Enorme lección de dignidad de las personas mayores. Han llenado el asfalto del que tantas y tantas mareas se habían ido retirando desde aquellos tiempos nada lejanos en que nos prometían no sé qué estallido social y no sé cuál estrepitoso derrumbamiento del sistema. No es improbable que de aquí a unas vueltas de calendario, ocurra lo mismo con estas protestas que hoy ocupan las portadas y las tertulias. Pero que les vayan quitando lo bailado a quienes han conseguido volver el foco sobre ellos después de años de ninguneo y desprecio.
Ya están tardando las peticiones de perdón de la panda de oportunistas que estos días, y particularmente ayer, se les pegan como lapas para salir en una foto. Hay que tener el rostro de mármol negro de Markina para sumarse a la fiesta después de haber acusado a los viejos de ser el freno que impide la victoria en las urnas de las fuerzas redentoras. Repasen lo que se ha dicho y escrito tras las últimas citas electorales, y verán cuántos de los actuales abrazadores de abuelitos les deseaban que la fueran diñando.
Y para los aguerridos dirigentes sindicales, igual de obediencia tiria que troyana, negociadores o confrontadores, una peineta como la de los carteles que exhibían los manifestantes. Sabemos lo que han hecho en los últimos cien otoños calientes: pasar un kilo de quienes técnicamente habían dejado de ser trabajadores y, en consecuencia, de pagar las cuotas de afiliación. Claro que de sabios es rectificar. Tienen toda la vida por delante, pero empezando hoy mismo, para concentrar sus esfuerzos de lucha en los pensionistas que son y en los que ojalá lleguemos a ser.
La solidaridad intergeneracional es la caña. La misma generación que infló la burbuja hasta límites astronómicos, la misma generación que ha seguido votando a los que permitían recortar los derechos de los trabajadores. La que nos ha convertido a los nacidos de los 80 para aquí en prácticamente siervos, camareros y becarios.
¿Me viene ahora hablando de chorizos? ¿Esa generación?
«Joder. Son nuestros padres.»
Y nosotros somos sus hijos. No les ha importado denegarnos el acceso a la vivienda, no les ha importado pasar de nuestros problemas.
Se recoge lo que se siembra.
Sí, ha sido una gran lección, ahora solo falta el sobresaliente. Este llegará si se forma un nuevo partido político que rompa los esteorotipos de los actuales, si no es así la lección no servirá para nada.
40 años de falsas esperanzas baldías tienen que empezar a cansar.
Veremos que opinan los apoltronados al empezar ver su culo menos imantado y empezar a despegarse de sus ricos y cómodos sillones.
Precisamente porque hasta ahora han vivido plácidamente. Con sus sueldos de fin de vida laboral bien hinchados, su blindaje y su casita bien pagada, con una segunda más veces que no… y sus pensiones, que, a diferencia del mojón que ha subido la capacidad adquisitiva de la generación siguiente, hasta el año pasado se actualizaba puntualmente con el IPC.
Los baby boomers podrían haber arreglado este problema. Se llamaba, compartir y respetae con la siguiente para evitar el colapso. En lugar de eso, votaron lo que les convenía a corto plazo, se negaron a cambiar y ahora nos piden solidaridad.
Mi respueste es NO. Me niego a ayudar a una generación que se negó a hacerlo en su maldito momento.
Y no me vengáis «es que mantienen familias». Si hubieran ayudado en su momento, no necesitarían mantener nada.
De verdad, espero que lo vuestro al comentar sea sarcasmo, porque si no es así, más cortos no nacéis ni de encargo.
Corto de miras es no ver que la generación que sale ahora ha subastado y liquidado las posibilidades fututas. Como me parece muy bestia hacerles lo mismo y confiscarles las propiedades inmobiliarias, mi solución: ajuste de las pensiones altas para alinearlas con lo que ganan en activo. Hablando en plata, que las que suban con el IPC sean las pensiones por debajo del SMI. El resto puede «arrimar el hombro» o buscar «otros complementos». Como por ejemplo movilizar propiedades.
