Pere Aragonés, aspirante de ERC a presidir el Govern de Catalunya, acaba de morder el polvo por segunda vez. Como el viernes pasado, su intento de ser investido ha embarrancado… y no precisamente por culpa de los malvados unionistas. Qué va. De nuevo ha sido el presunto fuego amigo el que le ha impedido cosechar los votos necesarios para saltar a la próxima pantalla, que es la toma de posesión y la inmediata formación de un ejecutivo que, además de enfilar hacia la ansiada república, ha de solucionar los muchos y urgentes problemas de la ciudadanía catalana.
En una muestra de indescriptible cinismo, los causantes del bloqueo quitan hierro al asunto diciendo que todavía hay dos meses para llegar a un acuerdo. Vamos, que Carles Puigdemont aprieta pero no ahoga. Solo está jugando sus bazas como perdedor de la batalla por la hegemonía soberanista. Para goce y disfrute de la caverna hispana, que asiste complacidísima al espectáculo, el ya ex president expatriado está contribuyendo a conseguir lo que no pudieron ni los piolines ni el 155. Este es el punto y la hora en que por un quítame allá esos egos, esos oropeles y —por qué no decirlo— ese pastizal que cuesta mantener la presidencia paralela y no votada, el procés está en vía muerta y sin más visos que seguir dando vueltas en círculo. Una pena.
En Hispanistan se sigue con gran interés y algo más, los acontecimientos políticos en Euskadi y Catalunya, y más sabiendo de antemano que los votos depositados por ambos pueblos, no cuentan para nada a ciertos partidos constitucionalistas cavernarios, algo que sí ocurre en el resto de la grande y libre.
Ahora solo falta hacer entender a los señores de ERC y Junts per Catalunya, que esos votos no son propios, y es hora que se cumpla la voluntad del pueblo y no anteponer sus propios intereses y egos personales.
Sería una victoria para la caverna ir a otras elecciones, aun dándose en ellas parecidos resultados electorales como casi seguro pasaría.
Es hora de ponerse a gobernar con responsabilidad, crear una paz social, hablar de presos políticos y «fugados» con Madrid, cosa harto difícil, y aparcar de momento esos sueños de repúblicas efímeras que desencantan a parte del pueblo en un abrir y cerrar de ojos.
Ironías de la vida. Autodenominados republicanos intentando que les gobierne quien no ha sido votado.
Por fin consiguen una mayoría de votos (aunque sea de aquella forma)
¿Y qué hacen? Arriesgar esa mayoría por egos y pasta. ¿En serio esto es ejemplo para algo?
¿Y si ahora el Tribunal de Justicia de la UE le da la razón al hiperagresivo juez español, qué, um?
Que el TJUE tiene absolutamente todas las papeletas para obligar a los Estados a aplicar la normativa europea por encima de la nacional. Eso es muy bonito cuando nos reconoce la capacidad de legislar nuestros impuestos (y protege por lo tanto el Concierto Económico) pero ya no hace tanta gracia cuando obliga a pagar al Athletic ayudas encubiertas o, si ahora,
Es que los británicos tienen razón. La UE está tomando características de Estado federal y muy probablemente sera imposible incluso para los Estados más fuertes de ahora evitar que el bien de la mayoría pase por encima de los intereses particulares de unos pocos. Otra cosa es que los británicos son gilipollas (así, con todas las letras) al creer que eso es un desastre.
Pues que nadie se haga ilusiones, éste es un baile del abejorro más para formar gobierno… y para renovar una hoja de ruta. Pura y dura arte de la negociación. Nada nuevo para el sol, amarillo o no. Ni unionistas ni locales con ganas piensen otra cosa que no sea un gobierno independentista, y la espera nada tiene que ver con 155 ni piolines, tranquilo. Puigdemont, ese diablo cojuelo (incluso para los vascos modositos), tiene la fuerza que tiene, la suficiente para condicionar un gobierno, aunque lo encabece ERC. Si éstos han iniciado el baile con los cuperos, ahora saben que tienen que camelar a los socios de verdad. Revueltos no, pero junts sí.
Primum vivere deinde philosophare (perdón por el latinajo) es una cita latina que significa «primero vivir, después filosofar». Y esta cita tal vez debería estar presente en la mente de los políticos, en el sentido de que lo primero es cubrir las necesidades de la ciudadanía, y después intentar defender, conseguir, todo aquello que, precisamente esa ciudadanía considere que es «parte» de su vida, como su ideología, su derecho a sentirse protagonista de su vida y de la comunidad en la que vive. Pero lo primero, es lo primero.
Y esto supone renunciar, por parte de los políticos, a su protagonismo y acomodo a unas formas de hacer política y de gobernar pensadas más para su comodidad que para el bien común. Poniendo en algunas ocasiones a la ciudadanía al servicio de una ideología, y no asumiendo, defendiendo, una ideología que sirva para que las personas, todas las personas, vivan mejor.
Y ya lo sé, no todos son iguales, pero haberlos los hay, y por desgracia no son pocos.
Y esto sirve tanto para catalanes, como para vascos, pues es una cuestión de personas.
los problemas del nacionalismo, solo se solucionan con nacionalistas pero para eso tiene que haber nacionalistas.
En el Nacional.cat subliminalmente dan el pacto por cantando y me parece que estos de esto algo saben.