Calculando por lo bajo, en mi ya moderadamente larga carrera profesional, le habré hecho unas 25 entrevistas a Arnaldo Otegi. Unas han sido de carril y otras con algo más de sustancia. Ninguna, se lo juro por el Dios de los plumíferos, ha incurrido en el blanqueamiento. Ni en el ennegrecimiento, ojo. El género no está ni para lo uno ni para lo otro. La cosa va de preguntar con más o menos tino, escuchar la respuesta y, si es el caso, volver a preguntar o pasar a la siguiente línea del cuestionario. A veces la cosa fluye como una conversación natural, mientras que en otras ocasiones se ronda el interrogatorio, el test, el juego de frontón o el cansino paseo por lo requetetrillado. Y eso pasa con Otegi, con Ortuzar, con Sémper o con quien se tenga en la alcachofa de enfrente.
Les arreo esta chapa introductoria porque sigo sin salir de mi pasmo ante la bronca de diseño que ha provocado la presencia del coordinador de EH Bildu en un programa de la televisión pública española. Manda bemoles que lo que por estos lares hace lustros no llama en absoluto la atención origine un cristo del quince si se da en la villa y corte de la hispanitud. O mandaría. Como vamos para talluditos, ya no nos pilla por sorpresa el rasgado ritual de vestiduras de los que viven de los pifostios de plexiglás. Que les ondulen con la permanén a los hiperventiladores fingidos. Ladren y ladren y vuelvan a ladrar, que ni por el forro tomaremos por auténtico su cabreo. Y si lo es, peor para ellos. Elijan entre tila y Lexatín. Otra cosa son mis presuntos compañeros de gremio que se escandalizan por la naturaleza misma de su curro. Qué pena.
Que se ha haya montado la que se ha montado a cuenta de la entrevista dice mucho (o sea, poco) de a qué nivel está la cultura política o democrática en España porque, efectivamente, aparte del postureo y la sobreactuación en el marco del politiqueo chusco y barato, ha habido mucha indignación no fingida, lo cual, coincido, es preocupante porque demuestra que no se entiende nada de nada de lo que va esto.
Un apunte; es cierto que contrasta la pirula que se ha liado con la naturalidad con la que Otegi frecuenta los medios en nuestro entorno pero, ojo, que ya tendríamos aquí a indignados varios si, un suponer, radio Euskadi entrevistara a Santiago Abascal, a quien se entrevista con naturalidad en medios “españoles”. Y a Rivera se le ha montado parda por venir a dar un mitin de campaña. ¿Que no es lo mismo? ¿Que aquello era provocar? ¿Qué Abascal es lo peor de lo peor y no se puede poner al mismo nivel de Otegi? Pues…depende. Depende de la percepción de cada cual. Otegi representa para mucha gente, y razones no les faltan, algo peor que Abascal. Al final, el hecho es la reacción ante una entrevista o u mitin de alguien al que uno detesta.
El caso es que yo creo que TVE tenía incluso la obligación de entrevistar a Otegi. Es el líder de una formación con representación parlamentaria, elegida por ciudadanos españoles que con sus impuestos (vía cupo) financian la TV pública. Si se ha dado voz al resto de formaciones parlamentarias, estaban en la obligación de dársela a EH Bildu.
La entrevista en sí…pues floja. El tono me pareció correcto y respetuoso pero fue un bucle propiciado por la necesidad de justificarse de la cadena y de los periodistas y por el discurso de balones fuera de Otegi.
A mí Otegi me parece un político “apañao”, resultoncillo, pero muy lejos de esa quintaesencia de la locuacidad y la lucidez política que ven en él muchos de sus simpatizantes (lógico, por eso lo son). Admito, eso sí, que todo es relativo y hoy en día ser apañao ya es comerse con patatas a políticos del ínfimo nivel de Casado, Sánchez o Rivera (yo lo veo a un nivel, en cuanto a soltura de discurso, de Pablo Iglesias o así; Errejón a lo sumo).
