Tenemos bandas sonoras para elegir. Podríamos tirar por Albert Hammond (“Échame a mí la culpa de lo que pase”), aunque somos más de Def Con Dos (“La culpa de todo la tuvo Yoko Ono”) o de Gabinete Caligari (“La culpa fue del chachachá”). No somos nadie señalando con el dedo, cuando en el caso que nos ocupa, el sexto subidón de contagios, no parece que sea ni justo ni acertado atribuir la responsabilidad a un solo elemento.
Ni siquiera es atinado centrarse en exclusiva en los que insolidariamente no han querido vacunarse, aunque estén documentados como fuente principal del aumento. Son solo una parte de la explicación, a la que no somos ajenos los que sí hemos pasado por los dos (o según casos, tres) pinchacitos. Que tire la primera piedra quien no haya bajado la guardia en la calle, en los bares, en el curro o en casa. Tampoco ganamos nada fustigándonos o, más hipócritamente, afeando la conducta de nuestros congéneres mientras nos damos por absueltos.
Y en cuanto a las autoridades sanitarias de distinto ámbito, desde el local al planetario, ya he escrito aquí mismo que no se libran de su cuota, sobre todo, por haber contribuido a difundir la idea de que habíamos superado la pandemia. Pero hasta ahí. Es de un ventajismo atroz que los partidos de oposición (me da igual dónde) se obstinen en aprovechar que pintan bastos para convertir en pimpampum a los gobiernos de turno. Máxime, si desde el minuto uno de la irrupción del virus, estas formaciones han actuado de doctores Tragacanto de aluvión y han ido pifiando cada uno de sus vaticinios apocalípticos.
Si nunca hay un responsable de nada pues nada, hagamos un exhaustivo examen de conciencia incluso los cagones como un servidor, más sumiso con las medidas que una oveja con su pastor y su perro.
Cuando era pequeñajo y los curas me obligaban a confesarme antes de que me administraran la correspondiente hostia, tenía hasta que inventarme alguna pijada para que el bendito confesor me hiciera rezar tres avemarías por lo menos. No hagamos acopio de piedras para lapidar a nadie y reconozcamos el daño causado aunque no sepamos cuál coño ha sido
Culpables no, lo que hay que buscar son las causas de los datos negativos con el objetivo de mejorar. Eso es algo que se hace siempre, o se debería, si no estamos siempre a la defensiva. Culpable sería si alguien ha cometido un hecho reprobable que, en este caso, no parece.
Pues yo sigo con lo mío. El culpable es el virus.
A mí también me resulta poco comprensible que alguien pensara que se había superado la pandemia en el sentido de que…de repente…¡ale hop! ya no hay virus o hay un número residual de casos que se mantiene así de residual siempre.
Eso ya se nos dijo que no iba a suceder. Se nos dijo que una vez que aparecen…cuesta décadas erradicar estos virus.
¿Qué hacemos? ¿Vamos a estar décadas restringiendo nuestro modo de vida cada mes y pico ante picos de incidencia?
Pues para eso se ha hecho un titánico esfuerzo de vacunación, para que la amenaza del virus sea tan relativa como la de la gripe estacional de todos los años (que, insisto; lleva décadas matando a unos cuantos miles de personas todos los años, pese a las campañas de vacunación, y no recuerdo que nos encerrásemos en casa, cerrásemos bares, suspendi`´ésemos actividades, etc, etc.
Que iba a haber un gran aumento de la incidencia era algo de una certeza del 100%. Si ello iba a provocar volver a la psicosis y a las restricciones, entonces sí, entonces el error fue dar por terminada la emergencia sanitaria y levantar restricciones.
Si el aumento de la incidencia a estos niveles (150 casos por cada 100.000 habitantes ¿es tan exagerado?) nos lleva de nuevo a la psicosis y a condicionar nuestras vidas…pues bien….manténganse en los próximos años y lustros las restricciones sin relajarlas porque vemos que en cuanto se relajan sube la incidencia…y así asumamos que esa va a ser nuestra vida durante años y años.
Lo que pasa es que yo eso no lo veo. No creo que esté justificado. Repito, no había duda de que la incidencia iba a crecer de forma importante. La duda era si psicológicamente íbamos a aguantar el tirón y si los gobernantes iban a mantener la cabeza fría y no hacer cálculos sobre costes políticos de que les acusen de no hacer nada.
Duda despejada; no hemos sido capaces.
¿Me podría alguien explicar porqué Gibraltar, con más del 99% de ciudadanos vacunados se encuentra en una situación bastante delicada (como nosotros, vaya) y en cambio la India, con 27% de vacunación se encuentra mucho mejor, en proporción, claro?
Parece que en Euskadi y Navarra el seguimiento de los casos es más exhaustivo ,Hoy mismo se han realizado muchas PCR con el consiguiente rastreo de casos muchos asintomáticos y hay mucha incidencia en niños y jóvenes no vacunados ,por eso suben tanto los casos y todos sabemos que cuando hay mucha incidencia también hay más posibles ingresos . En la India pueden tener un caldo de cultivo enorme y no se enteran mientras no se mueran ,ya les paso la vez anterior .Los vacunados también pueden dar positivo ,pero la vacuna reduce considerablemente la gravedad y los ingresos .
Perdona , Itzi, en la India, hace unos meses, cuando la gente se moría a carretadas, se enteraban, vaya si se enteraban. Es más, nos enterábamos todo el mundo. ¡Ya está bien de este racismo “blandibu”, de decir que estos pobres nativos, a los que tanto queremos, parece que nos es enteran! La India es un gran país, probablemente uno de los llamados a liderar a corto plazo la economía mundial. Tiene una gran parte de su población más que preparada; en informática nos dan vuelta y media a nosotros. Así que menos paternalismo y más autocrítica.