del que mejor no hablar- el supino ministro de interior, una persona muy creyente, o sea, de dudosa capacidad intelectual, ha ordenado patrullar, a la brigada antidisturbios, a la fiscalía y a la audiencia nacional, o sea, la santísima trinidad de la represión, las redes sociales en busca de indios, de pieles rojas y demás salvajes del oeste para evitar disturbios en los mensajes, pues los mensajes –esos que deberían estar solo vigilados por la libertad de expresión para que no se impidieran- ahora resulta que son tan desordenes públicos como la quema de contenedores. Twitters es la nueva kale borroka. Por fin un enemigo a la altura de un Estado pertrechado para luchar contra el terrorismo porque si no, fuera de la gran mentira de la lucha anti terrorista, solo hay verdades como puños, o sea, corrupción, chanchullos, dinero B, sobres y demás cosas mafiosas que terminan como el rosario de la aurora, como terminaron en León. Si, ya se, me estoy columpiando, solo hablo de lo que no toca, pero no te preocupes, hare un bucle y directamente me encaminare al asunto, ¡Coño! ¿Cuál era? A si, a la gran coalición y que no son la misma cosa. Pues que decir. No se hace campaña por que lo dice el PP, luto riguroso, y el PSOE no la hace y se pone de riguroso luto. Se amenaza la libertad de expresión porque a Alfonso Alonso no le gustan los twitters, y el PSOE desparecido, no defiende la libertad de los ciudadanos a expresarse como más les guste. No sé a qué viene ponerse tan tiquismiquis, por mucho que se impida que digan lo que se dice, no van a dejar de pensarlo y si no lo hacen en twitters que es más higiénico, pues al final irán todos a las paredes y las llenaran de pintadas ¿Eso quieren los del PP? Además, ¿quién puede indignarse de los twitters en un país donde existe el TDT party, Jimenez los santos, la COPE, Rouco, la fundación francisco franco y el valle de los caídos?. Está claro que no es la visceralidad twittera lo que molesta al PP (y al PSOE pues no protesta) sino la visceralidad twittera contraria, la otra no, la otra…… impunidad absoluta. Vamos, que queda claro que si son lo mismo el PP y el PSOE y que ya actúan como si estuvieran coaligados.
Sakamentakas, suscribo totalmente lo que dices.
He estado unos dias missing y ni he visto las noticias, asi que lo del crimen de Leon me pilla un poco despistada.
Pero oye, qué mejor modo de hilar la presunta rivalidad de los dos partidos «proactive» que una reacción tan falsaria (por fingida) como es cancelar la campaña electoral por un delito que no es menos personal que los que salpican a diario la sección de sucesos de cualquier periódico de provincias.
¿No bastaba con algún dia de luto oficial y el tradicional minuto de silencio?
Mejor que se casen ya (PP-PSOE), porque las capitulaciones ideológicas y de las otras las cumplieron hace mucho tiempo.