El escudo de Otegi ante la muy previsible línea de la entrevista era el de superar el pasado. Como todo eso que le achacan es cosa del pasado…pues hay que pasar de puntillas u obviarlo y asunto resuelto.
A ver….los asesinatos de las partidas de falangistas en los años 30 y 40 pueden ser cosa del pasado (lo cual no implica, además, que haya que olvidarlo y pelillo a la mar) pero que un dirigente como Ortega Smith con escaño en el parlamento, elogie la figura de Primo de Rivera, es un asunto muy del presente, por el que hay que preguntarle y preguntarle y no me vale que diga que es cosa del pasado.
Pues Otegi y la opción política que representa a día de hoy siguen elogiando y homenajeando a quienes hasta hace dos días han estado asesinando a modo falangista.
Yo entiendo e incluso respeto que Otegi no quiera “condenar” y menos cuando se lo exigen otros que también llevan lo suyo. Yo entiendo y respeto que no reniegue de su trayectoria y la de tantos que han estado en lo que él considera que ha sido una lucha justa y en su momento necesaria. Ese es su análisis y su visión. Vale.
Pero ese análisis y esa visión y la defensa de ese mundo tiene un precio que pagar a los ojos de la gente, una mayoría, que tiene una visión menos idílica de esa “lucha”. Y eso no puede pretender borrarlo de un plumazo agarrándose a que es pasado. Por supuesto que ello no debe ser motivo de bloqueo ni de incomunicación en la actualidad y que hay que avanzar y seguir hablando y acordando con todos. Cada uno con la mochila que lleva. Y ellos llevan una muy pesada que además no quieren soltar. Están en su derecho de no soltarla pero deben pagar el precio.
El precio, por ejemplo, de que la sociedad vasca esté de acuerdo en el acercamiento de presos pero no esté dispuesta, en su mayoría, a mover un dedo por ello ni mucho menos a movilizarse con ellos con toda su parafernalia.
Otegi se agarra a dos comodines que tienen mucho de falaz. Uno es el de la autocrítica. Ellos son los únicos que han hecho autocrítica. A ver…la autocrítica que han hecho es mínima, muy escasita. Que está bien…pero no para presumir tanto. A lo máximo que han llegado es a admitir que se ha causado un daño (pero sin deslegitimarlo es como admitir que la lluvia moja) y que quizás han sido alguna vez insensibles al sufrimiento y eso ha podido incrementar ese dolor. Bien está, pero….lo significativo es que a quien jamás han dedicado la mínima crítica a eta, que es sobre lo que se tienen pronunciar más que sobre si podían haber sido más empáticos. ¿Qué tienen que decir sobre eta? Eso es tabú.
El otro comodín es ese de que ellos lograron “la desaparición de la lucha armada de eta de la ecuación política vasca”. Eso es más falso que verdadero. Ojalá lo hubieran hecho. Ojalá cuando eta mataba y mataba porque estaba fuerte y sembraba de sangre y dolor Euskadi y España, la IA hubiera hecho su reflexión ética y en términos de derechos humanos y se hubiera plantado. Pero no; entonces apoyaban y jaleaban y daba cobertura de todo tipo.
Fue después cuando hicieron esa reflexión que él mismo dice que fue estratégica. Claro que estratégica. Fueron forzados a un cambio de estrategia porque de otra forma se hundía eta y se hundían ellos con eta. Ya en esa fase pues seguro que hicieron su aportación y bienvenida sea pero….porque no les quedaba otra, así que menos medallas y menos lecciones.
A eta le derrotó la presión judicial y policial, la colaboración francesa y de otros Estados, el contexto internacional tras el 11-S, su aislamiento político, el rechazo frontal de la sociedad vasca, el cambio generacional, el avance económico de esa primera década de este siglo (o sea; aburguesamiento, buena vida) de la sociedad vasca, etc..
