Esto sí que ha sido el clásico del gol en Las Gaunas, o sea, en el Sadar. Cuando —confesémoslo— muchos teníamos la garrota preparada para disciplinar a modo al PSN por su enésima traición, los acontecimientos giran y nos encontramos al perverso vasquizante Unai Hualde con 30 votos como 30 soles para presidir el Parlamento de Navarra. Oigan, que según mis dedos, son cuatro más de la mayoría absoluta. No me dejará por mentiroso Inés Arrimadas, indignadísima testigo de excepción de la ciaboga inesperada. Qué cagada, mi brigada, venir a celebrar el triunfo de la Razón de Estado y quedarse con el molde. De propina, con una secretaría de la Mesa de la cámara para EH Bildu, en la persona del incombustible Maiorga Ramírez, hasta ahí podíamos llegar. Pues se llegó.
A casi dos horas del lugar de los hechos, reconozco que se me escapan decenas de claves. Me siento incapaz de explicar por qué ocurrió lo que en el instante de comenzar la sesión de constitución de la legislatura nos habían dicho que era imposible. Y todavía tengo menos idea de por qué el partido que el sábado se volvió a cubrir de cieno en la elección de las corporaciones municipales ha actuado como nuestros ojos asombrados vieron ayer. En mi estupefacción, ni siquiera descarto que esta vez la llamada también haya venido de Madrid. Volteando el dicho, Ferraz te lo quitó, Ferraz te lo da, a lo mejor, después de haber echado cuentas para comprobar que por justicia poética, en esta ocasión la continuidad en Moncloa resulta más fácil aparcando los remilgos y dejando a los partidos del régimen otros cuatro años en el dique seco. Lo iremos viendo. Eso espero.
Estupefactos estamos muchos viendo los tejemanejes de la actual clase política.
El ciudadano «corriente» si antes dudaba de la «vocacionalidad» de los representantes políticos, últimamente de que que lo ya no duda, es que lo verdaderamente importante es el sillón para estos profesionales del buen vivir.
El hastío se ha convertido en desilusión y no hay más que ver que a pie de calle o en Universidades cuando se pregunta quien fue el heredero del dictador hay quien responde que fue Carrillo o un rey que vivió hace muchos años.
¡Manda huevos!
La opinión generalizada que tiene el ciudadano es la poca preparación y profesionalidad de los que se dedican a intentar gobernar y legislar y que a falta de ello ven en la política la salida más fácil y lucrativa de presente y futuro.
Ir, iremos viendo, ahora la pregunta es si merecerá la pena.
Todavía podrían dejar gobernar a UPN. Si Cs decide abstenerse en la investidura de Sánchez, que no es tan imposible.
Lo que sí está claro es que no hay por ninguna parte más ideología que el folklorismo de unos u otros. Que sí, que mucha pancarta el 8 de marzo pero en Podemos la única mujer importante es la consorte del macho alfa. Mucho «pueblo trabajador vasco» desde Bildu, pero vestiditos de Ternua y una política tan obvia como apoyar las cooperativas ni la huelen. En fin.