No hace ni una semana celebré aquí mismo lo que me pareció una acogida ilusionante al borrador de la ponencia parlamentaria para ir construyendo una ley vasca de Educación. Lo hice venciendo mi natural escepticismo, y ya voy viendo que mejor me habría callado. Conforme han pasado los días, han ido llegando los desmarques en una amplia gama que va desde la tibieza a las cajas destempladas pasando por los que no se sabe si quieren hacerse de nuevas o los interesantes. Para nota (mala nota, de insuficiente a muy deficiente), lo del PSE de Eneko Andueza y el profesor Retortillo reclamando a buenas horas mangas verdes que primero se hable entre los socios de gobierno y luego, ya si eso, se les eche el alpiste a los demás partidos, a los sindicatos y a la comunidad educativa en toda su amplitud a ver si tragan. Si fuéramos nuevos, quizá no viéramos que la reacción atiende, además de al clásico ataque de cuernos, al tembleque de piernas porque desde una caverna les acusan de ser cómplices del apartheid del castellano y desde la otra, de echar carretadas de pasta a la concertada y asfixiar a la pública.
Tampoco quiero pasar del optimismo del martes pasado al cenicismo total, pero algo me dice que en lo que queda hasta que se entre en la fase decisiva se van a ir ahondando las diferencias. Algún día tendremos que hacernos mirar el vértigo y el miedo al qué dirán que nos provocan los acuerdos plurales de verdad. Con todo, no quiero dar este envite por perdido. Y como les digo una cosa, les digo la otra. Ayer EH Bildu, la segunda fuerza del país, mostró (creo que sinceramente) su disposición a buscar el consenso. Ojalá cunda.
También hay vértigo a los acuerdos entre semejantes después de años de buscar el acuerdo entre diferemtes. O así.
Uyuyuyyyyy… que ya estamos con lo del «euskera en libertad». Ya tenemos a Retortillo, Un tal Unzalu no debe andar lejos.
Y digo yo, una cosa es consenso y otra derecho a veto. Yo consensuaría entre las dos primeras fuerzas de la cámara vasca, me arreglaría con las ikastolas, con los sindicatos representativos,con la pública y asociaciones de padres y al parlamento a no mover ni una coma y a votar. Y punto.
Pocas cosas concitarán el consenso. Yo observo que, en cuanto hay más de dos personas, es difícil hasta para poner un menú en una sociedad. Si hay diez, imposible. Si esperamos que un partido españolista se pueda sumar al consenso de una escuela pública vasca al estilo de lo que pretendían los partidos abertzales, es darles poder de veto y que nunca se llegue a ninguna parte. En España, PP hizo su modelo educativo y el PSOE el suyo y no se pusieron de acuerdo. Lo mismo ha pasado en otros países ¿Por qué tenemos que ponernos de acuerdo los vascos? Nos pasamos de buenistas. Los abertzales queremos euskera, los españolistas lo odian. La derecha quieren una escuela pública raquítica porque, total, si los puestos relevantes los ocuparán los niños bien y ellos pueden pagarse la privada ¿para qué quiere estudiar la chusma? ¿para trabajar en el torno? Y la izquierda, que sueña con la igualdad de oportunidades en un mundo donde eso es imposible ¿en qué puede ponerse de acuerdo con la derecha? Ya me parecía a mi raro que el PSE se hubiera sumado a un acuerdo de dos partidos abertzales.
El nuevo Mendia quiere ser muy visible y guerrero y torpedear al PNV que mira que les ha dado oxígeno pero así son ,ellos muy poco fiables .
Ahora dirán que tienen que defender el castellano y saldrán otra vez sus complejos a flote . Porque siempre como
partido centralista que es mirará para España ,