Tiene uno la tentación de recordar con nostalgia y hasta con cierta ternura aquellas campañas electorales en las que el punto más alto de excentricidad lo marcaban los difuntos Jesús Gil o José María Ruiz Mateos. Es verdad que ni ellos ni buena parte de los políticos de entonces componían una media demasiado alta, ni mucho menos, pero desde luego, estaría por jurar que el nivel de bochorno patético (o patetismo bochornoso) no se acercaba al que que estamos viendo en las últimas citas con las urna y, particularmente, con la presente. A la vista de los especímenes con que se han pergeñado las listas —especialmente de los partidos de extremocentro, pero también de algunos otros—, cabe pensar que hemos entrado en una imparable cuesta abajo en la rodada.
Lo tremendo son las respuestas que se obtienen cuando uno se pregunta primero por qué se actúa así, e inmediatamente después, si las elecciones de candidatos esperpénticos resultan efectivas para cosechar votos, que es de lo que se trata. Es bastante evidente que los gurús que se ocupan de estos pormenores piensan que es matemáticamente así. O lo que es lo mismo: están convencidos de que ese tipo de frikis, empezando por el propio Abascal ataviado de soldado de los Tercios de Flandes y siguiendo por la insufrible provocadora Cayetana Álvarez de Toledo o el productor de vergüenza ajena a granel Juan José Cortés, tienen su mercado, o sea, individuas e individuos capaces de hacer cola ante una urna para votar al partido que los presenta. Y ahí es donde nos damos de bruces —¡ay, qué daño!— con la soberanía popular, cuyo dictamen no quedará otro remedio que aceptar.
El frikismo de los mencionados no es tan doloroso, creo yo, como el » concurso de méritos» de diputadas como Mari Mar Blanco o la «señá» Angeles Pedraza, por ej. cuyos curriculos académicos y/o intelectuales pasan por ser parientes muy próximas de víctimas de ETA o del terrorismo islámico.
Exactamente igual que en cualquier pais en vias de desarrollo…del que sea.
A fin de cuentas, en la decada de los 80 en Italia votó a la actriz porno Cicciolina en un alarde de sentido del humor chusco y un poco macarra, supongo que harta de la mediocridad y corrupcion del plantel politico profesional.
lo tremendo es la realidad que se vive en algunas zonas de «allí abajo.» Cada hay vez mas locales públicos o mejor cloacas donde se exalta el glorioso movimiento con arribas, vivas, fotos del dictador trapos con aguiluchos y demás parafernalia fascista.
Todo debido a la poca ética profesional de los futuros presidenciables que presenta la extrema derecha y que se manejan a la perfección en un lenguaje y formas barriobajeras más propio de programas de la cadena del 5 que de políticos de 7ª categoría.
Dudo que la actual democracia esté mas consolidada hoy que antes del 75 y lo mas grave es que no soy el único.
Hispanistan tiene difícil salir de la caverna donde ha estado casi siempre hasta que fantoches como esos no desaparezcan de la política y de momento a corto ni medio plazo se ve.
A ver, ¿En serio que nos vamos a poner estupendos con las candidaturas de más allá del Ebro? Echando un vistazo a lo que hemos puesto por aquí encontramos tres cuartos de lo mismo. Hasta con pariente cabeza de lista por ser pariente de alguien que ha sufrido injusticias, por cierto.
Quizá deberíamos de darnos cuenta de que no somos excepcionales. Que si nosotros tenemos una opción plenamente normalizada que es incapaz de decir que asesinar es injusto, ¿Por qué no iba la carcundia española a tener la suya?