Toc, toc. Lamento interrumpir el plácido goce y disfrute de lo que dimos en llamar, tomando prestada la expresión al portavoz de Lakua, Bingen Zupiria, “la vida de otra manera”. Que sí, que yo también he pecado. Desde el mismo día en que decayó el decreto de emergencia sanitaria y el LABI pasó a la reserva, todos nos entregamos a la recuperación del tiempo perdido. Ya antes habíamos ensayado, pero en cuanto se cortó la cinta imaginaria, redoblamos nuestro ímpetu. Nos hicimos creer que llevábamos centurias de hambre atrasada y nos dispusimos a ajustar cuentas como si literalmente no hubiera un mañana ni un pasado mañana. Las mascarillas van desapareciendo del paisaje y nos arracimamos con el prójimo como no hacíamos antes de la irrupción del bicho. ¿Qué puede salir mal?
Pues, de momento, parece que todavía nada demasiado gordo. Estamos a tiempo de levantar el pie del acelerador vital. Sepan solamente que nuestra comunidad es una de las seis en las que el virus está técnicamente en expansión. Hemos pasado del verde al amarillo en ese mapa que hace no tanto escrutábamos con ansiedad y ahora pasamos un kilo y medio de mirar. Bien es cierto que algo de culpa tienen las autoridades que, por algún motivo, han considerado que ya no es necesario aportarnos los datos diariamente. La traducción de ese mensaje entre una ciudadanía con ansia de sepultar en el olvido este año y medio de limitaciones es que la pandemia está superada. Ya estamos viendo que todavía no podemos cantar victoria, pero por desgracia, parece tarde para dar marcha atrás. A lo bueno nos acostumbramos pronto.
Pues sí, poco más que decir. Un consejo, miremos al este, observemos lo que ocurre en Rusia. Ya, el porcentaje de vacunación es mucho más bajo, sobre el 30%, pero ¡ojo!
¿Y si no es culpa de nadie en concreto, sino que simplemente estamos inmersos en una sociedad de pocas luces ?
Socializar, terracear poner el codo en la barra, bailar y buscar las aglomeraciones cual ovejas huérfanas son los DDHH que tanto pedíamos. Ahora a acojonarse un poco o carpe diem. A elegir.
«El hombre (y la mujer) es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra. Cierto como la vida misma.
Y no es para felicitarnos precisamente. Salimos de la quinta ola de la pandemia, podemos ir normalizando nuestra vida social, y nos olvidamos, inmediatamente, de lo que hemos vivido y de los que no han sobrevivido. Y ala, barra libre para el jodido coronavirus. Y a esperar la sexta ola. ¡Pero qué tontos somos! No aprendemos.
Y tengo muchas ganas de equivocarme con esta predicción tan negativa, pero como no cambiemos algo de lo que estamos haciendo, nos veremos en la sexta ola. Que nos vaya a todos lo mejor posible. Es mi deseo.
Tenemos que acostumbrarnos a convivir con el virus y a no bajar la guardia
Por el momento no se sabe cuánta inmunidad y para cuánto tiempo nos dan las vacunas . Esperemos que salgan fármacos eficaces rápido para que quede como la tuberculosis , entre nosotros pero controlada .
Itzi, no sé si me gusta el ejemplo que pones. La bacteria que causa la tuberculosis está siempre a un par de pasitos de ser resistente a todo lo que tenemos desarrollado y ser directamente incontrolable (porque con ella no hay duda ninguna de que se transmite por aerosol y muy bien, gracias).
En realidad, nos hemos acostumbrado a creer que tenemos a los microorganismos a ralla y… nada más lejos. Hemos tenido suerte de que las pandemias ctuales (VIH, Hepatitis, malaria… seguro que me dejo una lista la mar de larga) en general se transmiten por sangre y no por vía de aerosol.
Pero ya hemos visto que esa suerte puede evaporarse en cualquier momento.¿Y qué hacemos? Olvidarnos de ello y seguir con nuestra vida. Hasta la próxima, que podría ser una enfermedad igual de contagiosa pero que se llevara por delante a un quinto de la población…
A raya*
Todos los virus pueden ser peligrosos
He puesto el ejemplo de la tuberculosis porque fue muy mortífera hace no muchos años ,Hoy en día también hay casos y claro que podía hacerse resistente a los actuales tratamientos ,pero por el momento se trata bien ,ojalá que tengamos pronto tratamiento eficaz para el covid . Lo dicho ,mientras tanto muchísima prudencia . Parece que la teoría ya la sabemos casi todos pero se nos olvida en cuanto de fiestear se trata .