Probablemente, lo que cuenta (Santa) Manuela Carmena sobre la empresa de su marido sea cierto. Al primer bote, desde luego, suena a una de tantísimas desgraciadas historias que han ocurrido al calor —es decir, al frío polar— de las vacas flacas. La compañía número ene que después de haber ido viento en popa se da de morros con la realidad y cae en picado sin que los heroicos esfuerzos de sus propietarios logren impedirlo. Al final del final, la decisión más dolorosa, la que se trataba de evitar a toda costa: el despido de los trabajadores y las trabajadoras… de acuerdo con las condiciones que establece la legalidad vigente. En este caso, ¡ay!, la perversa reforma laboral del Partido Popular. Pero qué se le va a hacer. Como cantaba Gardel, contra el destino nadie la talla.
Queda por encajar en el relato lo de las contrataciones mercantiles en lugar de laborales, con lo mal vista que está tal práctica entre los que los guardianes de la ortodoxia que nos amenizan las mañanitas. Dejando ese detalle —y otra media docena— al margen, insisto en que estamos ante la narración verosímil y hasta humanamente comprensible de una fatalidad que las mejores intenciones no han podido evitar por más que se luchara con uñas y dientes.
Llama la atención, eso sí, lo poco que se parece la reacción indulgente y justificatoria a la que nos encontramos en casos prácticamente idénticos. Esta vez se han dado la vuelta los papeles. Allá donde suele haber un empresario sin alma que se quita de encima a los trabajadores como si fueran chinches, tenemos un bondadoso empleador y unos pérfidos currelas. Curioso, ¿no creen?
No, no te lo compro! En tu Twitter hace unos días hacías esta comparativa injustísima: sobre la querella a los trabajadores, cambiar «Carmena» por «Aguirre» o «Cifuentes». Se puede ser más desagradecido? Primero la querella la presentó el marido y no ella, pero eso da igual. De verdad pretendes que interpretamos los gestos de la gente de igual manera? Es lo mismo que Gandhi se meta en la cama con una menor a que lo haga el monstruo de Amsteten? Estoy muy dolido con el tratamiento que se le está dando a esta buena señora, con una vileza y una falta de gratitud digna de esta mierda de país que nunca ha reconocido como debía a los que lucharon contra la dictadura. Manuela Carmena ha demostrado su compromiso durante años. Mientras su rival directa (la que se atreve a darle lecciones y a la que en la corte todos ríen sus gracias) vivía enchufada en el aparato franquista gracias a su bien posicionada y cleptocrática familia (de la que se habla poco), Manuela se jugaba el cuello defendiendo a los sindicalistas de aquel régimen corrupto y asesino, tal es así que varios compañeros serían asesinados, ella sobrevivió de pura suerte. Años más tarde ayudaría a destapar el caso de las «Astillas» en justicia, sobornos que recibían sus señorías en la judicatura postfranquista. Pionera en la lucha contra los desahucios. Siempre renunció a privilegios, como a la subida de sueldos cuando estaba en el CGPJ. Siempre ha denunciado la violación de derechos humanos, ya sea en Venezuela (con las consiguientes críticas de sus compañeros de partido) o en España (con las muchas más peligrosas críticas de compañeros de profesión), permitió a los presos de ETA hablar en euskera. Ya de mayor creo una empresa social para ayudar a las reclusas. Impulsora de una corriente avanzada y progresista de entender la justicia, que rechaza la maldad intrínseca y defiende la importancia de la inteligencia emocional (no es que yo esté totalmente deacuerdo, soy más cercano a la hipótesis de Paco Etxeberria, pero es una idea que la ennoblece). Ha esta señora que puedo decir que es más valiente, mejor, que la inmensa mayoría de sus compatriotas y que la inmensisima mayoría de los que twitteamos memeces a diario está siendo atacada por unos y no defendida por otros en el mismo país en el que se hacen colas para mamarsela al Papa Paco (que salvo decir cosas que nos gustan y no tener marido, no se lo que ha hecho para merecer tanto elogio). Ni Madrid, ni España se merecen a Manuela Carmena, y ella se merece mucho menos a toda esa panda de impresentables (empezando por los opinadores profesionales, lo peor de lo peor)
Mire, anónimo. Lo primro es que no ha entendido mucho. Si da por buena la versión de Carmena, está diciendo que los trabajadores son los malos de la película, que se merecían ser contratados como laborales y despedidos con la reforma de Rajoy. La barbaridad de acostarse con menores, joder, qué retrato se hace usted mismo.
Pero presumo que sobre Carmena tengo más conocimiento directo que usted. De hecho, hay dos episodios en los que me demostró que buena parte de lo suyo es pose. El primero fue fue bastante gordo. El segundo, relativamente reciente, fue menor, pero significativo.
Seguro que no lo he entendido. Creía que la empresa era del marido. Que estemos en contra de la reforma de Rajoy no quiere decir que Eduardo Leira lo este (cuando eres un empresario arruinado ves el mundo con otros ojos). Yo entiendo que pidamos a los demás que se enfrenten a sus parejas para ser dignos de nosotros, porque sin duda es lo que nosotros haríamos. Siento el ejemplo pederasta, pero esta relacionado con su tuit (ya que me habla de usted…), y yo entiendo muy bien lo que quería decir (lo siento, no soy opinologo profesional, no se expresar bien mis cutres ideas).
En cuanto a su último comentario marujón, tal vez podría decir que es eso tan gordo. No me parece muy ético, periodísticamente, pretender generar una opinión negativa de una persona en base a una información que oculta y que solo usted puede evaluar y evalua. En cuanto a la mala parte que no será pose, yo me acuerdo. En este país sin memoria yo me acordaré de donde estuvo, de lo que hizo, y de lo que, por suerte, no le hicieron.