La Ertzaintza tiene la convicción de que la mujer que denunció haber sido víctima de una agresión a manos de cuatro jóvenes en Gasteiz el pasado 24 de octubre se lo ha inventado todo. De hecho, el Departamento de Interior ha interpuesto una denuncia contra ella por haber incurrido en una simulación de delito, algo que está gravemente penado. Antes de que se sulfuren, antes de que se rasguen las vestiduras por la enésima tropelía del heteropatriarcado institucional respirando a pleno pulmón, les aportaré un par de detalles. Uno, la denunciante, de nombre Begoña, fue militante de Vox. Dos, los señalados como agresores son “cuatro magrebíes”. ¿A que cambia el cuento? Y tanto. Sin necesidad de conocer más datos, ya sabemos (yo, por lo menos, albergo pocas dudas) que se trata de un montaje intolerable motivado por el odio y con fines rastreramente politiqueros.
Lo tremendo, si lo piensan, es que se tengan que dar esas circunstancias tan concretas para que lo veamos así de claro. Y que nos atrevamos a señalarlo sin temor a pasar por cómplices o desalmados justificadores de la violencia contra las mujeres. ¿En qué lugar quedan las consignas facilonas en este caso puntual? Decir que llueve no es manifestarse partidario de la lluvia. Solamente es constatar un hecho. Por eso me quedo con lo que ha dicho la consejera Beatriz Artolazabal. Si todos los escalofriantes y contundentes indicios de falsedad se confirman, las mayores perjudicadas serán las auténticas víctimas. Ojalá fuéramos capaces de ver la aplastante obviedad de la declaración más allá de las siglas, las filias, las fobias y los intereses.
Parece que en política todo vale para «hacer caja» (léase «hacer urna»). Si hay que mentir, se miente. Si hay que hacer falsas acusaciones, se hacen. Si hay que hacer falsas denuncias contra determinadas personas o colectivos para aumentar el odio y el rechazo contra ellos, pues nos inventamos falsos delitos , y tan contentos.
Pues no, por ese camino vamos mal. Y es que la buena fe de la ciudadanía se ve defraudada y eso provoca, o debe provocar, el rechazo hacia quien práctica esta forma de hacer política, y la utiliza para reforzar sus postulados que, aún siendo ciertos en algunos casos, pierden toda la fuerza de la razón.
Como si los delitos reales no fueran suficientes en numero y gravedad, para tener que inventamos otros falsos. ¿Será que quienes hacen estas cosas no son capaces de hacer nada mejor? Pues si es así, a no olvidarlo y tenerlo muy presente para que no se cumplan sus deseos últimos de «hacer urna» en unas próximas elecciones.
Entono mi mea culpa en clave de pifia sostenida por haber descargado mi cabreo en este caso contra los magrebíes. Metedura de pata.
Hay que estar muy zumbada presuntamente para hacer lo que presuntamente ha hecho esta presuntamente simpatizante de VOX. Quizás se ha limitado a llevar a la práctica las consignas diarias de odio que esparcen sus gurús políticos.
Nadie debe poner en el mismo plano a las mujeres víctimas de delitos de violencia de género y a esta individua. Delitos a los que por cierto, sus gurús no le dan importancia, llamándoles de otra forma para descontextualizarlos e incluso ridiculizarlos.
Lo que nos llega a hacernos reflexionar, que la famosa frase (entre otras) de la flamante ministra de Igualdad de que a la mujer hay que creerla SIEMPRE y sin duda. No debe ser así.
Cualquier mujer puede ser agredida sexualmente. Y el pertenecer a un partido o colectivo no la exime de ello, como tampoco de presentar denuncias falsas.
El día que dieron la noticia en el teleberri (sin mención a la antigua militancia de la víctima ni a la nacionalidad de los supuestos agresores) comenté a mi mujer que cantaba a bola a kilómetro. Eso de que «ni te vamos a violar ni robar, solo te vamos a romper esa cara bonita» o algo así, unido al momento en el que gritó «papa!!» y los agresores huyeron….en fin. Pensé que a saber como se había producido las heridas y que no querría decir la verdad en su entorno o yo que sé y se inventó la película. Al de poco, claro, imágenes de políticos etc ante las cámaras mostrando «su más enérgica repulsa». Eso sí, de legislar «en caliente» nada porque la reinserción y tal pero que no le pase a mi hija (con la boquita peque´ña)….
Bueno, todo en orden hasta que nos enteramos que, efectivamente, parece que la poli ratifica la milonga. Y aquí es donde me mosqueo un poco porque uno está hasta el gorro de que le traten como a un niño, y ahora meto en el saco a los medios de comunicación que intentan comunicar lo que interesa al buenismo rampante; si no me informan en su momento ni de la antigua afiliación de la «víctima» ni de la nacionalidad de los «agresores», por qué lo hacen ahora?, si no tenía relevancia informativa entonces, por qué la tiene ahora?. Pregunta retórica.
