Ken Sánchez en Sálvame, jodó petaca con el aspirante a Mateo Renzi cañí. La perplejidad da paso a la vergüenza ajena, que abre camino al choteo, para volver al punto de partida, o sea, al estupor, que aumenta al enterarse de que el mismo día que piticlineó a Jorge Javier iba a salir en El hormiguero, ese programa en el que los invitados se dejan mear encima de su dignidad sin perder la sonrisa. Pobres gurús de la comunicación política. Hasta no hace mucho, les bastaba con saber si una corbata verde rentaba más votos que una azul. Ahora tienen que escrutar la parrilla televisiva al milímetro en busca de nuevas lonjas donde subastar la mercancía. Y ahí no caben remilgos, pues vale igual la papeleta de alguien que se sabe todo Marcuse en alemán que la de quien se nutre intelectualmente del Hola o el Diez Minutos. Poniéndonos prácticos, estos últimos son más en número y en permeabilidad a los mensajes. Si tragan con Belén Esteban o Amador Nosequé, cómo no van a hacerlo con ese chico guapísimo de las camisas blancas tan bien planchadas.
¿Está usted menospreciando al pueblo llano desde su superioridad moral, don columnista sabiondo? Ni de lejos. Tengo escrito varias veces, y sin ánimo de ironizar aunque lo parezca, que los programas del hígado y el famoseo son infinitamente más honestos que cualquiera de esos espacios de supuesto debate político con profundidad de pozo séptico. En uno de estos vi el otro día al tal Monedero en condescendiente y ruborizante plática a pantalla dividida con la exnovia de Pujol Junior. Parecía aquello Hable con ella, pero en Twitter, oigan, ni media chanza al respecto.
En otro programa de la Sexta compararon, respaldando la medida, con la aparición de políticos americanos (Obama incluido) en programas de entretenimiento, incluso en actitudes acordes con lo desenfadado de dichos programas. Es decir, esta estrategia de comunicación es una clara evolución al sistema americano. Ya no es sólo el lenguaje, la música, el cine de Hollywood, el deporte mercantilizado o el neoliberalismo. El Tio Sam nos dice como debe llegar a los ciudadanos un político. Y siempre divertidamente banalizado, siempre en payasadas. Veremos a Felipe Borbón en «Ahora caigo», a Montoro en El Hormiguero , a Rajoy en Sálvame, bailando con Jorge Javier, y a Margallo en el «Chiringuito de Jugones».
La sociedad occidental, ¿sólo está a salvo en la parte más estúpida de la tele? ¿O es que quien pone y quita gobiernos en España está acostumbrado a poner y quitar a los barandas del otro la do del Atlántico y no conoce otra estrategia de comunicación?
Claro que los veremos, es que todos esos seres vivos, esa fauna que pululan por gran hermano, HMyV, sálvame y demás programas de bajas neuromas, votan, de hecho, los partidos políticos que tenemos son un digno ejemplo de sus votantes y sus votantes de los partidos políticos votados, los “serios» los de “orden” y que jamás “nos llevaran por aventuras que nadie sabe dónde acaban” que es donde ahora estamos, precisamente. Como en EEUU, sí, pero no porque allá sean más demócratas que el copón, sino porque la televisión idiotiza como nadie en el mundo a los estadounidenses que es un primor. Así que vamos camino de ser una gran “democracia” a la americana, o sea, caca de la vaca.
Yo soy de la generación que conoció “la clave” y las tertulias de radio Euskadi “ganbara” cuando la izquierda abertzale todavía no estaba prohibida y los del PSOE y PP tenían que oír verdades incomodas, se publicaba EGIN y las ciudades vasca estaban radiodeslumbradas por las ondas libres de halabedi, radio paraíso, eguzki irratia, etc etc etc. Luego con la excusa de ETA y el “no hay nada que hablar con los terroristas y sus amigos” el PP hizo de las tertulias políticas un sálvame más donde todos los demás participaban tan panchos. Eran los tiempos en los que los del PP eran “héroes” y “libertadores”, hoy ya solo son lo que siempre fueron, corruptos, nacional católicos, responsables como nadie de miles de violentados y de verdugos impunes sobretodaslasdemascosas. Asi todo junto y sin respirar, para que, total, hagas lo que hagas, a los muchos, como decía Nietzsche, se les lleva de las narices, con la religión, con la televisión…. De vergüenza ajena, más de 2/3 del país saben con quién folla el tontoligo de paquirrin y no saben, sin embargo, porque la monarquía nunca puede ser democracia.
Una cosa es que vaya este señor al programa que le de la gana y venda la imagen que quiera y otra que cuando un presentador de un programa diga: «No vuelvo a votar al Psoe porque el alcalde de tal sitio que es del PSOE, permiten tal salvajada….» se ponga un resorte en acción, y rápido llame este hombre para explicar lo que ama a los toros, y al resto de animales.
Hombre, si es por ganar votos, sería mejor que se ligara a la hija de la Pantoja, o que tuviera un hijo con Alberto Isla..pero esto es ya otro tema 😉
Según he escuchado en algún sitio, esta gira televisiva de Sánchez obedece a la estrategia de una guru del marketing político que le está lanzando al muchacho.
Y yo creo que el problema está en que hay mucho de marketing y poco de política y lo que hace falta es lo contrario; menos marketing y más política, de verdad, de la buena, con mayúsculas.
Pero se renuncia a hacer política de verdad en un momento en el que hace falta. Hace falta (en general, pero en el psoe, más), una figura política, sustancia política.
Y este periplo por la tele del entretenimiento (por ser amable) denota una apuesta por la intrascendencia, por la nadería, por la insustancialidad política.
Además, es que incluso desde el punto de vista del marketing, por muy guru que sea la asesora, creo que es una cagada.
Porque le empequeñece frente a sus grandes rivales (que ya es decir). Uno le ve a este jugando al baloncesto en un magazine o hablando con Jorge Javier…y le hasta le ve a Rajoy de otra forma, como un tío más serio. Y para el votante medio de centro-centro y centro-izquierda tirando a la derecha…que es un nicho importante del psoe, pues va a salir perdiendo en la comparación con Rajoy (insisto; tela) al que al menos no le ven hablando con hormigas sino lidiando como puede con la realidad.
Y para el votante de izquierdas (otro supuesto nicho del psoe) pues sale perdiendo en la comparación con Pablo Iglesias, que al menos dice cosas y parece que se toma el momento en serio.
O sea, marketing político. De política; la nada. Y de marketing; pésimo.
Y si la apuesta marketiniana es esa, evidencia que tienen una pésima opinión de la ídem pública de este país. A ver si llega al día en que una fuerza política se la juegue a hablar a la ciudadanía como si les creyera inteligentes…y va y gana.