¿Brutal? Tener una puñetera generación fuera del mercado del trabajo y especular con la vivienda es lo que tiene. Que te termina por arrancar un trozo de trasero de un mordisco.
Será lo que has visto en tu familia, porque yo conozco a muchísima gente como yo, que lo único que tienen es un piso, con suerte de renta antigua, y una pensión de 587€ mensuales. Después de haber trabajado toda la vida, y sacado adelante 4 hijos, yo solita.
Me fui al paro con 38 años (cerró la empresa), he cotizado más de 40 años entre trabajadora por cuenta ajena y autónoma, porque a los 38 años y con cuatro hijos no interesas a nadie: «Si, está usted preparadísima, pero cojo a alguien de 18, le puedo pagar una miseria, y además, lo/a puedo moldear a mi gusto», y como yo, miles y miles.
Para oírte decir bobadas de burbujas e insolidaridades de los de mi quinta ando yo.
Y ni se te ocurra hacerte el lumbreras y decir que: «A lo mejor, no he sido buena administradora».
Impresionante lo que leo: Una generación se ha cargado a otra.
Es decir la crisis ha sido de una generación contra la otra (?).
La crisis la ha provocado la misma generación que ahora dice que ya hemos salido: Se han cargado a gente de su propia edad, a más jóvenes y a mayores que ellos. Las consecuencias son distintas en cada generación: los jóvenes sin empleo y salarios bajos, pero los de mediana edad, también con la economía maltrecha y sin futuro, y los viejos con la pensión reducida. La vida se ha devaluado para todos, las diferencias enormes entre una minoría rica y una mayoría necesitada no tiene que ver con la edad. La proporción de la renta del trabajo con relación al PIB, que ha bajado unos 10 puntos y es la más baja de la UE15 recoge a todas las generaciones. El desfalco producido en la caja de las pensiones por aquellos mismos que varían la Constitución para atender antes a la deuda pública que a sus obligaciones con los mayores no lo han hecho pensionistas. ¿Cómo es posible que caigan algunos en la trampa de pensar en luchas generacionales?
Freud haría una tesis sobre ciertas afirmaciones que he leído aquí.
Tremendo alegato especial. Lo malo es que vale estadísticamente… nada. Como está formada, daré por supuesto que sabe la diferencia entre media, mediana, moda, desviació estándar. Estadística bayesiana.
Y la estadística es clara. Las personas de tu «quinta» (mejor dicho, baby boomers en general) se lo han llevado calentito. Puedes dar ejemplos virtuosos que seguro que los hay.
Como habrá ejemplos virtuosos de las siguientes generaciones intentando paliar los devastadores efectos de las reducciones de pensiones.
Pero como generación nos acusarán de tirar a la basura a la anterior. Y tendrán razón. Porque no nos queda más maldito remedio so queremos evitar que todo el sistema se vaya al guano.
¿Crees que me gusta? Pero entre arruinar todo el sistema… y arruinar dos generaciones (incluyendo la mía)… ¿Qué es mejor? Una generación a la que se le llena siempre la boca de futuro y habéis invertido en ladrillo muerto.
Para aclarar: Me refiero al desfalco de la caja de pensiones porque de eso iba el artículo, pero también ha habido un desfalco en la atención sanitaria, en la educación pública y concertada, y en las nóminas de los empleados públicos y privados, en la renta de los autónomos y en la atención a los mayores y parados. Y lo desfalcado no está en el bolsillo de los que protestan. Se lo han llevado crudo los que tenían poder para llevárselo crudo, estos pertenecientes a varias generaciones (Baby Boom, ochenteros y casi millenials)
Y los que se manifiestan lo hacen por todos porque nos afecta o afectará a todos.
El resto, que no se manifiesta, parece que además mira al dedo en vez de a la Luna.