A ver si de esta lo aprendemos para siempre. Enviar un sobre con balas es un acto absolutamente intolerable. Exactamente igual que pintar en las paredes dianas con nombres. O que arengar desde las redes a la borregada contra los enemigos de este o aquel pueblo. Minimizar, justificar o poner en duda la veracidad de tales hechos es situarse entre los antidemócratas sin remisión. O, directamente, entre los fascistas, que como tengo dicho aquí mil veces, con harta frecuencia se presentan como antifascistas.
Vaya descojono, por cierto, que los ultramontanos diestros puestos entre la espada y la pared salgan con el viejo comodín: condenamos todas las violencias. Si no fuera por la descomunal tragedia que hay de fondo, resultaría cómico el parecido más que razonable entre los extremos que no es que se toquen. Se besan con lengua hasta la campanilla porque son, tachán, tachán, el mismo guano con distinto disfraz. Quedan solo un escalón por debajo los tontos del haba —da igual con tres seguidores en Twitter que con diez millones— que sueltan soplapolleces de aluvión sobre la equidistancia. Muy poco se dan cuenta de que sus infantiles tiroliros demagógicos son la proteína que engorda día a día a los abascálidos. Por lo demás, ojalá fuera la dignidad y no el cálculo electoral lo que impulsara las denuncias.
Los abascálidos no son una secta de zumbados pintamonas sino una banda legal cuyo fin es el de derribar los vestigios de la paupérrima democracia española mediante el odio, la mentira y la sabrosa promesa de venganza contra sus rivales.
Los abascálidos tienen 4 millones de votos, 52 escaños, amplias simpatías en los ámbitos armados, una parte no despreciable de prensa que les blanquea, la fraternidad de los votantes del PP y CIUDADANOS, permisividad judicial a discreción y manejan la nostalgia del régimen franquista como banderín de enganche.
Decía anteayer Rosa Regas que la mitad de los españoles están acogiendo con total naturalidad la posibilidad de un gobierno de ultraderecha. Y eso acojona aunque no sorprende.
Se les abrió la puerta con su legalización y se han convertido en ocupas del sistema a los que se ve con una mezcla de amor y odio entre los que hay un amplio espacio que va desde la inconsciente indiferencia hasta el apoyo vergonzante, pasando por el miedo aún fresco al terrorismo franquista.
Los cánceres no se tratan con homeopatía.
Bueno, Javier, habría que acordar que , precisamente, en uno de los extremos de los que hablas se encuentra el susodicho Pablo Iglesias. Siempre me han dado repelus las invocaciones a “rotundas condenas”, siempre vacuas y en general hipócritas y en beneficio de parte. ¡Fíjate que yo pensaba que todo el ruido generado en Hispanistan y más concretamente en nuestro pequeño negociado a cuanta de víctimas era de producción propia! Pues va a ser que no, ni en eso somos innovadores : todo forma parte de una nueva cultura, promocionada por la nueva izquierda, la cultura WOKE, proveniente ¡cómo no! de EEUU, que preconiza que el victimismo y el sentirse ofendido e indignado SIEMPRE DA LA RAZÓN, independientemente de los hechos objetivos. ¿Quién mandó las balas? Pues la verdad es que no lo sé, probablemente nunca se sabrá, pero el argumento de preguntarse “cui prodets” siempre es pertinente . Llueve sobre mojado y el precedente del “caso Dina” proyecta una sombra alargada. Como dicen las crónicas: “ Pablo Iglesias declaró en sede judicial que la filtración de los datos del móvil de Bousselham se debían al robo del móvil y se presentó como víctima de Villarejo. Esto choca con la declaración del exabogado del Podemos José Manuel Calvente, que ha asegurado que el partido sospechaba que esta filtración podía venir desde dentro de la propia formación, pero que se decidió culpar a las Cloacas del Estado para sacar rédito electoral. Y esta es la razón por la que el juez pidió que el vicepresidente fuera investigado por revelación de secretos y simulación de delito en el Supremo, lo que el Supremo ha rechazado”. Todo esto en plena campaña electoral de 2019.
Media España está cómoda con el apoyo de un partido que quiere echar tierra sobre 300 asesinatos sin resolver, que pone a asesinos como héroes… ¿Sigo?
¿Por qué creíamos que la glorificación de la violencia de los «buenos» no tendría efecto?
Legitimar escraches ha traído más de un año de escrachamiento a Iglesias. Reíre de los ataques a sedes ajenas porque era en nombre del pueblo… O relativizar las balas que recibió el PP y Cs ya no da tanta risa, ¿Verdad? Pero claro, siempre creemos que la legitimación siempre es nuestra.
Y cuando PP + Vox estén a tiro de cargarse el entramado institucional entero y monten para ello un pseudoreferendún sin garantías…¿Qué haremos? Ah, «noeslomismo»… claro, claro.
Buenos días, don Javier.
Al parecer, la lluvia que cala es la de la estulticia en los cráneos porosos. No se entendería de otra manera el mantener que los extremos se tocan colocando a Pablo Iglesias en uno de ellos en uno de los comentarios.
Nadie puede decir (si pretende que le tomen en serio) que PODEMOS aboga en cualquier punto de su programa nada contrario a la incompleta Constitución. Ni tampoco nada contrario a los HH.RR.
Todo lo contrario ocurre con el PP y VOX, que ni cumplen la Constitución y violan sistemáticamente los Derechos Humanos. Resulta pues una patochada ya expuesta en plumas de Libertad Digital, La Razón, Jiménez Losantos, etc. que al final, a los que sitúa en los extremos es a otros igual de fundamentalistas, no a Iglesias.
