En su haraganería argumentativa de aluvión, la derechaza españolera suele gustar de sacar el comodín de ETA al cargar dialécticamente contra el soberanismo catalán. Lo han hecho, sin ir más lejos, a cuenta de la última operación judicioso-policial que nos han ido novelando los medios de costumbre. Y ante todas esas bocachancladas, nosotros, que somos los justos, los ecuánimes y los buenos, hemos puesto el grito en el cielo. Que si cómo se atreven a utilizar el inmenso dolor de los años del plomo, que si qué vergüenza hacer politiqueo con la sangre derramada, que si no hay derecho a banalizar el terrorismo, y me llevo una.
Reconvenciones todas muy pertinentes, hasta que quien se saca de la sobaquera el paralelismo es el Molt Honorable President expatriado en el modesto queli de Waterloo. Primero en catalán y, después, por si hubiera dudas, en castellano, Carles Puigdemont mostró su fingida extrañeza porque se habla de aplicar a Catalunya el 155 cuando no se hizo en Euskadi en los tiempos en que ETA mató a mil personas. Solo con echarle media neurona, se diría que el tipo atribuye a los gobiernos vascos de entonces connivencia con la banda que se llevó por delante todas esas vidas. Losantos, Tertsch, Marhuenda o Inda en estado puro. O, vamos, Rivera, Casado y Abascal. Pero vayan y cuéntenselo a nuestros bien comidos y bien bebidos procesistas de salón —hablo de los del terruño—, que con alguna honrosa excepción, han salido en bloque a aplaudir al intocable de Flandes y, en el mismo viaje, a ciscarse en el nacionalismo mingafría que no tira de su pueblo hacia el abismo y la frustración. Voy a por mi armadura.
¿Y qué esperabas? No es qué se dice, sino quién lo dice. Lo puse en el comentario sobre «Otro 1 de octubre», si el Estatuto de autonomía de Castilla y León hubiera contenido la misma reserva para controlar nuestra capacidad fiscal que el Estatut, habríamos hablado de imperialismo. Y con razón. Pero como estaba en el Estatut…
Al final, los seres humanos somos mucho más parecidos de lo que creemos.
Ya sé que el enemigo común une mucho y supongo que en ello se basa la camaradería vasco-catalana…porque…de otra forma creo que con los catalanes sería con los que peor nos llevaríamos de España.
Incluso en estos tiempos de resistencia solidaria frente al malvado hispano…en cuanto pueden…tiran la puyita. No tengo dudas de que llegado el caso, si por cualquier motivo les conviniera, los de la estelada apuñalarían por la espalda a los de los ikurriña.
En cualquier caso…en cuanto al dichoso 155, no sé a qué viene tanto rasgarse las vestiduras con el 155 cuando creo que es lo único que tiene lógica de todo esto.
Me parece impresentable y antidemocrático desde la actuación de la policía el 1-O a porrazos con gente que votaba (otra cosa es que no dieras validez a lo votado) al encarcelamiento y tratamiento penal (y la prisión preventiva) a los líderes independentistas. Creo que desde el Estado se debería dar una respuesta democrática permitiendo (incluso organizándolo) un referéndum legal, etc.
Pero…justo con el 155…es en lo que creo que en su primera aplicación no quedaba más remedio.
Puigdemont, al declarar la república estaba dando por disuelta la Comunidad Autónoma. El no podía sera la vez Presidente de la República y Presidente de la CA. Era incompatible. Declararon la desaparición del Estado en Catalunya.
Al Estado, no le quedaba otra que ocupar ese vacío del mismo en ese territorio.
Ahora no han llegado tan lejos pero ahí le andan.
Kaixo, soy un procesista de salón, sí del terruño, bien comido y bien bebido (consustancial parece). En realidad, por avatares de la vida estuve allí el 1-O (Colegio Cervantes, ciudad condal) y lo vi todo, señoría. Bueno esto da igual porque opino con el mismo derecho que todos y, por cierto, no dejo de agradecerte sinceramente la oportunidad de tu blog Javier. El MHP, diablo cojuelo para el establismen patrio, como ayer mismo comentaba aquí (anticipándome a lo que hoy escribes) tiene toda la razón, ya lo siento. Sea o no su recordatorio de buen gusto para nuestra sensibilidad de (hoy) chicos buenos. El «tipo», el «intocable de Flandes» que le llamas (veremos de nuevo cómo lo es para la Justicia española pasado mañana) es más que oportuno en su comparación, y no atribuye connivencia alguna con ETA a los gobiernos vascos. Lo que hace es contestar expresamente a Sánchez cuando éste amenaza con el 155 si hubiera (hipótesis)violencia en Catalunya… La pregunta a todos nos surge (a tí quizás no): por qué desde Madrid, en pleno terrorismo de ETA y acusaciones directas al nacionalismo vasco de connivencia (que ni yo comparto ni lo sostiene Puigdemont) no se sacó el 155 ni siquiera como posibilidad teórica?? La extrañeza con el expediente catalán no es fingida sino real, cuando (todos lo sabemos) frente al delirante montaje judicial-político-mediático mesetario, allí ha habido un civismo memorable y hasta sorprendente, desde luego sin violencia ni por asomo equiparable a la que aquí sufrimos (siento recordarlo, es nuestra cruz). Las neuronas en su sitio, Javier, y sobre el abismo y la frustración, versus estabilidad, hablaremos otro día, que ahora estoy atrapado en la vía pública por la protesta del metal…
Sinceramente, no creo que quepa ver en ese comentario de Puigdemont atribuciones de connivencia entre ETA y el Gobierno vasco de entonces. Si Sánchez dice que van a aplicar el 155 por la violencia en Cataluña y Puigdemont responde que en Euskadi hubo más y no aplicaron, yo creo que se ríe de Sánchez. Pero, claro, aquí cada uno tiene sus complejos con el tema de ETA, tanto el PNV como la izquierda abertzale, y se sienten aludidos ¿Connivencia? pues no se me había ocurrido. Lo que sí he pensado que unos pueden sentir que les han llamado abertzales de pacotilla y otros que ETA no valía para nada. Pero, sinceramente, son los fantasmas personales de cada uno, no lo que ha dicho Puigdemont, en mi sincera opinión.