¿Se podían mantener y cometer un atentado de vez en cuando? Operativamente puede ser si bien con muchas dificultades, sin poder no rozar a objetivos importantes, con redada posterior en la caían como moscas y con un coste brutal de cada acción para el brazo político, con cientos de presos ya reclamando soluciones tras décadas de cárcel, etc, etc, etc.
Entonces vino la reflexión estratégica. Nos ha jodido.
Estando de acuerdo con lo que dices, Larry, yo lo resumirís en que Otegi intenta meterse en el papel de Suárez pero es en realidad el búnker inamovible.
Y claro, cuando va a una entevista en la que no se ha de mantener esta especie de verdad oficial vadca de que es el responsable único de que ETA dejara de asesinar… pues se notan las costuras.
La verdad es que no lo entiendo. Está ya un tanto talludita esta dirección histórica que viene desde HB hasta EHB. Una nueva generación lo tendría bastante más facil.
Otegi sigue siendo muy importante para a IA. Es alguien respetado por todos los sectores de la misma, también por los más duros (su paso tanto por la organización como por la cárcel le da galones) y esa «autoritas» le da galones y es un factor de cohesión interna.
Creo también que es alguien ya respetado por el resto de fuerzas políticas en Euskadi, lo que facilita la interlocución. Eso es bueno para el conjunto del país.
Yo no tengo una visión negativa de Otegi en sí mismo. Tengo una opinión muy negativa de lo que ha representado ese mundo y no compro en absoluto su relato (como ellos no compran el mismo). Asumo, eso sí, que hay que convivir y avanzar y que si esta generación no va a poder cerrar todos los resquemores al menos no pongamos palos en las ruedas para que los supere la siguiente.
De Otegi pienso eso, que no es la lumbrera universal que nos quieren vender ni el Mandela vasco, sin más.
Valoro lo que ha hecho en su última etapa y seguramente era él de los pocos (él, Goirizelaia…y no mucho más) con ascendente para poder hacerlo y no digo que lo haya tenido fácil a nivel interno.
Admitido eso, añado que no les quedaba otra y que fue, como él dice, por pura estrategia de supervivencia ante la inminente derrota por k.o.
Y, desde luego, fue tarde, muy tarde y tras haber causado un daños terribla a esta tierra y a muchas personas. La memoria es frágil y, quizás como mecanismo de defensa, los malos recuerdos se tienden a diluir. Eso es bueno. Pero es que lo de esta gente durante décadas fue muy, muy miserable, dañino, perverso, etc. Bienvenido sea el cambio por las razones que sean y que espero que, aunque propiciado a la fuerza, tenga un parte importante de sincero pero ese pasado no lo pueden obviar.
Porque además para ellos bien que, por ejemplo, UPN son los herederos de Mola; ¿eso no es vivir del pasado? ¿Cuándo sí y cuándo no?
Por poner un ejemplo. Esta frase:
«»»»lo siento si alguna vez hemos causado más dolor del necesario, o del que teníamos derecho a hacer»»»
Estoy convencido de que lo dice con buena intención y con idea de aliviar y no hacer más daño ni humillar pero, si se piensa bien, es una frase tremenda que explica una forma de pensar. Básicamente, que las víctimas bien merecido lo tuvieron; que quizás sobró algo de regodeo pero básicamente se hizo lo que había que hacer.
Una forma de pensar en la que los demás no tienen derechos, solo los nuestros.
¿Respeto de los duros? Y un pimiento. Sigue habiendo esporádicos intentos de formar partidicuchos y grupúsculos variados de ese sector.
La diferencia es que se premia a quien se mantuvo en la cueva, justificando a los que empuñaban armas y mataban a gente indefensa. Mientras se escupe sistemáticamente sobre quien intenta reparar realmente el daño. Sea el que sea.
No trago la superioridad supuesta de nuestra sociedad. Una sociedad que premia a un psicópata por actuar cobardemente tiene profundos problemas. Da igual si la bandera en la que se envuelve esa sociedad es de dos o tres colores.