Lo mire por donde lo mire, soy incapaz de comprender por qué el PSOE ha sumado sus votos en el Congreso a los de PP y Ciudadanos para tumbar la propuesta de Unidos Podemos de reformar la Ley de Amnistía de 1977 de modo que deje de ser el freno para investigar y juzgar los crímenes del franquismo. O, bueno, sí, acabo comprendiéndolo, pero casi me gusta menos por lo que implica: dar carta de naturaleza al atado y bien atado y, en definitiva, reeditar cuatro decenios después el cambalache para dejar que se fueran de rositas los perpetradores de lo que Celso Emilio Ferreiro llamó “la larga noche de piedra”.
Fíjense que pocas veces la Historia da una segunda oportunidad como esta. El que a duras penas sigue siendo primer partido de la izquierda española (o así) tenía en su mano corregir la flaqueza que cometió cuando tragó con aquello. Y sí, entonces quizá fuera entendible por el ruido de sables permanente, por la inyección de pasta de la socialdemocracia alemana, por los dedos hechos huéspedes ante la eventualidad de superar al PCE como oposición real a los sucesores del viejo régimen. Incluso cabe la hipótesis de la buena fe, el hecho de que, como tantos otros, no cayeran en la cuenta de que la misma ley que sirvió para aligerar las cárceles era una inmensa añagaza para salvar el culo de los incontables criminales de la Dictadura. Pero, ahora, ¿qué excusa hay? Desde luego, nada de lo que llevan dicho los portavoces socialistas resulta ni remotamente creíble. A más de uno se le nota la incomodidad al defender una actitud que en su fuero interno saben que no tiene defensa. ¿Tanto sigue pesando el pasado?
Perdóneseme el copia y pega del artículo sobre la Ley de Amnistía de 1977 de la Wikipedia, pero creo que es muy elocuente:
«La ley fue aprobada en el Congreso de los Diputados el 15 de octubre de 1977, siendo apoyada por casi todos los grupos parlamentarios: Unión de Centro Democrático, Partido Socialista Obrero Español, Partido Socialista Popular, Partido Comunista de España, la Minoría Vasco-Catalana y el Grupo mixto, con la abstención de Alianza Popular y los diputados Francisco Letamendia (Euskadiko Ezkerra) e Hipólito Gómez de las Roces (Candidatura Aragonesa Independiente de Centro). En total, 296 votos a favor, dos en contra, 18 abstenciones y uno nulo.»
Y también copio y pego del mismo sitio web la intervención de Marcelino Camacho, defensor del sí a la Ley, que había chupado bastante cárcel, como es sabido:
«‘(…) la primera propuesta presentada en esta Cámara ha sido precisamente hecha por la Minoría Parlamentaria del Partido Comunista y del PSUC el 14 de julio y orientada precisamente a esta amnistía. Y no fue un fenómeno de la casualidad, señoras y señores Diputados, es el resultado de una política coherente y consecuente que comienza con la política de reconciliación nacional de nuestro Partido (…) Nosotros considerábamos que la pieza capital de esta política de reconciliación nacional tenía que ser la amnistía. ¿Cómo podríamos reconciliarnos los que nos habíamos estado matando los ‘unos a los otros, si no borrábamos ese pasado de una vez para siempre?.’ »
Arzalluz emocionándose; determinado diputado (creo que también del PNV) diciendo expresamente que se amnistiaba a los asesinos de Muñoz Seca y de García Lorca, y a los de Paracuellos y Badajoz… (o sea, se era consciente que se amnistiaba a TODOS); una gran mayoría votando a favor de la ley (y por cierto también, vaciándose las prisiones de absolutamente todos los presos de ERA, GRAPO, etc)….
… y ahora sosteniéndose que es el PSOE (¿?) protagoniza no sé qué papelón y ruido de sables y tal. ¡Pero si fue una exigencia de la oposición, que nunca dijo «Amnistía sólo para nosotros»!
De verdad: discrepo completamente de lo que se afirma en el artículo.
PD Para suspicaces: estoy totalmente a favor de una sepultura digna para todos los que están aún (!!!!!!!) en las cunetas. Ese sí que fue un fallo gordo de aquella época y posteriores: no acometer esa cuestión. Probablemente se pensó que se abrirían heridas y revanchismos: pasado el tiempo y por razones morales y de estricta justicia ya va siendo hora de darles una sepultura digna.
Viendo y oyendo al Sr. González «el iluminado lider» de la izquierda española, exjefe de oposición y gobierno repetidamente que se reafirma que hizo lo correcto y se quedó corto en muchas decisiones da que pensar que todo fue un sueño.
González siendo diestro se atrevió para la galería estrechar su mano izquierda la mano derecha de los poseedores de los sables y se quedó pegada a ella, porque en vez de sentir el frio del acero y olor a sangre sintió el calor del poder y el olor del dinero.
Mientras aquellos de chamarra de ante y pana sigan sintiéndose dioses, los de traje corbata y vestido sevillano solo pueden ser meros comparsas sabiendo que no dan para más y su única misión es adorarles hasta que les dure el sillón y rezar para que no dejen de girar las puertas.
El peso del pasado sigue pesando cada vez más porque la mierda se sigue acumulando y nadie se atreve a limpiar.