Produce también vergüenza ajena la sola insinuación de que se mandaran las balas ellos mismos con el torticero argumento de «cui prodest». El siguiente paso siguiendo esa lógica es suponer que la guardia civil se puso la bomba en Santa Pola, o en el cuartel de Zaragoza y que Ernest Lluch se suicidó. Y lo hicieron al albur de la cita latina (primeros esbozos de paranoia).
El remate es dar veracidad al robo del teléfono del caso Dina por el mismo PODEMOS o si se quiere Pablo Iglesias. Bueno, siguiendo esa deriva intelectual podremos dar por probado que una pareja de pingüinos se recorrieron andando desde la Antártida y atravesando el desierto del Sahara para poder embarcar en el arca de Noé.
El remate es dar por ciertas las declaraciones del abogado Calvente, cuando él mismo en sede judicial se desdijo de todo y que eran suposiciones propias.
Me extraña que esa lluvia no le haya calado al dueño del post hasta el punto de proponer a Miguel Bosé para el Nobel de Medicina.
Un saludo
¿Qué le está pasando a esta nuestra Sociedad de hoy?
Un virus microscópico ha puesto en jacke a todo el mundo.
Algún descerebrado ha alterado y monopolizado el desarrollo de la campaña electoral de Madrid, alterando la expresión máxima de la democracia, como es un proceso electoral.
Y esto con sólo con mandar media docena de cartas con balas o una navaja, lo cual , como dice Javier, es absolutamente intolerable.
¿Será que resulta fácil y barato convertirse en protagonista del momento?
¿No hay nada que nos defienda de estos descerebrados?
Bueeeeno, al final hay gente que confunde la ósmosis con el análisis. Pues si los neocomunistas de UP no son extrema izquierda entonces no sé, el PSOE es centroderecha y claro, de ahí para la derecha habrá que ir resituando a todo el espectro político. UP, de palabra como todos, acepta la Constitución del 78, el PP y VOX también, claro. ¡Hasta EHBILDU la acata! Otra cosa es que UP deje clara su animadversión al “regimen del 78” y su manifiesto propósito de arrumbar con el. Como diría un marxista: “las contradicciones mueven al mundo”
Yo lo que digo es que no tengo porqué creerle a Pablo Iglesias. Al fin y al cabo es un comunista declarado y para un revolucionario:”Hay que estar preparados para mentir, engañar, hacer operaciones ilegales, omitir o suprimir la verdad…” (Lenin. Obras Escogidas. Moscú 3.a edición 1935 XXV pág 199)
En cuanto al tfno. de Dina Bousselham, no es tanto el hecho de que Pablo Iglesias retuviese, sin su conocimiento, más de un año la tarjeta telefónica, sino que estando él en su posesion, montase otro circo mediático victimista acerca de del supuesto acoso de las CLOACAS DEL ESTADO, en plena campaña electoral de 2019, siendo como era plenamente consciente de que los tiros iban en otra dirección.
Las provocaciones en política no son “rara avis”. Desde el “telegrama de Ems” hasta el incendio del Reichstag, pasando por el hundimiento del acorazado Maine. ¡Ah! Se me olvidaba el abracadabrante autosecuestro del concejal Bartolin.
Pues sí. Hay quien está convencido de que habla con dios por las mañanas, y como ha leído en alguna galleta de la suerte que UP es neocomunista, pues sí bwana. O quizá porque le ha resultado graciosa su ocurrencia.
Para analizar hay que quitarse la venda, vamos a probar… Elecciones Generales de 2015 y PODEMOS obtienen 69 diputados. Según análisis de analistas analíticos, el 10% provenía del PP y prácticamente el resto de desmoralizados del PSOE. Es decir, el 100% de neocomunistas.
A lo mejor es por exceso de análisis, pero hay quien necesita que se le explique que el comunismo no es lo opuesto al fascismo (por lo de los extremos que se tocan). Lo opuesto al comunismo es el capitalismo (sooorpreesaaa). Y ya puestos a analizar mucho, mucho, llegaremos a la conclusión de que no ha existido ni existe ningún país que sea realmente comunista (ver la definición de comunismo en google).
Las cosas que son ciertas lo son. Lo diga Agamenón, su porquero o Pablo Iglesias. Resulta indiferente que alguien tenga la necesidad de creerlas para que resulten ciertas. Lo mismo al revés, las mentiras no dejan de serlo por muchas ganas que uno tenga de creérselas. «Hay gente pa tó» (Rafael el Gallo a Ortega y Gasset. Fiesta celebrada en un hotel de Madrid). A mí también me encantan las citas y esta queda como un guante.
El análisis de la tarjeta y las fechas en que se montó el SHOW. Después de un fino repaso a los datos, debió ser el juez «pepero» de PODEMOS – Manuel Gracía-Castellón el que abrió la causa para influir mediáticamente durante las elecciones. Realmente sagaz e intrépido Pablo Iglesias con semejante maniobra.
Y sí. Es cierto que las provocaciones en política son recurrentes, pero el ejemplo de las balas y Pablo Iglesias me recuerdan a mi cuando quería fastidiar a mis amigos, me quedaba sin comer kokotxas y no sabes la rabia que les daba. Oye, y no aprendían. Las veces que lo he hecho, pero no hay manera. Yo creo que les provoco muy bien (según tu lógica).
Gracias por tu paciencia, don Javier.
Yboncete, sin rencor, NO ENTIENDO NADA.