Malvenida, quinta ola

Estábamos tan contentos haciéndonos selfis mientras nos vacunábamos, que no la vimos venir. Pero ahí está la quinta ola, marcando una vertical endiablada que parece un calco de la etapa del Mont Ventoux que se va a subir hoy en el Tour. Sinceramente, hacemos el ridículo más espantoso si nos preguntamos cómo ha podido pasar. Las abrumadoras cifras cantan sobre entre quiénes y dónde ocurren los contagios. Y sin rascar mucho, hallamos también el porqué, que no solo reside en la irresponsabilidad inconsciente de ciertos jóvenes, sino en la evidencia de que hace unas semanas, coincidiendo con el fin del estado de alarma, se decretó el fin de la pandemia. Como en las primeras semanas la cosa fue bastante mejor de lo esperado, hasta los más cenizos nos creímos la fantasía animada. Poco tardó el virus en venir con la rebaja, enfundado para más acojone en una variante, la Delta, que parece que se transmite con la mirada. La gran faena es que esta nueva acometida nos pilla con moral negacionista, ríanse ustedes de Bosé. La asamblea de majaras ha decidido que, se ponga como se ponga la curva, nos toca sol y buen tiempo. No se aceptará de buen grado una vuelta de tuerca a las restricciones que no sea de cara a la galería. Como la insignificante marcha atrás decretada por Nafarroa a principios de semana o como los retoques testimoniales que probablemente aprobará hoy el LABI en la CAV. Personalmente, y a riesgo de ser tildado como revientaglobos, creo que no estaría de más curarse literalmente en salud y ponernos a cubierto a ver si escampa el aguacero de positivos de los cachorros de la manada. Ojalá su anunciada vacunación ayude.

7 comentarios en «Malvenida, quinta ola»

  1. Acojonadillo el alcalde de la Villa por si hay que tocar otra vez a la hostelería.
    «Sería doloroso» dijo compungido al mismo tiempo que pedía responsabilidad a la plebe. O sea, los de siempre la tendrán y los otros pues esta vez tampoco. Cambien de rollo y aflicción y cobren alguna multa al que se la merezca. Para variar. Para sermones están los curas.

  2. Para mi vacunar a esta manada de niñatos irresponsables antes de tiempo es como regalar casas a los ocupas para que no entren en la tuya. Es como darles un premio por mal comportamiento, mal ejemplo. En la próxima pandemia, que vendrá, es como señalarles el camino a seguir. Niñatos descerebrados e irresponsables un montón pero… tontos… no creo…. vamos.

  3. De todos modos tampoco deberíamos fustigarnos en exceso porque esto pasa en todas partes. Hasta en Israel. Y ya se sabe que mal de muchos consuelo de tontos.
    De cara al futuro que nos espera es muy interesante lo que pueda pasar con esta nueva ola estando un alto porcentaje de la población ya vacunada. Hasta donde yo sé los datos que llegan de Israel no son malos desde el punto de vista de las hospitalizaciones, aunque la eficacia de las vacunas en cuanto a evitar contagios baje notablemente. Los del Reino Unido asustaban más. Pero todo es provisional, por supuesto.

  4. Si no estuviera en juego la salud de la gente hay que admitir que todo esto es maravilloso…muy de Berlanga (que ahora sirve para todo).

    El Gobierno Vasco acaba de prohibir las «no fiestas’.
    O estamos ante una redundancia o se acaban de autorizar las «sí fiestas».

  5. ¿ Medidas más restrictivas ? No gracias. Ahora bien se prohiben los botellones. ¿ Pero no estaban prohibidos incluso antes de la pandemia ? Ez dut ezer ulertzen

  6. Le podemos dar al tema todas las vueltas que queramos. Le podemos acompañar de muchos y variados índices y datos estadísticos.
    Podemos echar las culpas a unos o a otros.
    Podemos decir que los que gobiernan lo hacen todo mal, mientras que los de la oposición tienen la solución perfecta para todo. Vale, pero… ¿eso soluciona algo ? Yo creo que no. La realidad va por otra camino. Hay un virus que no da tregua, que no distingue de edades, que al menor «descuido» se apodera de nosotros con la peor de las intenciones. Y ante eso yo sólo veo dos muros de contención: las vacunas y un comportamiento responsable de toda la ciudadanía.

  7. El relato ya ha cambiado de «no va a haber una nueva oleada de casos» a «es que no va a haber ingresos hospitalarios». Luego cambiará a «no va a haber muertes» y terminará siendo «son muertes asumibles». Esperemos. Porque, si bien es muy poco probable que surjan mutaciones, con tantos casos en juego, la posibilidad de que el virus se lleve el bote de superar la inmunidad por infección previa o por vacunación aumenta cada día.

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