Tal y como esperaba, la reacción más repetida a mi reciente columna sobre las dos querellas argentinas consistió en el gran comodín: no es lo mismo. Y sí, de acuerdo, si vamos por la literalidad, es innegable que la causa sobre el franquismo y el sumario sobre ETA presentan notables diferencias. Habría que señalar, claro, las objetivas u objetivables.
Decir que los impulsores de la primera buscan justicia y los segundos solo pretenden venganza es un juicio de intenciones. Reversible, por lo demás. Por supuesto que unos nos caen más simpáticos que otros, o que, por vivencias o convicciones políticas, nos sentimos especialmente cercanos a sus postulados. Algo parecido podemos apuntar respecto a los jueces argentinos que llevan las investigaciones. Si el instructor del dossier sobre ETA, Rodolfo Canicoba, es un tipo claramente ideologizado hacia la derecha, incluso extrema, la responsable de las pesquisas respecto a la dictadura de Franco, María Servini de Cubria, es abiertamente de izquierdas. O ambas posiciones son legítimas o no lo es ninguna.
En cuanto a lo puramente técnico, seguro que los fundamentos jurídicos de cada denuncia son distintos, y también su encaje respecto al principio de Justicia Universal. Ahí cabe hacernos trampas al solitario, pero yo prefiero intentar ser ecuánime. Primero, para reconocer que ambos procesos están traídos por los pelos, y que no son más que una bienintencionada triquiñuela para, siquiera, hacerle cosquillas a tipos e instituciones que han disfrutado de la impunidad.
Billy el niño y el capitán Muñecas tienen réplicas exactas allá donde algunos no quieren mirar.
Abundando sobre lo que es lo mismo: la desvergüenza y complicidad del Estado español con la ocultación de los crímenes del fascismo.
http://www.vnavarro.org/?p=13365
«La desatención, cuando no ocultación, de los crímenes realizados por el régimen dictatorial fascista que gobernó España durante casi cuarenta años (1939-1978) constituye un escándalo internacional desconocido, y también ocultado, por los grandes medios de información, que se han hecho cómplices de esta desvergüenza e ignominia. Aquel régimen asesinó a más de 400.000 personas civiles. Y todavía hoy hay más de 2.000 fosas comunes sin exhumar, y más de 88.000 personas asesinadas desaparecidas, sin que el Estado se haya responsabilizado de exhumar y encontrar a tales desaparecidos, convirtiendo a España en el país del mundo, después de Camboya, donde hay un mayor porcentaje de personas desaparecidas por motivos políticos y cuyos cuerpos no se han encontrado. No hay ningún otro país en el mundo donde no haya habido un enjuiciamiento contra responsables de tanta represión al terminar la dictadura.
Esta situación ha sido denunciada sistemáticamente por el Comité de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, que ha exigido que se derogue la Ley de Amnistía del año 1977 y que se lleve a los tribunales a los responsables de tantos asesinatos y crímenes contra la humanidad, crímenes cuya dimensión es tal que varios historiadores extranjeros lo han definido como genocidio. Y para oprobio y vergüenza nacional, los responsables de tanto dolor, el dictador General Franco y el fundador del partido fascista, el Sr. José Antonio Primo de Rivera, tienen, todavía hoy, uno de los mayores mausoleos al fascismo que existe hoy en Europa, el Valle de los Caídos, construido por prisioneros políticos antifascistas, donde hay enterrados 33.847 cadáveres de personas, que incluyeron aquellas que lucharon frente a tal régimen sangriento, y cuyos cuerpos fueron desplazados a dicho mausoleo construido para honrar al dictador, sin el permiso de sus familiares.»