Hemos sido expertos en siniestralidad ferroviaria, peritos en balística, técnicos superiores en desapariciones humanas, enteradillos del copón sobre incendios forestales, doctores en cambio climático y catástrofes naturales varias y, en fin, maestros Ciruela en mil y una disciplinas. Nos quedaba meternos a geólogos, ingenieros de minas y técnicos de rescates bajo tierra, que es de lo que andamos ejerciendo ahora con un impudor infinito y una obstinación del mismo calibre.
¿De verdad es necesario el seguimiento décima de segundo a décima de segundo de las tareas de búsqueda del pequeño Julen en el pozo de Málaga que se lo tragó? Por supuesto que es noticia. Objetivamente, es un hecho que reúne los ingredientes necesarios para darle una cobertura informativa. ¡Pero con mesura, joder, con mesura! Sobran las elucubraciones de todo a cien, las infografías truculentas que cada canal de televisión o cada medio se saca de la sobaquera, los terceros grados inmisericordes a un padre que, obviamente, no está en condiciones de referirse cabalmente a la situación. Por no hablar del nauseabundo acoso a los familiares, esgrimiendo los micrófonos como si fueran estoques. “¿No pensarán que lo van a encontrar vivo a estas alturas?”, llegó a preguntarles una individua que al volver a redacción recibiría el consiguiente azucarillo por sus chapoteos en el guano morboso. Pero predico en el desierto. Es lo que se lleva y, supongo, lo que vende. Seguramente por eso, en un diario local de tronío la crónica sobre la niña hallada muerta anteayer en Bilbao comenzaba con una alusión totalmente innecesaria a Julen. Qué pena. Qué asco.
Zurekin bat erabat. Morboak eta El Casoko kazetariek onartezin egin dute informazioaren jarraipena
Que pena de algunos medios de comunicación que se venden a la humillación humana.
No colaboremos con ellos
Yo es que ya no veo la tele porque me empeora la ansiedad. Pero estaría bien que echasen más «El Gran Carnaval» (1951) con fines educativos.
«Hemos sido expertos en siniestralidad ferroviaria, peritos en balística, técnicos superiores en desapariciones humanas, enteradillos del copón sobre incendios forestales, doctores en cambio climático y catástrofes naturales varias y, en fin, maestros Ciruela en mil y una disciplinas. Y ahora geólogos»
En efecto.
Y siempre, «Votantes».
(En esta disciplina sí que somos peritos. Porque lo somos… ¿no?)
La ignorancia es muy atrevida y además está ávida de cuatro datos para poder ser el más listo de la barra del bar. En un tema más banal como es la fórmula 1, una muestra clara es cómo sabía todo el mundo las vueltas que duraban las gomas blandas en tal o cuál circuito. Y eso por estar mirando de reojo las carreras cuatro días.
La televisión sabe que tiene un potencial humano ingente deseando conocer datos diferentes arte le permitan ser ese «más listo del bar»…