El ruido de esta semana pirotécnica en lo informativo ha ocultado la que, en mi opinión, debería haber sido una de las noticias más comentadas. Sin negar relieve al juicio por el procés o al fracaso presupuestario que ha desembocado en la llamada anticipada a las urnas, creo que deberían haber merecido más espacio las 280.000 firmas que llegaron al Congreso de los diputados para pedir que se desbloquee la tramitación de la ley que pretende regular la eutanasia. Las entregaron dos familias que han padecido en sus carnes la inconmensurable injusticia de no poder ver morir con dignidad a un ser querido.
Una de esas familias, como hemos contado largamente en los medios del Grupo Noticias, es la de la portugaluja Maribel Tellaetxe, que ahora mismo solo es un cuerpo con ese nombre. Hace cuatro años, cuando el maldito Alzheimer ya le había empezado a causar estragos, ella misma pidió a los suyos que la dejaran ir en cuanto no fuera capaz de recordar quiénes eran.“No podemos seguir viendo sufrir a mi ama más. Cada día que la ley está bloqueada en el Congreso mi ama sufre más. Es otro día en el que solo dirá ‘susto, susto’ o ‘miedo, miedo’ y se le caerán las lágrimas”, denunciaba su hijo, Danel Lorente, a las puertas de las cortes españolas. Y en el mismo lugar descargaba una acusación demoledora a la clase política: “Que no negocien con nuestro dolor y sufrimiento”.
Por desgracia, todo hace indicar que la interpelación caerá en saco roto. Con o sin disolución de las cámaras, PP y Ciudadanos, que son las dos grandes formaciones que mantienen secuestrado el proyecto de ley, se muestran inflexibles. No tienen corazón.
Necesaria columna. Lo inmensamente triste y brutal es que quizás tenga que pasar como con Zaplana. Que sufra la situación algún pez gordo de estos partidos para que haya algún cambio. Quizás alguno esté en la situación o haya estado o vaya a estar pero tienen recursos y medios para poder apartarla de su vista (no digo desatenderla ni descuidarla pero sí alejarla y ojos que no ven…). Sé que estoy siendo duro y puede que injusto pero es que simplemente es imposible de entender, imposible, que conociendo, incluso aunque sea de referencisa y no en carne o familia propia, la situación no se adopte una vía legal para algo que es una cuestión de mera humanidad, de piedad. Cuando es tiene en el entorno propio una situación así es imposible verlo de otra forma. Imposible.
Una interesante reflexión.