Pues se siente, pero no. Miren que es un tipejo capaz de lo peor, pero el presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, no dijo que no abría los comedores escolares en Navidad porque no quería fomentar la obesidad infantil. Soltó, sí, la chorrada demagógica de que entre los niños madrileños el mayor problema relacionado con la nutrición es el sobrepeso, pero no estableció relación de causa-efecto con la no apertura de los comedores. Eso fue cosa de un titular de los de buscar clics y retuits a tutiplén, y de hecho, la información contenía el video donde cualquiera que acudiera sin anteojeras podía comprobar el tirabuzón que se había largado el redactor. Ni por esas: a González le cayeron bofetadas a mansalva por algo que, por una vez, no había dicho.
Otro bocachancla de tronío, el ministro español de Interior, Jorge Fernández, se ha visto en una calcada. Quedará para los restos en las hemerotecas que el otro día espetó a los que critican las devoluciones de inmigrantes en caliente: “Que me den la dirección y les mando a esta gente”. La cosa es que el entrecomillado no es mentira del todo, sino algo peor, una media verdad. El ministro lenguaraz pronunció, en efecto, esas palabras, aunque no exactamente en el orden en que se transcribieron, y en compañía de otras que matizaban bastante el mensaje. Igual que en el caso anterior, hay un video para hacer la prueba del nueve… si no fuera porque la sugestión colectiva consigue que se oiga lo que se pretenda.
Sé a lo que me arriesgo con estas líneas y lo asumo. Simplemente, no me gusta la mentira. Ni siquiera cuando va a favor de mis causas.
Gracias por tu honradez. No comparto algunos de tus puntos de vista ideológicos. En otros incluso soy de lo más opuesto…
Pero en este que has relatado («no me gusta la mentira. Ni siquiera cuando va a favor de mis causas») estaremos codo con codo.
A terminar como empecé: Gracias por tu honradez. Así da gusto
Totalmente de acuerdo Javier, no a la mentira, ni a medias verdades. Muy común en el periodismo, resaltar o dar vuelta a frases hasta cambiar el sentido original o su contesto. Recuerdo que esta practica fue muy utilizada por cierta prensa en tiempos de Arzalluz para desprestigiarle.
La cosa, que estamos tan acostumbrados a que estos personajes digan cosas parecidas, que no nos llama la atención .Estas mismas frases, serían impensables en boca del Padre Angel o de algún representante de la Cruz Roja…por ejemplo.
Y la recosa, es que los comedores seguirán cerrados, y los inmigrantes serán devueltos.
Lo que no entiendo es porque no se relaciona la obesidad infantil y el sobrepeso con la pobreza, qué lo es; y porque se dice devolución en caliente, con el frío que pasan colgados de la verja.
Y no miento, que conste 😉
Por más brillo que le saques a tu inmaculada pulcritud deontológica, a tu puritanismo moral y a tu efigie de campeón del fair play versallesco, tu agotador fiftyfiftysmo equidistante con semejantes piezas de por medio, me carga hasta los topes.
Quieres decir que la mentira es un arma revolucionaria, Guillem, ya te entiendo. Y si te carga eso que dices, la solución es tan fácil como no leer. Y qué puta mançia con confundir ecuanimidad con equidistancia.