Qué miedo. PP y PSOE dicen haber alcanzado un pacto de Estado —cómo les gusta el chuntachunta— para luchar contra el terrorismo yidahista, que como el tractor amarillo de la canción pachanguera, es lo que se lleva ahora. En el primer bote, a uno le entra una ternura infinita al contemplar de nuevo a los tortolitos del bipartidismo haciendo manitas de gran coalición en lugar de fingir (mayormente por el lado sociata) que no se tragan. No es que hiciera mucha falta dar más pistas, pero la estampa es el trailer de la película que probablemente veamos no andando muy tiempo, con Pedro y Mariano aparcando diferencias en aras del interés nacional, o sea, el de la docena corta de intocables del régimen del 78.
Y yendo al meollo, se le ponen a uno los pelos como escarpias recordando lo que ha ocurrido cada vez que los partidos turnistas se han sacado la foto de la unidad sin fisuras contra el terrorismo. Ilegalizaciones de siglas y personas, encarcelamientos porque sí y porque también, arbitrarios cierres de medios de comunicación y, para no hacer interminable la lista de daños, la burla sistemática de los derechos civiles y humanos más elementales. Algo que llega hasta hoy mismo, como estamos comprobando.
Un objetivo loable, hacer frente al terror, funcionó como pretexto para mil y una injusticias practicadas desvergonzadamente que, para colmo, no sirvieron de nada en la batalla original. Cuando todavía no hemos superado las perversas consecuencias del Todo es ETA acuñado por el hoy héroe de progres Baltasar Garzón, parece que quieren instalarnos en un Todo es yihad que no es precisamente tranquilizador.
Desde mi sincera y enciclopédica ignorancia en materias legales, sobre todo penales, pregunto ¿Hay algo que practiquen los de la yihad que no esté contemplado ya en el código penal? ¿Qué materias quieren regular en investigaciones sobre conspiraciones, reuniones, estructuras asesinas, incluso apoyo ideológico y financiero a bandas organizadas y grupos terroristas, que no estén reguladas en las distintas vueltas de tuerca practicadas desde el 2.011, para que se tengan que poner de acuerdo -no distraigamos el ojo- para parir una ley orgánica?. Me suena a derechos fundamentales y no precisamente para ensancharlos. Y también me suena a que lo quieren hacer antes de perder los 3/5 del Congreso.