¡Ah! ¿Que una mujer puede mentir? ¿O solo las “simpatizantes” de VOX? El individuo que denunció la agresion homofoba en Madrid ¿también era simpatizante de VOX? Bueno, a este paso vamos a tener que volver a editar la famosa frase de Carmen Calvo: “las mujeres deben ser creídas SI O SÍ “ ((salvo que se sospeche que no son simpatizantes del “progresismo” imperante, añado). Si esta buena mujer se demuestra que ha simulado la agresion, pues a “empapelarla”, pero no por ser o haber sido simpatizante de un partido determinado. Por cierto, creo que existen dos figuras delictivas diferentes para esos casos, la “denuncia falsa” y la “simulación de delito”, que tienen diferente tratamiento penal.
Espero con especial curiosidad el pronunciamiento de la autoridad judicial al respecto de ambas demandas, la formulada por la presunta atacada, y la interpuesta por la Ertzaintza contra ella. Nos dará la exacta posición del poder judicial ante las actitudes de Vox y sus amiguitos.
Realmente delicado tratar un tema así. En primer lugar por la presunta «víctima», porque a estas alturas cuesta creer que una mujer denuncie falsamente una agresión. Después está la Ertzaintza, que considero que está tremendamente sensibilizada con la violencia de género y por lo tanto no tendría sentido que pusiera una denuncia contra la presunta «víctima» si no tuviera datos concluyentes.
Si al final se demostrara que la denuncia es falsa y se ha realizado por motivos meramente sociopolíticos, creo que no sería más que una demostración más de lo que Vox representa en nuestra sociedad.
Pero cuidado, sabemos que hay un importante porcentaje de inmigrantes que no tiene interés en integrarse en nuestra sociedad y eso está creando conflictos. No se trata de señalar a nadie en concreto, somos muy de defender a ciudadanos que han venido del Sahara o de Palestina (por cuestión política) frente a los de Marruecos, por poner un ejemplo, y hay que dejar claro que las personas no son buenas o malas porque vengan de un sitio determinado. Por cuestiones de trabajo me ha tocado tratar con personas de distinta procedencia y a veces te llevas sorpresas, unas para bien y otras para mal.
Llueve sobre mojado, recuerdo a la parlamentaria de la mercromina por pedrada inexistente en Sestao, esta gentuza estan enfermos de odio y son socialmente un desperdicio. Begoñita se autolesiono » esa cara tan guapa». Imagino que la Consejeria de Interior como cuando se produce un rescate en montaña, etc, les pasara los gastos de la investigacion , tocarles el bolsillo les fastidia bastante a esta gente.
Según los videos que maneja la Ertzaintza, la moza iba «afectada» porque se tambaleaba y se chocó ella solita con una papelera.
Menuda moskorra que llevaba la niña.
Me recuerda a aquel periodista facha madrileño que desapareció, se activaron todas las alarmas por posible secuestro de ETA y apareció trompa en una «casa de placer».
Bueno, a mi me parecía raro que los magrebíes hubieran hecho eso porque, de hacer algo, no me hubiera extrañado un acoso o una violación o algo parecido, como los que no fueran magrebíes, vaya, en eso no hay distinción, para mi, digo. Eso del racismo anti-occidental por no llevar velo lo veía extraño. Siempre que lo he oído me han parecido tonterías voxeras. Si los musulmanes se ponen esas cosas porque los poderes les obligan en sus países. Si vienen aquí para escaparse de esas mierdas, entre otras cosas. Más raro me parecía que hubieran dicho que la cara de esta tipa era bonita, no, ahí no paso… Bueno, en fin, que hay que estar enfermo de odio para llegar a desfigurarse la cara para lanzar una falsa acusación destinada a propagar dicho odio. ¿Y si alguno hubiera decidido tomarse la justicia por su mano contra la comunidad musulmana, qué? Veo simulación de delito y delito de odio. Con la ley de partidos en la mano, se podría ilegalizar Vox, si los jueces mismos no fueran de Vox, digo.
Lo que sucede es que esta señora, si es verdad que iba afectadilla y con dificultades para mantener la vertical, se le puede acusar de lo que penalmente constituya delito, pero no sé si de odio, en este caso, que es un baúl increiblemente hondo y con más aistas que un espino.
Veamos si la señora se ha dado un leñazo y aprovechando que el Pisuerga, etc…o es un montaje previo y con consignas aprendidas desde su expartido y en ese caso, más daño que a la imagen de los magrebís se le hace a la mujer apaleada, violada, vejada y otros participios repugnantes que los abascálidos ( y muchos más que aún no se han quitado la careta) niegan o ningunean, extendiendo siempre una sombra de sospecha por cada denuncia de una mujer si ésta no aparece con la cabeza bajo el brazo para demostrar que efectivamente, es una víctima de violencia de género.
Tendríais que oir en algunas tertulias no oficiales, por ejemplo en comidas familiares, reuniones de amigos, etc, cómo ese mensaje constante y machacón de «es que hay muchas denuncias falsas» ha conseguido calar, no sé si por méritos del marketing misógino o por que hay gente dispuesta a creerse todo lo que confirme sus propias ideas (o miserias).