No he visto yo en las declaraciones de Puigdemont ni siquiera apunte de acusación a los diferentes Gobiernos autónomos de Euskadi de connivencia con la violencia en la comparación de Puigdemont.
En principio, porque la discusión va evidentemente contra Sánchez, al que le quiere dejar sin razones para considerar la supuesta violencia política como causa directa de aplicación del 155, utilizando el «caso vasco» simplemente como ejemplo claro a aplicar. El verlo de otra manera implica un ombliguismo infantil que no entra ni con calzador en la controversia que tratamos.
Y en segundo lugar porque precisamente tal acusación gratuita le incluiría como bien dices, Javier, en esa posible manada del «todo es ETA», cosa que no concibo entre sus objetivos estratégicos.
Lo que sí quiero apostillar, y esto iría en contra de la contradición que quiere reflejar Puigdemont, es que en la práctica sí hubo en Euskadi un 155 velado: Si no, a recordar la Ley de partidos, que influyó definitivamente en la composición electoral de la sociedad vasca, los cierres de medios de comunicación, la coalición contra-natura para cargarse a Ibarretxe, la amenaza del cárcel para este mismo por la consulta prevista y por fin retirada, y el retraso que aún dura sin completar las transferencias previstas en el Estatuto.
Si esto no es una intervención de la autonomía, que me diga el de Waterloo qué es. A lo mejor en vez del 155 prefiere algo parecido: ilegalización de partidos, encarcelamientos masivos de independentistas o sospechosos de serlo, parlamentos tuneados para tranquilidad del Borbon, etc.
Aunque tarde sólo añadir por mi parte que no se trata de comparar lo duro que fue el Estado aquí con lo que pretende serlo (y lo está siendo) allí. Efectivamente la ilegalización de partidos y demás abusos fue un subterfugio para descabalgar al PNV y que reinara Pakolo I con su valido Basagoiti. Pero justificar la intervención de la autonomía en la supuesta violencia en Catalunya, como amenaza Sánchez, no tiene un pase visto el precedente vasco. Sin más. Eso dice Puigdemont para el que le quiera entender… y creo que le entendemos todos quienes no le tenemos ojeriza para presuntamente agradar a la cúspide local.
No, mire usted, señor David, no va de ojeriza. Va de no ser ignorante. O de no hacérselo. La violencia en sí misma no es motivo para suspender una autonomía. Se trataría de la connivencia del gobierno con esa violencia. Si Pedro Sánchez amenaza es porque entiende que el actual gobierno puede ser connivente con la violencia, Cuando Puigdemont hace la comparación, solo puede ser porque cree que hubo connivencia de los diferentes gbiernos vascos con ETA. O porque no tiene ni idea. Y quienes le hacen de exégetas, menos. Recuérdese, por demás que la CiU corruptuela de Puigdemont apoyó la ley de partidos y la ilegalización de Batasuna. Su tabaco, gracias.
Señor Vizcaíno, confieso que me ha convencido su último post y soy ahora, gracias a usted, un poco menos ignorante, pero sigo sin creer en que Puigdemont piense hubiese connivencia entre el Gobierno Vasco y ETA. Debe ser otro ignorante, también. Pero los ignorantes tenemos algo bueno y es que conseguimos cosas porque no sabíamos que eran imposibles. Por cierto, que hay otra opción y es que Sánchez sea otro ignorante y estemos dotando de significado algo que no lo tiene. No veo yo fácil establecer una connivencia entre la Generalitat y la violencia, si la hubiere. Dejemos que Puigdemont vacile un poco a Sánchez, no pequemos de exceso de prudencia, que eso tiene un nombre, también.
Lo que usted quiera, Rufus. Su anonimato ramplón cuadra con la altura de su ídolo, un mindundi de la CiU corrupta de Don Pujolone quye apoyó la ley de partdios. ¿Vacilar? No le da la masa gris. Le pusieron porque era uno de los considerados menos listos. Su única misión era tapar la ausencia de Mas durante un rato. Cómo explicárselo a nuestros procesistas de salón, que viven como Dios.
Mal tono Javier. Suscribo a Rufus, al que no tengo el gusto, y por mi parte, como verás, de anonimato nada. Encantado de debatir contigo nuestras posturas antagónicas en este tema… y en los que haga falta, donde no estamos tan distantes. Poco diría. Yo claro que soy procesista de salón, y de calle si se tercia, como se terció. Vivo de mi trabajo como tú, al que admiro de los tiempos del cocidito. Un saludo y si quieres me seguirás aguantando. Siento si he sido ofensivo en algo.