De cinco letras. Palabra más pronunciada y escrita desde que el diablo cargó las urnas provocando un roto —ya veremos si superficial o no— al llamado sistema. Tic, tac, tic, tac… Efectivamente, la misma que titula estas líneas: casta. Como habrán comprobado, es el vocablo fetiche de los que festejan, me da a la nariz que con demasiado anticipo, el fin de los viejos tiempos. Se hace a imitación del encumbrado como guía espiritual de la neoinsurgencia, que por lo visto, usa el Macguffin en dos de cada tres frases que suelta en las mil y una tertulias televisivas que le han sido de tanto provecho.
Si le dan una vuelta, verán que no es un fenómeno muy diferente al de las muletillas popularizadas por otros grandes gurús catódicos como Bigote Arrocet, la Bombi o el dúo Sacapuntas en el rancio a la par que entrañable Un, dos, tres de cuando solo había dos canales. Se basa en mecanismos mentales similares, igual por parte de quien pone en circulación la cantinela que por la de quienes la recitan al por mayor. En el caso que nos ocupa, además, hay un algo del caca-culo-pedo-pis que marca la cándida rebeldía de la primera edad, quizá la sintomatología a la que el mismísimo Lenin se refirió, conociendo mejor que nadie el paño, como la enfermedad infantil del comunismo, que hoy traduciríamos como de la izquierda.
Disquisiciones aparte, resulta enternecedor asistir a la división simplista del mundo en lo que es casta y lo que no. Un ejercicio tramposo en el que se señala a los contrarios como portadores de la peste y se libra de mancha a los del bando propio, así sean igual de casta (o más) que el resto.
Javier sigo tu columna casi diariamente, casi siempre disfruto de tu mordacidad y buena pluma, últimamente noto cambios pero ya ésta columna me parece grosera poco o nada analítica y rezuma mal gusto. Una pena para mi quedarme sin otro periodista.
Se entiende lo que buscas, y es evidente que una semana después de la aparición rutilante del fenómeno Podemos ya va siendo hora de que reciba algún análisis con los ojos abiertos desde la propia izquierda. Está claro que la división simplista de la sociedad crea la misma demagogia en el vocabulario que se le achaca, precisamente, a quienes les acusan de filoetarras y amigos de dictadores. El reduccionismo dialéctico en política conduce a eso, no a mucho más. Lo que importa no es lo que se diga, sino lo que a partir de ahora, a nivel institucional, se promueva. Y ganas hay de que empiece.
http://casaquerida.com/2014/06/01/lo-real/
Pues solo hay que echar un vistazo a varios de los partidos que nos rodean para comprobar que lo de la casta no es un invento, ni una palabrita ocurrente sino la pura y triste realidad. Podemos empezar por los políticos por ejemplo, del PNV y PSE. Individuos que desde juveniles viven por, para y del partido sin conocerles ningún mérito especial pero viviendo, eso sí, de la carrera política. Especímenes que no han demostrado valía alguna pero que una vez «quemados» en sus partidos tachán !! acceden a cargos de multinacionales o grandes empresas. Si empezamos a contar los matrimonios y familias enteras que militan en ambos partidos con cargos en los mismos a la gente se la quedaría cara de bobo. Por no contar los que consiguen colocaciones en empresas públicas o afines al partido pero pagadas con dinero público, que te voy a contar que tú no sepas. Si eso no es pertenecer a una casta pues te invito a que lo denomines de otra forma o inventes otra palabreja, yo hasta ahora la llamaba el enchufismo ( de la élite política ). Por todo esto me ha dolido tu escrito, como decía un comentario anteriormente, vas a por el mensajero y te quedas en la anécdota pero el fondo de la cuestión se queda en nada. Te reto a que en alguna de tus próximas redacciones comentes lo de la casta, élite, elegidos,imprescendibles,intocables, etc… o como prefieras llamarlos de estos políticos que viven o han vivido a costa del erario público.
Por fin un poco de luz. Llevamos solo unos pocos días y comienza a cansar la toma de los medios digitales, redes, faces, etc por los afines a Podemos. Casta versus nosotros, los puros, los inmaculados. Pero un simple vistazo a las candidaturas y pocas personas viviendo del mercado (empresa privada, autónomos…), casi todos profesores universitarios y sindicalistas liberados. Casta también no? Y primera decisión tipo casta al respecto de la remuneración europea: de los 6000 cobramos 2000 y los otros 4000… ahorro? a ONGs? NO. Al partido! Al mejor estilo de lo que llaman casta.
Vaya! me has borrado el comentario …
A lo peor el problema no es comparar a los de la casta vieja para ver si los nuevos lo son también, sino nosotros, que exijimos lo que no nos exijimos. Por poner un ejemplo conocido -de oídas claro- cuando Jesucristo quiso ser diferente de todo lo conocidos y actuó como tal, incluso hubo quienes desconfiaron, pues esa diferencia les pareció una prueba de que era igual que todos los demás. No necesitamos que viajen en bus, ganen mil euros, vistan tejanos y carercan de asesores, nos basta con que vuelvan a colocar la jubilación donde estaba, los salarios donde estaban, los derechos laborales donde estaban, los derechos del parado donde estaban, la sanidad donde estaba, la enseñanza publica con alta calidad y universal….. y si además obligan a la monarquía a ser elegida como todos las demás, presentándose a una elecciones y vivir solo de los votos propios, que se pueda ver ETB en navarra, que no haya zonificación euskaldun y que se tomen en serio el independentismo seduciendo de las bondades de la unión y no con la sempiterna amenaza, pues que decir, contentos ¿no?
Por supuesto, «Txika lista», que te he borrado el comentario. Si vas a hacer graves acusaciones, hazlas bajo tu nombre y apellidos y, desde luego, una dirección de correo real. Como ves, no tengo nada contra el anonimato en los comentarios, salvo cuando se trata de aprovecharlo para lanzar el tipo de acusaciones que hacías tú. Si tan segura estás de lo que comentas, denúncialo públicamente y a cara descubierta. Puedes hacerlo, por ejemplo, en un blog propio.
No es nueva esta forma de actuar. Queda claro que juego al límite en la admisión de muchos comentarios, pero esto no va a ser nunca un dispensadero de bulos amparado en la idea de que la libertad de expresión consiste en acusar de lo primero que se te pase por la cabeza.
Juan Ramón Ibarra, jefe de la Inspección fiscal de la Hacienda vizcaína durante 15 años, sentenciado a cuatro años por beneficiar a casi de 200 contribuyentes al simular que estaban siendo investigados por la Hacienda vizcaína… cuando en realidad no había ninguna actuación sobre ellos (todos ellos forrados, todos amiguitos), acaba de volver a su puesto de funcionario en Hacienda Foral apenas transcurridos dos meses de talego, gracias a que ha obtenido el tercer grado ¡por tener plaza de funcionario! (No; no es de Groucho, no)
Eso es «Casta».
«Mi hijo Felipe, heredero de la Corona»…
Eso es Gonada´s Power y lo demás son tonterias
A mí la Casta que siempre me ha atraído es Laetitia.
Fuera bromas, me cae bien el tipo de la coleta, pero he de reconocer que tienes razón por lo menos en el medio, la forma, la verborrea. Otra cosa es el contenido. Hay que reconocer que es indignante lo que se han montado los profesionales del poder. No es un macguffin, en mi opinión. Es una denuncia que hacia falta. A veces hace falyta alguien que diga que el Rey está desnudo.