Celebro que el Tribunal Supremo haya establecido en una sentencia de las que crean jurisprudencia que los repartidores de Glovo son trabajadores por cuenta ajena a todos los efectos. Otra cosa es que mi escepticismo incurable me lleve a temer que la compañía encontrará el modo de salirse con la suya; un contrato laboral puede ser perfectamente precario, como bien sabemos. Por lo demás, hay un par de reflexiones que quizá cabría plantearse sobre el fondo de este caso. La primera es muy obvia y apela a la hipocresía de quienes se echan las manos a la cabeza por las condiciones a las que se somete a los currelas de esta u otras empresas del pelo pasando por alto su complicidad al hacer uso de sus servicios.
La otra cuestión es quizá más sutil, pero nos retrata muy bien como sociedad que da por descontado que ciertos colectivos tienen menos derechos que otros. Lo que nos escandaliza de los falsos autónomos es la realidad diaria de los auténticos autónomos. Incluso con las cuatro birriosas mejoras que se han introducido recientemente, la mayoría de las personas que trabajan por cuenta propia carecen de los derechos que consideramos básicos cuando la relación es con una empresa o un empleador. Sorprendentemente —o no—, a los campeones mundiales de las denuncias de las desigualdades se les escapa esta.
Todo lo anunciado de las mejoras a los autónomos es mentira.
Una cosa es la realidad, y otra bien distinta es la práctica.
Las bajas de enfermedad o accidente no existen en este colectivo porque es una birria lo que se cobra, el paro no existe a no ser que durante meses hayas estado en números rojos, osea que si cobras una ridícula prestación es que estás en la put… ruina, la jubilación es una put. mierda porque cuando es un negocio pequeño si quieres comer, solo puedes cotizar la tarifa mínima etc, etc, etc…
Por todo lo expuesto está el interés de políticos y empresarios que todo cristo se haga autónomo.
Yo estoy hablando del pequeño autónomo mileurista que al perder el puesto de trabajo asalariado, para sobrevivir se hizo «superviviente» y algún otro.
Un saludo.
Suscribo tus observaciones. En especial la relativa a la hipocresía de los que hacen uso de esos servicios y luego se echan las manos a la cabeza por las malas condiciones laborales.
Y apunto otro caso similar: ¿cuántas personas limpian hogares sin contrato de ningún tipo y por tanto sin seguridad social ni derechos laborales de ningún tipo?
Llevo de autónomo desde los 21 años, peino bastantes canas y, personalmente, no me puedo quejar. Desde los 22 años pago nóminas. Ha habido años que me he hinchado a ganar pastar. Años que hemos dilapidado gran parte de lo ganado anteriormente sacando dinero del bolsillo para mantener el negocio (2011-2014). He hecho grandes amigos y pequeños enemigos, muchas comidas, cenas, fiestas, muchas noches de mal dormir, unas noches por no tener a donde mandar la gente a trabajar y otras por no saber como abarcar todo lo que había que hacer…….en fin, la vida del autónomo en estado puro. Cuando escucho tantas cosas como, p.ej. esto de la «conciliación» (y tantas cosas) por ley (para funcionarios) me entra la risa floja y pienso que uno, ya que paga, también, la «fiesta» debería tener derecho a participar de ella…pero no. Debe ser por cosas como esta por la que hace tiempo recomendé, encarecidamente, a mis hijas que opositaran insistentemente. En algo me tenían que hacer caso, y me alegro.