La convención en la que el PP vasco iba a marcar impronta propia frente a la nave nodriza terminó con los sones atronadores del himno español y los asistentes en posición de firmes. Tampoco es que se esperase un fin de sarao con el Eusko Gudariak —ni siquiera con Eusko abendaren ereserkia—, y es igualmente cierto que inmediatamente antes, a modo de contrapeso, se puso el Gernikako arbola… proyectando en una pantalla la letra en castellano. Sin embargo, la elección del chuntachunta rojigualdo como colofón y la marcialidad en los gestos, especialmente en algunos, encierra un mensaje de mayor potencia que cualquiera de los que se lanzaron desde los atriles en las dos jornadas del evento presuntamente autoafirmativo.
Quizá es ahí donde estuvo el problema. Salvo que me perdiera algo de un acto que, por lo demás, no ha tenido gran relieve, estoy por jurar que ninguno de los discursos o las pomposas ponencias contienen el menor elemento que permita hablar de seña de identidad diferenciada respecto a Génova. Por supuesto, todavía menos se anunciaron actos concretos que impliquen un verdadero propósito de enmienda respecto a los mantras que han caracterizado la vida de la sucursal vasca del PP desde su fundación. Da por pensar que los dirigentes locales de la cosa casi le deben gratitud a la lenguaraz Cayetana Álvarez de Toledo porque las bocachancladas que le hizo soltar su gurú Jiménez Losantos propiciaron que algunos de ellos —no todos— sacaran el genio y pusieran de vuelta y media a la doña. Esas respuestas al desaire de su conmilitona han sido lo más parecido a marcar perfil propio que se ha visto estos días.
Muy simbólica la no utilización del himno de la C. Autónoma y sí el del Estado. Deja bien a las claras que el nivel de relaciones Pais vasco-España no para precisamente por una defensa del autonomismo, y que la peculiaridad a defender por el PP vasco se acerca más al lirismo romántico de Iparraguirre que cualquier atisbo de profundizacion en la estructura autonómica del estado.
Por otro lado, se podría pensar que el claro arropamiento del líder nacional al agraviado delegado local va a suponer una conmoción en la oficina de la portavocía, incluyendo cambio de la titular. Pero todos sabemos que no es (ni va a ser) así. Demasiada coherencia e integridad para un partido tan acomodaticio como el PP. Es posible que el incidente suponga incluso un motivo de promoción para la marquesa.
También es simbólica, elocuente y todo lo que se quiera la utilización exclusiva, no ya en las últimas décadas sino siempre, del «Gora ta gora» en los actos de los partidos nacionalistas vascos… sin que la Marcha Real suene en ningún momento.
Lo que quiero decir es que el primer párrafo de la comentario anterior de Eunape es de aquellos del tipo, acudiendo al refranero, «hagas lo que hagas (en este caso el PP), serás criticado» o bien «ver la paja en el ojo ajeno pero no la viga en el propio».
Rectifico: no es Eunape, sino Esnepel.
Pues aclaro lo que he querido decir en el primer párrafo de mi comentario: Si Se trata de un Congreso en el que se pretende establecer la peculiaridad del partido en el País Vasco, dentro del PP de España, lo lógico habría sido entonar el himno autonómico vasco, que, si no me equivoco, fue aprobado democráticamente, al igual que la ikurriña por el parlamento vasco para todos los vascos, incluidos no nacionalistas. Y después, dada la ideología del partido, si se me permite, absolutamente unionista con España, pues el himno oficial de España (con lo cual no me meto en absoluto). La utilización que han hecho de los himnos significa que su objetivo es España, y que la Comunidad Autonómica del País Vasco, su autogobierno y su estatuto de autonomía, pues les importa muy poco. A lo cual tienen todo el derecho legitimo, pero a ocultarlo, no.
Y claro que es elocuente la utilización por los nacionalistas del Gora ta Gora con exclusión del himno español. Pero además de elocuente, es sincera. Lo que pasa es que los nacionalistas no ocultan su deseo de no pertenecer a España, mientras que el PP dice defender el estatuto de autonomía y la España autonómica, cuando, en actos como este, se evidencia que no es así. También se evidencia cuando incumplen el estatuto durante 40 años de vigencia, algo mucho más importante.
Arturo: No me quejo de que no utilicen el himno autonómico. Pueden utilizar el que quieran, incluso ninguno. Me quejo de la ocultación, la mentira, la apariencia.
Yo creo que los altos cargos del PP son sinceros en su defensa de la CAV, y se son y se sienten vascos hasta que por motivos laborales (supongo que no es por destierro) se vean obligados a empadronarse en algún pueblo de Segovia