Se le acumula el trabajo a Felipín Six de cara al discurso de nochebuena. Ya puede pedir ampliación de minutaje porque anda que no tiene cosas de las que largar el muy preparado menarca, digo monarca. En todo caso, apuesto y creo que ganaré, que se liará con el coronavirus y no quedará espacio —perdonen el tonto juego de palabras— para el virus de la corona. Miren por dónde, que los cortesanos que le succionan los esfínteres sostienen exactamente lo contrario. Prometen que el barbado soberano se va a quitar el cinto en el mensaje y vomitará por esa boquita toda la bilis que le ronda, especialmente contra su campechano viejo, que no deja de ponerlo en evidencia desde el mismo día en que, a la fuerza ahorcan, abdicó y le cedió muy a regañadientes el cetro.
Lo creeré cuando lo vea. De momento, sonrío al pensar si va a tener bemoles en remedar al asesino de elefantes en aquella frase para la histeria, o sea, para la historia: la Justicia es igual para todos. Siempre puede marcarse un Ayuso y ser sincero: no todos somos iguales ante la ley, ¿qué se van a creer? Las otras dudas son si para esas fechas señaladas el aludido mantendrá la condición de rey y si seguirá siendo un distinguido huésped en una satrapía o, siguiendo el lema del célebre anuncio de turrón, habrá vuelto por Navidad. Más palomitas.
Las cosas importantes de palacio se mueven en el secretismo de las cloacas de este remedo de democracia.
El discurso que le preparen para Nochebuena al camarada de los chicos de la Promoción XIX hablará de capacidad de sacrificio, de unidad, de trabajo duro y demás memeces por el
Dudo de que esté enfrentado de verdad con su papá y dudo de que conociendo a la perfección sus guarradas y tejemanejes,
los rechaze en el fondo. Sólo las formas le obligan a poner cierta distancia fingida.
Veía ayer un reportaje en la tele sobre la prepotente borbona Victoria Federica, la de la yegua y el Audi, sobre su gran colección de bolsos, de varios miles de Euros algunos de ellos, lo que no está nada mal para una chavala que no ha pegado golpe hasta ahora.
Ese comportamiento es genético, no es circunstancial ni individual.
El problema no es el comportamiento de una persona.
Tal vez el discurso del Rey con motivo de la Nochebuena de este año, sea de los más esperados. Incluso tal vez tenga un récord de audiencia, pero, curioso, pienso que esto no sera por lo que va a decir, que ya presupone, sino por lo que NO va a decir. ¿A qué es curioso?
A mí el espectáculo que está dando el PSOE en este tema me da verguenza ajena. Supongo que puede más el nacionalismo Español que anida en el alma de todo buen «socialista» (del PSOE quiero decir) Español (incluidos los vascos) que la dignidad republicana. Escuchar a Ramón Jauregui (por no irnos más lejos) hablar del tema no me ha sorprendido en absoluto pero sí me ha reafirmado en la idea anterior claramente. Pues nada, patada a seguir y a ver si se caen solos que la cosa no va mal.