Agradezco a mi pereza para meterme en según qué charcos haber llegado hasta hoy sin escribir una línea —¡Vamos, es que ni un mísero tuit!— sobre la posibilidad de que todos o alguno de los vomitivos componentes de La Manada sevillana fueran entrevistados previo pago en determinado programa de la teleinmundicia matinal. Esa modorra vecina del instinto de conservación me ha servido para llegar al momento de teclear con un dato fundamental que ni podía sospechar: resulta que, de entre las mil y una posibilidades que ofrece el amplio y plural abanico comunicativo actual, la víctima de los tipejos ha escogido justamente ese programa para lo que la práctica totalidad de los medios hemos definido con la cursilería acostumbrada como “romper su silencio”.
Ardo en deseos de ver las contorsiones de los campeones y las campeonas mundiales de la superioridad moral que estos días nos han estado aleccionando al respecto. Miento, porque en realidad me las imagino de sobra. Otra cosa no, pero el ejército de salvación (lo escribo en minúscula adrede) es de un previsible que echa para atrás. Habrá silbidos varios a la vía, encogimientos de hombros a gogó y, como reacción más habitual, engorilamientos al grito de “¡No es lo mismo!”. Y claro, mejor no discutir lo obvio: efectivamente, sin necesidad de ver Barrio Sesámo, se llega a diferenciar a quienes agredieron de quien fue agredida. Pero luego entran los decimales: resulta que lo que no cambia de la ecuación es el vehículo elegido para difundir el mensaje. Añadan, además, que la carta se ofreció por entregas para evitar la tentación de zapping, y saquen sus propias conclusiones.
Pongo otro ejemplo, que ya apunté el otro blog.
El viernes pasado en el 360º de ETB2 invitaron a entrar al abogado de la Manada. Entiendo que sería el programa el que le llamaría para reclamar su intervención.
El tipo, que es cierto que tiene algo que echa para atrás, como está saliendo en todas las teles, pues accedió y ahí estuvo zurrándose la badana con los «contertulios», que le dieron por todos lados, un buen rato.
Pero es que uno de ellos (concretamente Tito Irazusta, que ignoro en calidad de experto en qué estaba allí: de opinante, supongo) le recriminó a bote pronto estar yendo de plató en plató.
¿No estaba Irazusta en un plató y en un plató de un programa que había pedido a dicho abogado que interviniera?
¿Tenía que haber rechazado la invitación? ¿O tenía que haber comparecido en etb pero haber rechazado las solicitudes de otras cadenas, menos dignas, serias y rigurosas que etb y con tertulianos menos respetables que Irazusta?
Me estoy obsesionando últimamente con este tema, y me estoy acojonando. Ya dije en otra entrada que lo que está pasando me parece grave, lo suficientemente grave como para prestarle la atención debida y ser valientes e intentar dejar de lado la corrección política, suscitar debate de barra o de banco de parque, me da igual, pero sacar con sinceridad y honestidad lo que pensamos y las dudas que tengamos sobre la llamada violencia de género a la calle para contrarrestar la desinformación mediática. Arriesgarte a que la persona que tienes delante se le empiece a cambiar la cara a medida que hablas hasta poner la cara de indignación que mandan los cánones actuales y termine llamándote machista, facha o lo que sea.
Cara de indignación puse yo al ver el vídeo de Iñaki Gabilondo, tan digno él, abogando por algo parecido a la censura mediática. La misma cara que se me debió poner cuando me enteré que la dichosa cartita había ido directa a AR. Nada de distribución por agencia o a los medios más importantes, no, directamente a AR. Y soy tan mal pensado que por la cabeza solo se me ha pasado el tema de la pasta. Soy un ser inmundo.
Hoy me entero de que han entrevistado a un tal Pastrana en TV3, un policía que ha hecho unas declaraciones terribles que seguramente no le acarrearán consecuencias legales.
Encantado estoy de que entrevisten a tíos como éste o como Amedo, Roldán, etc. O a franquistas, etarras, miembros del GRAPO o a quien sea. Que se vea lo que piensan, si mienten o no mienten, que hablen por los codos. Siempre se saca algo en limpio.
Mientras escribo esto están dando en ETB el programa 360AgresionesSexuales. El sesgo y la falta de perspectiva me parecen brutales.
Qué vergüenza me ha dado estos días escuchar de gente que respeto, sobre todo de periodistas, las estupideces que han escupido.
Que se revictimiza a la víctima, manda huevos. Supongo que es un problema común a todas las víctimas de todo tipo de crimen, ¿no?
Que pasar por un juzgado es volver a revivir el horror. Pues para todos igual, ¿o no? Que les pregunten a las víctimas de asesinatos, torturas, robos con violencia…
Una auténtica putada, pero, ¿cómo coño creen que se han de afrontar semejantes situaciones?
Increíble…